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Extrañar, desear.

El podría verdaderamente jurar que esas hebras castañas eran lo más hermoso que habían visto sus ojos, y sus ojos tan lindos como dos pedazos de cielo que brillaban de manera tan particular

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El podría verdaderamente jurar que esas hebras castañas eran lo más hermoso que habían visto sus ojos, y sus ojos tan lindos como dos pedazos de cielo que brillaban de manera tan particular. Algo que Willy nunca había visto antes, una vista tan intoxicante, en serio que podría volverse adicto.

Adicto a esa vista. Adicto a tener al castaño debajo suyo, lleno de sudor; con esa hermosa mueca que hacía cada que deseaba retener esos deleitosos sonidos, los esponjosos labios apretados entre sí cerrando el paso a sus gemidos.

– Anda, no te muerdas – dijo mientras que con su mano tocaba delicadamente los labios ajenos, como con miedo de romper ese momento erótico y único – Deseo escucharte, oir cómo yo te hago gritar.

Para suerte del albino su contrario le hizo caso, dejo de hacer esa hermosa mueca para abrir la boca y soltar al aire libre esos dulces sonidos, una sinfonía obscena de gemidos. Era simplemente magnífico, momentos como esos iban a quedar grabados para siempre en su mente.

Podría, no, más bien; quería repetirlo siempre que pudiera. Tener a Luzu rogando por más, ambos cuerpos unidos como dos piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente. Era simplemente magnífico.

Cómo un sueño.

– Willy – gimió como pudo, ganándose la mirada del mencionado – Te amo –

– Luzu – jadeó sorprendido, su corazón latió rápidamente al escuchar esas palabras tan únicas, despertando un sentimiento de vértigo.

Tenía al castaño debajo suyo, tan sumergido en su propio éxtasis gimiendo por el y diciendo esas estúpidas palabras que hacían su estómago saltar, era simplemente magnífico. Era como un sueño

Entonces su vista que antes veía solamente esa magnífica imagen de su contrario comenzó a nublarse; a desvanecerse como una pintura que se va borrando con el agua.

La oscuridad de la noche comenzó a transformarse gradualmente en la luz del amanecer, y los gemidos de aquel bello angel castaño fueron reemplazados por el estruendoso ruido de una alarma sonando tan fuerte que podía perforar su cerebro. El éxtasis que sintió pronto se desvaneció para ser reemplazado por una sensación de vacío, un anhelo silencioso.

Se encontraba empapado de sudor, como un niño pequeño que había tenido un mal sueño y debería buscar a su progenitora para ser consolado. Pero el ya no era un niño, y no había sido un mal sueño, todo lo contrario había sido el mejor de sus sueños y su cuerpo lo estaba diciendo.

Bajó su vista hacia su entrepierna, estaba erecto, como la noche anterior, y la anterior a esa. Llevaba tres días soñando con la misma persona; aquel castaño que conoció en esa fiesta que ni siquiera recordaba como había llegado hasta ahi, y había terminado siendo la mejor noche de su vida.

Se levantó de la cama resignado, con pasos lentos y desganados se acercó al baño. Igual que sus anteriores noches necesitaba un baño de agua fría para bajar su pequeño problema.

¿Cómo era posible que llevará tres noches soñando lo mismo y con la misma persona? Lo peor de todo es que si quería repetirlo, no podría. No sabía absolutamente nada del dueño de sus sueños, más que su nombre, ni siquiera recordaba haber visto a sus amigos o algún conocido para preguntar por el.

Era un absoluto desconocido.

Aunque conociera su cuerpo, aunque supiera cómo era que él gemia y las muecas que hacía al llegar a su éxtasis, lo exquisito que se sentía estar dentro suyo y cómo es que parecía un ángel mientras dormía. Era aún así un completo desconocido para él.

Un desconocido que no podía sacar de su cabeza.
Un desconocido que estaba acabando con su cordura.

Dió un pequeño salto cuando el agua fría comenzó a caer por todo su cuerpo, pero rápidamente se acostumbró. Cerró los ojos tratando de que el agua le ayudara a bajar la erección con la que había amanecido por pensar en ese desconocido.

Tratando de no pensar en como era que ese castaño gemia, como arqueaba su espalda cuando daba una estocada mas profunda que las anteriores, como balbuceaba cuando le preguntaba si le estaba gustando, como trataba de retener sus lágrimas de placer. Cómo era hacerle el amor a aquel desconocido.

– Condamner – gruñó al ver qué no estaba ayudando en absoluto el agua fría contra esos pensamientos impuros que lo llenaban.

Ya no quería seguir así, tan necesitado por querer más ¿Cómo era posible que estuviera así de necesitado por un extraño? No podía ser cierto.

– Te voy a encontrar Luzu – murmuró fastidiado. Comenzó a bajar lentamente su mano por su torso, estaba claro que el agua fría no ayudaría en nada así que debía tomar otras medidas – realmente te encontraré –

Cuando Willy se encapricha con algo era muy difícil que se lo sacará de la cabeza hasta poder conseguirlo, y su nueva obsesión sería aquel castaño.
Aquel chico que con tan solo una noche lo volvió loco.

Aquel chico que con tan solo una noche lo volvió loco

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Así es, actualicé.

Después de tres largos años de no hacerlo, y honestamente, haber abandonado esta plataforma. No sé que es peor la verdad; haberla dejado morir o volver a revivirla años después.

Pero que puedo decir, la nostalgia y la inspiración me llevaron a retomar la historia, estoy lista para recordar viejos tiempos, y hacer que el Luzurex vuelva a tomar el escenario.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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Una noche ; luzurexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora