Capítulo 8

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Capítulo 8

Pov Eugeo

-¡Estamos a unos pocos metros, puedo empezar a ver la playa!-Moví el timón a corde al viento para dirigir el barco directo a la isla.

-¡Te dije que la esperanza es lo último que muere!- Alice gritó feliz asegurando un amarre de una vela.

Mientras escuché lo que dijo sonreia a más no poder con una pequeña lágrima de alegría, estuve toda la noche navegando el Aincrad a lo que parecía ser una señal por parte de mi hermano Kazuto.

Era muy obvio mi pensar que había sido él el de la idea de la señal de humo, ya que estas zonas llenas de pequeñas islas se veían muy desiertas minimizando las posibilidades de vida humana en ellas.

Con un ojo herido vendado y mi otro ojo todavía estando al cien no descansé nada con el propósito de llegar a la señal. Sugu me estuvo ayudando un poco con la visión en todo momento, ya que la conocía y por tratarse de la vida de nuestro hermano haría cualquier cosa para volverlo a ver.

-Chicas, cuando de la señal preparen la manija que suelta el ancla en el ala derecha del barco, trataremos de quedar a una distancia considerable de la orilla- Di mi primera orden en el puesto de "Capitán" temporal.

-¡Entendido Eugeo-senpai!- Tieze y Ronye corrieron a la manija del ancla esperando mi orden.

-Hermano…-Escuché a Sugu a mi lado teniendo a Ain en sus brazos.

Quite una de mis manos del timón para tocar el hombro de mi hermana, como su hermano mayor debía darle esperanzas y calidas sonrisas de confortación.

-Kazuto estará bien Suguh, lo conocemos, y sé que también cuido y protegió a Asuna- Le dije tiernamente para tranquilizarla.

Sugu me sonrió feliz- Kirito-nii siempre ha sido así de bueno con todos- Abrazo más a Ain.

Volví a sonreír cálidamente al escuchar sus palabras, hace tiempo que mi hermanita no llamaba así a Kazuto.
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Pov Kazuto

Me desperté luego de pasar una noche más en la cueva en la que provisionalmente nos alojabamos, mis dos compañeras que ahora mi corazón tenían sentimientos tan agradables y hermosos por ellas seguían dormidas abrazándose entre sí.

Sonreí ante la escena, mi cabeza tomo la fotografía mental de este momento tan tierno para mí.

-Ahora si parecen madre e hija- Un brillo especial apareció en mis ojos ante este pensamiento.

Decidí dejarlas descansar un rato más y salir de la cueva a estirarme un momento, la mañana había llegado con el sol apenas a cuarta parte para el medio día, deduje que serían como las 8 o 9 de la mañana.

-Ouch- Me queje al estirar un poco mis brazos junto a mi espalda sintiendo que tronaban un poco en el acto.

Apesar de encontrar un lugar en el que refugiarte no te garantiza que todo vaya a ser cómodo, dormir en la arena de la cueva entraría en la incomodidad, era totalmente diferente a la cama que había en el camarote del Aincrad, esta situación extrañaba mi cama, si que si.

Estaba vestido solo con una camiseta blanca y mi pantalón largo de franela, mi camisa manga larga que traía la acomode debajo de donde ahora dormían Asuna y Yui tranquilamente, con el objetivo que fuera un poco más cómodo para ellas dormir.

Recolecte también un poco de hojas de plátano para formar una pequeña capa entre la arena y ellas, lo que sea por qué ellas no tengan estos dolores que ahora sentía en mi espalda.

~The pain of true~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora