capítulo 11 *especial por la ocasión*

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— Gustabo ostia sal ya que llegamos tarde no me jodas.

— Que si ostia que ya voy, callate la puta boca ya.

Horacio estaba en llamada con su hermano el cual ni se había vestido para cuando llegó Horacio a su casa, iban a llegar tarde como no se diera prisa.

Poco después salió Gustabo por la puerta mientras se colocaba un gorro de pescador negro. — Ya esto aquí mamapingas, ya nos podemos ir.

Ambos se montaron en el coche sin saludarse casi, Horacio tenía hambre y estaba nervioso por llegar tarde, quería hablar con Volkov y si llegaba muy tarde le regañaría y ya no podría hablar tranquilamente con él.

— ¿ Al final con quién cenaste ? — dió un saltito en el asiento derecho del coche y se giró hacia el conductor. — No me jodas que le has comido el culo a Volkov.

— Fui a casa de Cláudio y volví a dormir allí, me he cruzado está mañana a Volkov y no se le veía muy feliz. — no apartó los ojos de la carretera pero notaba esa sonrisa pícara de su hermano.

— Osea le comiste el culo al doctor. — le empujó un poco haciendo que moviera el volante sacando el coche un poco del carril. — Cuentame como fue ya. — se veía a Gustabo más ilusionado que el propio Horacio.

Le contó con todo lujo de detalles lo que había pasado la noche anterior. — Solo te ha faltado decirme cuántos pelos tiene en la pinga, cabrón no necesitaba tantos detalles.

Horacio río levantando los hombros. — Me has pedido que te lo cuente y yo te lo cuento bien.

— Y tan bien que se te ha puesto inspectora de recordarlo. — le dió un ligero toque en el brazo con su codo.

— Y a ti inefable no te jode. — ambos rieron.

El resto del camino hasta comisaría fueron risas y bromas.

Entraron por la puerta trasera, no querían atender denuncias tan pronto y como no sabía si había alguien esperando prefirieron entrar por atrás.

Entraron de servicio y al no ver a nadie decidieron dirigirse a la sala de descanso, solían ir allí a primera hora a tomar un café y comer un par de galletas antes de salir a patrullar, aprovechaban para hablar con el resto de agentes y reírse un poco antes de ponerse a trabajar, esto le lo ponia de los nervios a conway que ya había renunciado a regañarles.

Entraron en la sala tranquilamente cosa rara en los hermanos, allí vieron a Volkov con una taza rosa con símbolos en ella, parecían letras japonesas pero ninguno de ellos sabía su significado salvo el comisario, en el interior de esta había un líquido marrón, no parecía café, tenía grumos por lo que dedujeron que era colacao.

Volkov estaba viendo anime, cosa que a Gustabo sobretodo le hizo gracia, el comisario al verles rápidamente apagó el móvil algo nervioso pero desafortunadamente para él el vídeo continuó reproduciéndose haciendo que el comisario se sonrojara, al ser tan pálido de piel se le notaba mucho, Gustabo lloraba de la risa mientras a Horacio le pareció muy tierno que aquel hombre tan frío viera cosas tan tiernas.

— Nico Nico Nii. — dijo Horacio intentando apoyar a su superior cosa que cabreó a este ya que se tomó esta frase como una burla, pero al mirarle de reojo vio que Horacio no se estaba riendo como Gustabo el solo sonreía tiernamente en un modo cómplice hacia Volkov. Horacio no había visto nunca anime, tampoco era algo que le llamara especialmente pero si que había oído aquella frase.

— Coño Horacio no me digas que tú también eres un otako de esos. — se estaba ahogando de la risa, ya tenía algo con lo que manipular a Volkov para pedirle un ascenso.

Me gustas, ¿ al final te gusto ? ( Volkacio, Muertacio ) CANCELADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora