TURBIA SOLEDAD

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Tu mirada se asemeja a la oscura y turbia soledad, tus caricias son tan frías como la Antártida.
La certeza de tenerte es tan poca: ¡Cariño mio, cuanto te deseo!
Quiero pecar, arder en el infierno. Consumir mis fuerzas, da lugar a la perversión de tu cuerpo, envuélveme con tu fragancia ; esa tan sensual.
Soy esclava de tu mirada, adicta a tu mentiras. Extraño el peligro que abarcaba perderme en la inmensidad de tu mirada, en el sabor de tus labios combinados con el cálido verano, en el que el invierno estaba haciendo estragos en mi cuerpo.

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