Secret crush {Reddie}

28

Una vez dejaron las cosas en las habitaciones en las que iban a pasar la noche, todos se dirigieron a la fiesta. Eddie estaba nervioso porque aunque no fuera la primera fiesta a la que iba, tampoco es que en el pasado hubiera tenido la oportunidad de ir a varias, por lo que esa clase de situaciones le alteraban un poco. Sobretodo cuando pensaba en la idea de que tendría que estar rodeado de adolescentes asquerosamente sudados mientras estos se enrollaban los unos con los otros en un interminable proceso de intercambio de babas y gérmenes.

Sí, eso último era justo lo que él necesitaba.

Por eso se sorprendió mucho cuando llegaron a la casa de Corcoran, y a pesar de que sí que era evidente que era una fiesta, mientras que Eddie se esperaba ver a cientos de adolescentes bebiendo cerveza y vomitando en el jardín, se encontró con un pequeño grupo de gente que bebía tranquilamente, bailaba y fumaba.

Todos los Losers entraron, y Eddie pudo ver que en el interior de la casa todo estaba muy animado, la gente bailaba, reía e incluso cantaba, pero al igual que en el jardín, nadie estaba armando el jaleo que él se había imaginado.

Al poco, el grupo de amigos empezó a disgregarse por ahí: Bev y Richie se dirigieron a la mesa de las bebidas, Mike y Ben se habían puesto a hablar con varios amigos de su club de debate, Bill había visto a lo lejos a Audra, "su amiga" del club de literatura (aunque todos sabía que "su crush" era más acertado), y Stan se había sentado al lado de otros compañeros de clase, entre ellos el propio Eddie Corcoran, quien les había saludado y sonreído cuando les vio acercarse.

Eddie, por su parte, se quedó quieto en la entrada del salón sin saber muy bien qué hacer. Unos segundos después, Richie volvió a reaparecer y le ofreció una bebida que Eddie rechazó.

-Si te preocupa que esto lleve alcohol,- dijo Richie haciendo que Eddie cogiera el vaso- que sepas que solo es zumo, así que bebe tranquilo.

-No sé... ¿Puedo fiarme de ti?- pero a pesar de eso Eddie, cogió la bebida.

-Que sepas que has herido mis sentimientos Eds... creía que lo nuestro funcionaba, pero veo que no, si ni confías en mí, lo mejor será que lo dejemos aquí.

Richie había puesto voz de mujer de culebrón, para darle más dramatismo a sus palabras, y a pesar de que Eddie había puesto los ojos en blanco, no pudo evitar soltar una risilla.

-Venga Eds, ¡vamos a petarlo en la pista!

-Pasando.

-¡Nonononononono! Ni de coña, no has venido aquí para estar de brazos cruzados y tirado en el sofá todo el tiempo con cara de mapache porque para eso ya tenemos a Stan. Así que te vas a venir conmigo y con la preciosa pelirroja que nos está esperando ahí.

Y sin esperar respuesta, le agarró de la mano que le quedaba libre y le arrastró con él y con Bev. A pesar de que Eddie no era de a los que les gustase bailar, la música que sonaba era buena, y el hecho de estar con Bev y Richie, quienes siempre lo daban todo, animó poco a poco a Eddie quien se movía cada vez más al mismo tiempo que sus 2 amigos.

Una canción sucedió a la otra, y a otra, y a otra... y así durante varios minutos. Los 3 reían y cada vez que veían a otro loser acercarse, le obligaban a quedarse hasta el final de esa canción. Eddie se reía sin parar y eso hacía que el estómago de Richie se llenara de mariposas y sonriera como un idiota, algo que no pasaba desapercibido para Bev, quien le miraba con una sonrisa traviesa y le guiñó el ojo moviendo la cabeza en dirección a Eddie. Este no se había enterado de nada, pero al ver que Richie se había quedado quieto, le miró confundido y vio que estaba rojo, lo cual era normal porque estaba moviéndose sin parar, por lo que no sospechaba que eso se debiera a otra cosa.