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El autobús avanzaba por la carretera con fluidez, y en su interior, los jóvenes charlaban animadamente. 

Pocos intentaban dormir pues con los nervios y la emoción del viaje, lo único que deseaban era bromear con sus amigos, escuchar música e imaginarse que podría pasar durante aquellos días. Los Losers no era una excepción, ya que durante las 5 horas que duraba el trayecto, todos tenían la intención de hablar y bromear entre si. 

Mike y Ben se habían sentado juntos, y delante de ellos, estaba Bev quien se había sentado con su compañera de habitación, Betty. 

En la otra fila del pasillo, justo en los asientos de al lado, estos los habían ocupado Stan y Bill, quienes se habían sentado delante del asiento de Audra, algo que Bill había intentado disimular como una casualidad pero sus mejillas habían dicho lo contrario a todos. 

Y justo delante de ellos, estaban Richie y Eddie, quienes, evidentemente, se habían sentado juntos.

Según pasaban las horas, las conversaciones se fueron apagando un tanto, y las ganas de llegar a su destino crecían cada vez más, y cuando por fin pasaban por delante del cartel que anunciaba la entrada a Quebec, todos comenzaron a aplaudir, celebrando que dentro de poco estarían paseando por las calles de aquella ciudad.

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Cuando por fin se detuvo el autobús, éste lo hizo delante de un hotel sencillo pero muy bonito. Todos salieron poco a poco del vehículo y se lanzaron a por sus maletas, y cuando le tocó a Eddie ir a por las suyas, comprobó, para su desgracia, que estaban más lejos de lo que querría y no era capaz de alcanzarlas.

-¿Te echo una manita?- oyó decir detrás de él mientras un par de largos brazos aparecían por su espalda, alcanzando sin problema sus maletas, y apenas unos segundos después, Richie le alcanzaba con una sonrisa altanera su equipaje.

-Que conste que yo no te he pedido ayuda- dijo Eddie cogiendo de mala gana sus cosas, aunque en el fondo, esa situación le había provocado emociones confusas. Sabía que su amigo se metería con él por su estatura pero al mismo tiempo le encantaba que Richie fuera tan alto.

-Lo sé, pero si hubiera esperado a que lo hicieras, seguramente nos habríamos pasado aquí todo el viaje.

-Eres imbécil.

-Me encanta cuando te picas conmigo... es como ver a un chihuahua enfadado.

-Pues ten cuidado no vaya a ser que te muerda.

-Uhhh... ¿vas a morderme?- preguntó Richie sonriendo pícaramente al tiempo que levantaba sugerentemente sus cejas y se mordía el labio inferior.

-ERES IMBÉCIL- repitió Eddie cogiendo sus maletas con fuerza y dándose la vuelta para dirigirse hacia la entrada del hotel, al tiempo que intentaba que nadie, especialmente Richie, se diera cuenta de que sus mejillas estaban encendidas como nunca antes. Pero ya era tarde, pues Richie lo había visto y no pudo evitar sonreír para si mismo como el idiota enamorado que era.

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Cuando todos se reunieron en la entrada del hotel, los profesores que habían decidido ir al viaje, entre ellos el Sr. Clark, comenzaron a distribuir las habitaciones entre los alumnos.

-Tozier y Kaspbrak- dijo Clark a los pocos minutos.

En cuanto oyeron su nombre, ambos se acercaron a él al tiempo que su profesor les daba la llave de su habitación.

Secret crush {Reddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora