16.

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SeokJin deslizó su mano al interior de la sudadera del menor, dándose cuenta que era la única prenda que cubría su torso.

-Tae...- gimió el nombre cuando sintió un tirón en su cabello que movió su cabeza hacia atrás, y una lengua ancha recorrió su manzana de Adán.

El castaño disfrutó el sabor de la piel y las vibraciones que se sentían en la garganta cuando salió la voz quebrada.

-¿Qué pasa?¿No puedes contestar?- se levantó y habló cerca de su boca.

SeokJin buscó sus labios y cerró los ojos, dejándose llevar en un beso con la respiración fuerte, y una lengua profanó su boca, disfrutando el cosquilleo que le causaba en su estómago y pecho. Participó buscando con su lengua la del otro, haciendo que chocaran, y una pelea de poder se presentó entre ellas.

Con sus manos empezó a jalar la sudadera del menor, desesperado por quitarla.

Taehyung se separó y sin decir nada, lo tomó de la mano y se subieron a su recámara.

Antes de entrar, el castaño pegó su cuerpo bruscamente para besar al otro, dirigiendo sus grandes manos a las nalgas del joven que tenía entre sus brazos, mientras mordía unos rechonchos labios, dejándolos más rojos e inflamados.

Su erección era más que notoria, se había puesto tan duro que quería introducirse en los interiores de ese hombre que lo tenía desesperado.

Unas manos le quitaron la sudadera desde su espalda baja, dejó que esas mismas recorrieran su torso, y los lastimados labios se acercaron para besarlo.

Después tuvo la misma necesidad de quitarle ese dulce e inocente suéter rosado, aquel que disfrazaba la sensualidad que en realidad desbordaba su dueño.

Así que se lo quitó, llevándose también la playera blanca que estaba en los interiores de la prenda, dejando al descubierto sus anchos hombros y delgada cintura.

Lo empujó contra la pared y lo giró, comenzó a morder con posesividad su amplia espalda, dejando la marca de sus dientes.

Quería que cada huella que dejaba en su piel fuera la prueba de que él sería el único que podía reclamarlo como suyo.

Con sus hábiles dedos desabrochó el pantalón negro y los fue bajando hasta que llegó al suelo. Él se quedó hincado, y después de eso lo volteó, de tal forma que la parte delantera del bóxer le quedó enfrente de su cara.

Acercó sus labios al bulto que estaba marcado, abrió la boca y sacó la punta de la lengua solo para dar una pequeña lamida.

-Abre la piernas- le dijo al hombre que tenía de pie enfrente de él.

Sintió como se humedeció más su miembro al ver que la orden fue acatada.

Bajó la ropa interior del mayor y con un enorme antojo, hizo saliva, cerró los ojos y metió toda la extensión del otro en su boca, de un solo golpe, provocando un gemido fuerte y un par de manos fijarse en sus cabellos.

Decidió ocuparse de volver a tomar el trasero y ayudarse para empujar más profundo.

Se escuchaba en el hogar los gemidos y los sonidos de la saliva que tronaba en la base del pene que uno de ellos tenía en la boca.

Este último detuvo lo que estaba haciendo para mojar sus dedos con la mezcla de fluidos que tenía saboreando, sin pensarlo más empezó a introducir uno lentamente, disfrutando la combinación de gestos que veía.

Empezó a juguetear con los interiores de la estrecha entrada, buscando un punto clave que me necesitaba encontrar.

Después de un rato sacó el dedo y se puso de pie, avanzó a uno de sus cajones de su mesa de noche, sacando un bote con lubricante y preservativos. Los puso sobre la cama y después se quitó los pantalones, quedándose únicamente con el boxer puesto.

Agarró la botella, la destapó y dejó caer líquido en sus dedos, aplicó una generosa cantidad, le gustaba esa sensación en sus manos.

Se acercó al otro y le habló al oído -¿Podrías ponerte en cuatro?- después lamió una parte de la oreja.

Vio que con algo de inseguridad se seguía su orden, después de eso se puso a sus espaldas, y siguió con lo que habla dejado antes.

Volvió a introducir uno de sus dedos moviéndolo hábilmente, después de un tiempo y una serie de quejidos, metió otro, pero ahora los sonidos se volvían cada vez más placenteros, cuando le pareció necesario empezó al introducir el tercero y una vez adentro seguía extendiendo y abriendo la entrada.

Cuando notó la desesperación y la necesidad en las expresiones, puso su mano libre en su extensión y la comenzó a masturbar al ritmo de sus dedos introducidos.

-Aaah, m-máaas- esa sola expresión bastó para aumentar la velocidad de los movimientos.

Vio algunas gotas de sudor recorrer la piel de SeokJin, para él era como ver agua bendita brotar desde el ser más sagrado que había pisado la tierra.

Extrajo los dedos desde las profundidades que los tenían atrapados y lo levantó desde la cintura, para tomarlo de la mano y lo acostó sobre el colchón, y justo enfrente se quitó la única prenda que tenía.

Se acercó por completo y abrió sus piernas, alzandolas un poco, y se sumergió bruscamente entre ellas, entrando y saliendo constantemente, haciendo que el mayor las abriera aún más, en realidad fue todo lo posible, incluso más de lo que debía.

-Eres solo mío ¿Lo entendiste?- después de decir eso, la fuerza y rapidez aumentó.

El pelinegro se sentía tan lleno, tanto que se estaba enloquecido por la agresividad que recibía, pero el no se quedaba atrás, arañaba la espalda del cuerpo que tenía arriba.

Recibía succiones en su cuello, pecho y clavículas; esas que al verlas recordaría cada una de las estocadas que recibía.

Vio como Tae se separaba de él y una mano lo tomó de la barbilla, haciendo para atrás su cabeza, y un dedo pulgar se introdujo a su boca, moviéndose por su lengua, sintiendo escalofríos por todo el cuerpo.

Su excitación aumentó cuando algo golpeó el punto clave; empezó a babear por sus comisuras entre gemidos.

Extasiado, se sintió al máximo de su placer, dejando que hilos de semen mancharan su propio abdomen, disfrutando cada segundo de su orgasmo.

El castaño sintió tanta presión al rededor de su miembro que podría terminar en poco tiempo.

Sacó su dedo de la cavidad del mayor y se acercó a lamer los hilos de saliva que corrían a las orillas de la dulce boca del otro.

-¿Puedo correrme en tú rostro?- acarició su mejilla.

-S-Si- Sus ojos necesitados reafirmaron sus ganas de eso.

Así que, salió, se retiró el preservativo y empezó a masturbarse frente a él, después de frotarse un poco descargó su líquido.

SeokJin abrió la boca con la esperanza de que un poco cayera dentro de esta, pero solo un poco salpicó cerca de su labio superior, sacó la lengua y lo saboreó.

Un dedo índice limpió su mejilla y su frente, le ofreció el líquido, dejando que lo limpiara completamente, sintiendo el sabor salado y algo dulce dentro de su boca, ese que tanto disfrutaba.






















































🌹🖤❤️

Miren, más vale tarde que nunca JAJAJAJA estuve más ocupada de lo que pensé, pero aquí está ❤️

Espero que les haya gustado, les quiero mucho y cuidense mil ❤️

Nos vemos mañana un poco más temprano, lo prometo 😔.

Oigan, perdón si hay errores, pero llevo 20 mil horas tratando de guardar los cambios y Wattpad no me deja :( Según yo, lo revisé como 7 veces y cambié algunas cosas, pero quién sabe qué onda con esto.

Maratón 1/5 🤩

JUEGO MALVADO /// TAEJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora