Cartas al cielo

1era Carta

Hola, hace mucho que no me he comunicado contigo... ¿estará bien así? Diablos ya ni recuerdo cómo hablábamos, se supone que debo de escribirle a alguien, te elegí a ti por alguna razón, aunque no sé muy bien cuál, tal vez sea porque ya no estarás acá para recibirla. Te cuento que esto es un ejercicio recetado por mi psicóloga, se supone que me ayudará...exactamente con qué, no sé, pero lo haré de todos modos, ya no tengo nada más que perder.

Si te preguntas ¿Cómo es que ahora estoy en tratamiento psicológico? Te diré que es una larguísima historia que no se muy bien dónde comienza, creo que la idea principal de mi tratamiento es lograr saber el comienzo de mi "trastorno". Tengo una teoría, y comienza contigo, e irónicamente es el momento que se sintió como el fin.

El día que te fuiste, no te voy a mentir, no lloré, y no voy seguido a verte, aunque cada vez que me acuerdo de ti es inevitable no llorar. Me siento solo desde ese día y ya han pasado 16 años, tengo 23, ya no soy ese niño con el que te divertías, con el que hacías las más grandes travesuras. Cuando voy a verte, parece como si mi alma no estuviera allí, como si te la hubieras llevado contigo, me vuelvo frío como el mármol donde está tu tumba, es que no puedo llorar, ni siquiera sentir algo de tristeza, no se si es que aun no puedo creer que ya no estés o que estés ahí en esa fría tumba o el shock aun no lo supero. Tu ausencia se intensifico a los 12 años, fue a la edad que tu te fuiste, tu recuerdo no estaba en mi memoria, era como si no hubieras existido antes, pero en ese momento en el que estaba por cumplir ya los 13 años, tu recuerdo me golpeo tan fuerte, no quería, no quería de ninguna manera vivir esa etapa sin ti, no le hallaba el sentido, de niño me imaginaba con vos, y de repente ya no estabas. Mientras otros se divertían ese verano yo solo pensaba en acercarme a ti, solo quería verte, pero es que pendejo fuiste un jodido ángel en la tierra y aunque me cueste aceptarlo eras mucho para este mundo, y de alguna manera tengo fe en que estas en el cielo o al menos paz, no creo que si atento contra mi vida podré lograr eso.

Sin embargo, no logro disfrutar a pleno mi vida, trato de despejar esos pensamientos de mi cabeza, no ha sido fácil sobrevivir sin ti estos 16 años.

Muchos dicen que te ven en sus sueños, pero yo nunca te vi en los míos, incluso las imágenes de tu recuerdo se vuelven cada vez más borrosas y sonará estúpido, pero lloro de la impotencia.

Además de ser primos fuimos mejores amigos, te agradeceré siempre el que me hayas acompañado a presenciar ese magnifico show sobre ruedas porque ahora es mi pasión, no lo hubiera descubierto sin tu ayuda.

Debería de quemar esta carta al terminar, aunque aun no se si hacerlo, me tomó mucho trabajo el escribirla, carajo me tomó 16 años poder expresar en palabras todo esto y es solo una milésima parte de lo que siento o he sentido todos estos años. Aun no sé qué haré, porque tal vez si llego a quemar esta carta, las cenizas lleguen hasta ti y con un poco de magia jaja puedas leerla...