Capítulo 7

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Ha pasado un tiempo considerable desde que kazuto salió según él para llamar a Eugeo, o más bien para darle una señal de donde nos encontramos…¿Pero cómo iba a hacer algo así?- Tome el par de mantas que habíamos tomado del bote que nos trajo hasta esta isla y me acerqué hacia la pequeña niña que habíamos encontrado esta tarde.

-¿Qué fue lo que te paso pequeña? ¿Cómo viniste a dar a un lugar como este?- me acurruque a un lado de ella para después cubrirnos a ambas con esa manta de antes.

Acaricie su mejilla, era  una niña tan linda, pero a la vez tan indefensa. Simplemente no podíamos abandonarla y dejarla aquí nada más a su suerte…kazuto y yo nunca seríamos capaces de hacer algo como eso.- Di un pequeño beso sobre su frente – Cuidaré de ti hasta que despiertes…por favor, que estés bien.

Abrí mis ojos al sentir la luz del sol que empezaba a sentirse poco a poco aunque estuviésemos dentro de esta gran cueva, era grande eso no se dudaba pero Kazuto me había dicho que era mejor no adentrarnos más por si algo llegará a pasar mientras el no estaba, ¿Dónde estaba ahora que lo pienso? Ya es de día y nada que regresa.

Intente no preocuparme demasiado el sabía cuidarse sólo y debía de confiar en su manera para llamar a los otros se cual haya sido su forma de hacerlo.-Me giré hacía donde estaba la niña que habíamos encontrado, pensé que iba a seguir dormida pero…estaba despierta, me miraba atentamente con esos ojos color plata muy parecidos a los de cierto chico pelinegro.

-H-hola…pequeña-empecé a decir nerviosa de que fuera a asustarse- al fin despertaste, ¿Te sientes bien?- Me incorporé hasta quedar sentada justo a su lado, ella hizo lo mismo.

Ella asintió despacio- Pero…no puedo…recordar…nada- empezaba a llorar.

-No por favor, no llores-la atrape en un abrazo- Todo estar a bien, yo estoy aquí contigo y no dejaré que te pase nada malo ahora estas a salvo.

- Yo…tenía mucho…miedo…-Sentí como seguía abrazándome con más fuerza, como si temiera regresar a ese barco en llamas.-Tú…eres mi…mi mamá?-Alzó su pequeño rostro para verme, había llorado mucho podía sentir su angustia y esperanza al haber preguntado aquello que me había dejado sorprendida, pero…no quería que siguiera sufriendo así que decidí cuidar de esta niña y sentí que kazuto quería lo mismo, aunque no supiéramos que sentíamos por el otro todavía ambos estábamos de acuerdo  en que está pequeña tan tierna nos había cautivado desde el primer momento en que la vimos.

-Así es…soy mamá, y ahora estas otra vez conmigo y no dejaremos que te pase nada malo ahora.- vi como su rostro se llenó de alegría ante mis palabras y sólo se limitó a abrazarme de nuevo repitiendo esa palabra.

-¿Mamá?-Escuche detrás de mío, Kazuto había regresado y estaba observando desde la entrada de la cueva.

-¿Qué está pasando aquí Asuna?- Se le veía confundido y no era para menos, pero estaba segura de que entendería la situación como yo lo hice hace unos momentos.

-Kirito-kun regresaste…-Sonreí – Mira despertó hace unos minutos, es una niña muy linda ¿no crees?-Él se acercó hasta donde estábamos y se puso de rodillas hasta quedar a la altura de la niña.

-¡Hola! veo que ya despertaste nena, ¿Te sientes Bien? ¿Te duele algo?- le sonreía naturalmente, se nota que no quería asustarla hasta yo pensaba que lo había hecho ya que ella estaba sin decir una palabra, solamente lo miraba atentamente ¿Sonriendo?.

-Tú…tu eres…¿Mamá el es mi papá?- Giro en mi dirección tenía un brillo en sus ojos esperando una respuesta de mi parte, nunca dejaba su lado tierno. Mire a kazuto y me esperaba una mirada aún más confundida pero…tenía una amplia sonrisa en su rostro, sincera y dulce.

~The pain of true~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora