Capitulo 1

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Lunes: 26:05:2036 - 10:15 AM

-Es como un pequeño destello de luz, un diminuto rayo de luz, cálido, pronuncia mi voz de vez en cuando, ¿qué será? - Se preguntaba Claudine, mientras jugaba con el borrador de su lápiz, frotándolo contra sus labios.

-¡Despierta Claudine! Estamos en clase - La maestra chasqueo sus dedos frente a Claudine.

Los demás simplemente observaban, esperando a que la maestra prosiguiera explicando la aburrida clase, para así poder irse lo más pronto posible.

-Lo-lo siento - Se disculpó tartamudeando un poco, apretando las mangas de su camisa y agachando la cabeza, llena de pena por el incómodo momento que acababa de pasar.

-¿Estará bien?, lleva días así. - Se preguntó Colette, su amiga, mientras la observaba con preocupación desde su pupitre que yacía en el rincón del salón.

La clase prosiguió, Claudine comenzó a tomar apuntes, aunque su mente seguía en las nubes.
El tiempo pasaba tan de prisa en su cabeza, que en un parpadeo llegó la hora del receso.
Como siempre, caminó juntó a Colette hacia su banca favorita, bajo un árbol, con ambiente fresco y tranquilo, casi nadie rondaba por allí.
Colette seguía preocupada, e indecisa en si preguntar o simplemente quedarse callada.
Ambas estaban en silencio, comiendo lentamente.
Claudine, simplemente estaba con la mirada perdida en la nada, aunque sí que tenía en cuenta que allí estaba Colette, incluso sabía que estaba preocupada por ella. Colette, cabeza abajo, sentada al lado de Claudine. Daba pequeños mordiscos a su comida, aun pensando en que debería hacer con respecto a Claudine.

-¿Seremos de verdad?, o ¿somos parte del sueño de algo que no sabemos que existe - le preguntó en voz baja a Colette, así rompiendo el silencio que había entre ellas, que empezaba a ser incómodo.

-¿Eh?, ¿a qué te refieres.

-A que si en realidad somos de verdad, sabes a lo que me refiero...

-Mmm, no exactamente...

-Oh ¡vamos! - le dio un leve golpe en el hombro mientras reía un poco.

-Déjame en paz - respondió con un leve empujón en tanto reía con ella.

-Bien, bien - se acomodaba, dejando de reir, poniendo sus codos sobre las rodillas y sus manos en sus mejillas, estancando la mirada nuevamente hacia la nada.

Colette, al verla nuevamente así se decidió:
-¿Qué es lo que te pasa últimamente? - le preguntó directamente .

-Claudine suspiró - Ni yo misma lo se.

Ambas permanecieron en silencio por unos segundos, hasta que...
-Bueno, la verdad es que...

Permaneció en silencio, tratando de acomodar sus palabras, para darle una mejor explicación de lo que ocurría realmente. Y no, la vocecita que tenía en la cabeza no tenía nada que ver, simplemente era una de esas cosas que las personas tratan de ocular en su vida para fingir que va bien, aunque no sea así, pero, a decir verdad, ese algo estaba consumiendo a Claudine, diría que devoraba la esencia de su alma.
Enarcó sus cejas y sacó su labio inferior... El solo hecho de pensarlo, le traía consigo un gran dolor. Perdida en sus propios propios problemas en su mente, sus ojos se encharcaron, Colette, estaba aún más preocupada ahora.
Y, a punto de derramar la primera lágrima, el timbre sonó.

-¿Claudine? - Colette le tocó el hombro, haciéndola entrar en razón.

-Se levantó de la banca - lo siento Colette, será después .- caminó para volver a clases.

Colette, al igual que ella, fue en dirección a las aulas.

El tiempo siguió pasando de prisa para Claudine, hasta el momento de la salida.

Al terminar el día en la escuela, ella salió de prisa, esta vez no esperó a Colette, no como siempre lo hacía, esta vez quería estar a solas, así que, fue directo al parque.
Caminó de prisa, con la mirada en el cielo, pensando: Wooow, qué azul es.
Ya en el lugar, se acercó hacia el pequeño lago que estaba allí, se sentó sobre sus propias piernas, dejó la mochila al lado suyo y de ella sacó un pedazo de pan que había guardado desde la mañana, tomó pequeñas migajas y las arrojó al agua. La mayor parte del tiempo, cuando estaba triste, o angustiada, le gustaba ir a alimentar a los peces que habitaban allí. Con el rostro serio miraba como los peces subían y comían los pequeños trozos de migaja, hasta que se acabaron las migajas. Miró su reflejo en el agua por varios minutos; bajó una de sus manos y con el dedo índice, con mucha delicadeza, con el, tocó el agua, creando pequeñas ondas en el agua que desfiguraban su reflejo, pasó así más de 20 minutos. Era demasiado tarde, nunca falta el pequeño grupo de personas que te hacen la vida de cuadritos.

-Oh, miren quien está aquí - de forma burlesca exclamó Laura.

Era nada mas y nada menos que su estúpida prima, que era 2 años mas grande que ella. Simplemente Laura le tenía un gran rencor a la familia de Claudine, puesto que su abuelo, padre de la madre de Claudine: Ana, y padre de la madre de Laura: Abigail, dejó demasiado claro en su testamento, que toda la herencia era para Ana, por ser su hija favorita.

-No otra vez por favor - casi rezando, lo pedía Claudine - ¿qué es lo que quieres?, chica problema. - gruñó frunciendo el ceño.

Las chicas con las que estaba Laura, se comenzaron a burlar en voz baja por el comentario de Claudine.

-Laura frunció el ceño avergonzada, pero de la nada comenzó a sonreír - No eres mas que una estúpida, inútil. - rápidamente levantó la falda de Claudine y aprovechando que ella tomó su falda para volver a bajarla, tomó a Claudine de los hombros y la arrojó al agua.

Laura, junto con sus perros (amigas) se marcharon, tras carcajadas.

Claudine estaba en el lago, mojada, llorando de la rabia.
Se apoyó de la orilla del concreto, subió, tomó su mochila y se retiró del sitio, empapada con frío.
Caminó durante 1.30 hrs para llegar a casa, no pensaba tomar el camión así de empapada; qué vergüenza: pensaba ella.
Por fin llegó a casa, tocó el timbre y mientras esperaba, sacó su teléfono, pues vibró durante todo el camino.
Echó un vistazo a su teléfono y estaba lleno de mensajes de Colette, pero antes de poder leer los mensajes, su padrastro, Charly, acudió a la puerta.

-Claudine, mi amor, ¿qué te pasó? - la abrazó, con cara de preocupación.

Dentro de casa estaba Laura, y parte de su familia.
Claudine, ni siquiera correspondió al abrazo de Charly, sabía que estaba fingiendo y fingía tan mal, joder ni siquiera sabía la edad de Claudine, ni su cumpleaños.

-Entra querida, pasa, pasa - tenia las cejas enarcadas.

-¿qué es lo que está pasando? - entró y dejó su mochila en el suelo - ¿Mamá está bien? - preguntó sollozando, pero todos permanecieron en silencio. Eso la intrigó demasiado y casi corriendo fue hasta la habitación de su madre.

Subiendo las escaleras, cada segundo se volvía pesado y lejano, le dolía pensar en que era lo que le había pasado a su madre. Y al abrir la puerta...

- ¿Dónde está mamá? - sollozando y derramando lágrimas, con la voz rota. Su prima venía detrás de ella.

-Se la llevaron - con una sonrisa de malnacida, le respondió Laura.

Desde afuera se escuchó el motor del auto alejándose, Claudine corrió, pero Laura le cerró la puerta en la cara.

-Allí te vas a quedar maldita perra - le dijo por detrás de la puerta riéndose, pues todos ya se habían marchado. El padrastro de Claudine

Claudine, entre gritos e insultos golpeaba la puerta una y otra y otra vez, llorando, desesperada. Las horas pasaban y pasaban, hasta que la noche calló.
Entre lágrimas y sufrimiento, calló dormida...

Quiero morirme en ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora