Freddie y John

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Roger y Brian llegaron a la casa de Freddie en cuestión de segundos, pues ésta no se encontraba realmente lejos, es más, podían haber ido caminando, pero si hubiera sido así tendrían que volver por el auto de Brian, así que prefirieron conducir. Salieron del auto y tocaron la puerta un par de veces.

   —Hola, queridos —saludó Freddie que traía puesta una bata de color rosa y una copa de vino en una mano.

    —Freddie. ¿Qué pasó? Hace tiempo que no te vemos. A ti y a Deacy.

    —Ah, estamos bien. Después del concierto vimos que se iban juntos y nos fuimos a ver una película. Después lo invité a mi casa, tomamos un par de copas, se quedó a dormir y ahora estábamos durmiendo —respondió.

    —¿Deacy está aquí?

    —Claro. Pasen —Freddie se hizo a un lado para dejarlos pasar. Deacy estaba dormido en el sofá de Freddie con una manta— ¿No es tierno? Parece un niño cuando se duerme.

Brian analizó el lugar que en ese momento parecía un desastre. Había cintas de películas por la mesa, botellas de cerveza por doquier y un olor a cigarrillo gobernaba el ambiente.

—¿Qué pasó aquí? —dijo Brian tapándose la nariz, ya que odiaba el tabaco.

—Un poco de todo. Ya les dije que tomamos algo de cerveza.

Deacy empezó a abrir los ojos. Se incorporó un poco recargando su codo sobre el sofá para apoyarse y poder ver a los recién llegados.

—¿Hola? —saludó tallándose los ojos con el antebrazo.

—Hola, John —saludaron Brian y Roger.

—Nosotros tampoco sabemos qué pasó con ustedes dos. ¿Qué pasó, cariño? ¿Por qué saliste persiguiendo a tu novio? ¿Problemas de pareja? —le preguntó Freddie a Roger que se empezó a poner colorado.

—Ya cállate, Freddie —murmuró nervioso.

—Sí, Freddie, ya cállate —corroboró Brian que sabía lo que pensaba Roger y no quería hacerle las cosas más difíciles.

—Está bien, está bien.

John se quitó la manta de encima dejando ver una bata rosa igual a la de Freddie.

—Parece que ustedes también tuvieron... —insinuó Roger con una sonrisa maliciosa en el rostro.

—¡No! —exclamó John casi de inmediato.

—¿Por qué mientes, cariño? —Freddie volvió a sonreír mirando a John.

Brian miró a Roger. Estaba inmóvil.

—Yo lo decía de broma —comentó Roger.

—No le crean. Ya saben como es —se quejó John tomando lo que parecía ser su ropa y entrando al baño de Freddie para cambiarse.

Mientras Roger tomaba asiento, Brian abría todas las ventanas que podía para dejar salir el humo de cigarrillo encerrado en la habitación, ¿Acaso a ellos no les molestaba?

De todas maneras esto no importó pues  Roger prendió otro cigarrillo.

—¿Quieres dejar eso por favor? —le pido Brian como si fuera una orden.

—Brian, ¿sabes los cigarrillos que he desperdiciado por tu culpa? —se quejó Roger.

—Es por tu salud —Roger volteó los ojos y apagó su cigarrillo.

—¿Contento? —Roger lo miró con una sonrisa que le devolvió Brian.

—Parecen toda una pareja de casados —dijo Freddie interrumpiendo el silencio—. Tú preocupándote por su salud y tú obedeciendo; que tierno.

Brian estuvo a punto de decir algo, pero fue frenado por Roger quien tomó su mano en secreto y después la puso a la vista de Freddie. Brian no entendió el por qué.

—Ah, ya veo —Freddie se pasó una mano por la nuca—. ¡John! ¡Ya tardaste mucho en el baño! —gritó.

John salió rápidamente con un aspecto mucho mejor al que tenía anteriormente.

—Perdón por tardar. Estaba matando a una araña —dijo John poniéndose el zapato que le faltaba.

Brian seguía mirando la mano de Roger sobre la suya. Esa imagen era muy bonita, haciendo que su corazón bailara de alegría y de amor al verlo. Quería saber que pensaba Roger.

—¿Están ocupados? Podemos ir a comer o a caminar —propuso Freddie.

Roger y Brian intercambiaron miradas y por alguna razón, y sin decir nada, se entendieron perfectamente.

—No podemos, tenemos que ir a... —Brian buscó nuevamente la mirada de Roger. Sabían que querían pasar más tiempo juntos.

—Brian me ayudará a ordenar mi cochera —mintió Roger—. Hace tres años que no la ordeno.

Freddie los miró con una mirada acusadora, pero después los dejó irse.
Subieron al auto de Brian y no hicieron nada por unos segundos.

—¿Por qué mentimos? —se preguntó Brian.

—No lo sé, pero me gustaría pasar algo de tiempo contigo... —Brian se sonrojó y lo miró para obligarlo a seguir hablando—. Es decir, no me siento muy cómodo con gente por ahora, entonces podríamos hacer... ¿una pijamada? —Brian notó que Roger estaba nervioso.

—¿Cómo niños de secundaria?

Roger se rió.

—Sí, como niños de secundaria.

Brian lo pensó un poco pero después de un tiempo asintió.

—Está bien.

Brian y Roger se dirigieron a la casa de Brian para la pijamada aunque Roger esperaba que Brian al fin se diera cuenta de sus sentimientos hacia él.

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Hola!! Me presento oficialmente porque nunca he escrito así al final de un capítulo, pero quiero agradecerles por leer la historia :D les aseguro que para lo próximos capítulos habrá más Maylor 7u7 y una cosa más: ¡Comenten! Díganme que les párese la historia quiero leerlos :D Bueno eso fue todo, sólo quería decirles eso UwU

Adiós

APENAS TE DAS CUENTA  [Maylor] 🥀 terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora