Martes:27:05:2036 - 6:56 AM
El sujeto que sostenía a Claudine, por fin la soltó y ella corrió con su madre, calló al suelo y se arrastró a donde estaba ella. Abrazó con fuerza a su madre. Claudine estaba rota, vacía, el mundo se le venía abajo, no podía soportarlo, su madre era todo lo que tenía.
– No, mamá no, por favor, no mueras – lloraba con el corazón roto– Tranquila Claudine – le temblaba la boca, mientras de ella le salía sangre
– Hay tantas cosas que no te di, tantos besos que me perdí, que aplace por crecer, por vivir. Mamá, perdóname, perdóname por favor, por no ser una mejor hija y por olvidar que sin ti no soy yo – lloraba, trataba de tranquilizarse pero no podía, acariciaba el rostro de su madre con todo su cuerpo tembloroso – Nunca te alejes de mí, por favor, por favor, estoy sola y no se que camino elegir, sigo siendo la niña ingenua aquella.
– Claudine, eres una chica genial, se que podrás salir adelante – seguía escupiendo sangre por la boca.
– Sin ti no soy yo, no soy nada, no te vayas mamá, nunca te alejes de mí, por favor, por favor – le temblaba todo el cuerpo mientras lloraba – Quiero ser la brisa que despeine penas de ti...
– Y yo quiero ser la lluvia que borre lágrimas de tu corazón – Comenzaba a cerrar los ojos, un frío siniestro abrazaba su cuerpo, pero su mente y su corazón se llenaban de paz.
– No mamá, no – la abrazó fuertemente y una lágrima se ahorcó, harta de tanto llorar – Quiero morirme en ti, sobre tu pecho, ¡abrázame!
–Quiero vivir en ti, no me olvides, cuídate – y ella murió, ahora era una estrella fugaz.
– Nunca te podré olvidar – susurró al despedirse de ella
Cuando ella se durmió el cielo se puso a llorar, llovió, era una lluvia triste, sin truenos. Las flores al rededor decalleron, pues cuando muere una flor, se marchita de pena un jardín.
– ¡Nunca te podré olvidar! ¡Te quiero mamá! ¡Lo siento tanto tanto! – gritaba llorando a todo pulmón – Quiero despertar y tenerte junto a mí, despierta, por favor, siempre estaré junto a ti – había perdido a su madre, su mayor miedo se había hecho realidad, voleteó a ver con odio a donde estaba Charly y todos los que estaban con él. Se levantó y comenzó a correr.
– Charly estaba contento, hasta que...
– ¡Jefe! – gritó la chica a la que le habían dado el maletín para que lo pudiera abrir – ¡El estuche del reloj está aquí, pero el reloj no está! ¡Hay hojas y están manchadas de lodo! Huelen a caño
– Rápidamente Charly analizó la situación. Claudine tenía el reloj – ¡Maldición! ¡Lo tiene la chica! – Comenzó a dispararle a Claudine que ahora iba corriendo lejos de ellos.
– Claudine escuchó los balazos, corría lo más rápido que podía, iba llorando y temblando. Pronto recibió un balazo en la pierna, pero siguió corriendo unos cuantos metros, hasta que calló al suelo
– Charly, al notar que había caído al suelo, fue caminando furioso hacia ella, estaba dispuesto a matarla después de quitarle el reloj –
– Claudine estaba perdida, ahora mismo creía hasta en dioses que ni siquiera existían, la única salida que encontraba era el legado de su padre, aquel reloj que Charly buscaba. Lo sacó del bolsillo de su abrigo, estaba demasiado presionada, Charly venía trás de ella, precionó el botón y rápidamente giró las manecillas en reversa, no había tiempo para pensar, giró las manecillas hasta donde creyó necesario.
– Charly se percató, Claudine tenía el reloj en sus manos – ¡Maldita! – le tiró unos cuantos disparos, pero solo uno logró dárselo en la espalda y comenzó a correr hacia ella.
– Claudine recibió el balazo, escupió poca sangre de su boca. El cronometro llegó a los 10 segundos, hubo rayos saliendo del reloj. Desde ahí, había muchísimo viento, como si hubiera un pequeño tornado justo ahí.
Claudine sentía que el cerebro se le destripaba, gritaba fuertemente por el dolor que le causaba y… Finalmente, sus recuerdos fueron enviados al pasado.Lunes: 26:05:2036 – 10:15 AM
–¡Despierta, Claudine! Estamos en clase – La maestra chasqueó sus dedos frente a Claudine.
Los demás simplemente observaban, esperando a que la maestra prosiguiera explicando la aburrida clase, para así poder irse lo más pronto posible.
– Claudine estaba impactada, inmediatamente lágrimas llovieron de sus ojos. No estaba en aquel sitio, tampoco estaba Charly, ni aquellos tipos, ni el cuerpo de su madre. No tenía ninguna bala en el cuerpo, ni sangre en el rostro y no estaba mojada, ni maloliente. Pero tampoco tenía el reloj.
Las lágrimas en sus ojos parecían cascadas, pero no hacía ningún solo ruido, tenía la mirada perdida.Los demás entraron en un momento serio, le comenzaron a prestar más atención por tal drama que había pasado sin razón aparente.
– ¿Estás bien Claudine? – Preguntó la maestra, muy preocupada.
– Colette se levantó de su pupitre y fue hasta su amiga, ¿Qué pasa Claudine? – puso su mano en el hombro de Claudine
– Claudine intentaba hablar, pero no podía, tenía la voz rota, su corazón estaba roto emocionalmente, no soportaba todo eso, realmente sus recuerdos habían sido enviados al pasado. No podía respirar.
Todos en el salón se levantaron e hicieron un círculo al rededor de ella.
– Retirense por favor, denle espacio, necesita aire – les exigió la maestra
– Todo lo que acababa de ocurrir era insoportable para Claudine. La maestra y Colette comenzaron a echarle aire con unas libretas, hasta que poco a poco que comenzó a tomar aire, a recuperar el aliento y entonces comenzó a llorar, se levantó, empujó a todos y comenzó a correr hacia afuera llorando…

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Quiero morirme en ti.
Ciencia FicciónDeliremos un rato y clavemos el ojo más allá de la infamia, para poder visualizar un mundo mejor. Un mundo libre de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de sus vanas pasiones. Un mundo libre del amor trivial e ideologías vanas. Piensa...