APENAS TE DAS CUENTA [Maylor] 🥀 terminada

Final

Los días pasaron y por fin era el día de la boda.

John era padrino de Roger, y Freddie era el padrino de Brian.

Después de todo, los vestuarios no estaban tan mal, eran lindos. Freddie había tomado en cuenta que Roger quería su traje negro y Brian su traje blanco por lo que los había diseñado así.

John los había ayudado a encontrar un campo rural muy lindo donde las decoraciones lo hicieron perfecto para una boda. Además, había un salón muy elegante y amplio al lado donde irían si querían descansar un momento del sol.

Los invitados ya estaban en sus asientos esperando a que llegaran los novios, y posteriormente, que empezara la ceremonia.

Brian terminó de acomodarse el moño de su traje y se giró hacia Freddie para que le dijera su opinión.

—¿Y qué tal?

Freddie lo miró de arriba abajo y sonrió.

—Perfecto. Y espera a ver a Roger, vas a babear tan sólo de verlo —comentó.

Brian se lo imagino. Oh, vaya, creo que realmente iba a babear.

—¿Estás nervioso? —preguntó Freddie.

—Estoy emocionado —contestó—. No sabes lo mucho que amo a Roger.

Freddie sonrió con ternura.

—Lo sé desde hace tiempo, cariño.

Brian le sonrió.

Ahora que se detenía a pensar en todo lo de su alrededor, se daba cuenta del buen amigo que era Freddie.

—Gracias, Fred —dijo.

Freddie frunció el ceño.

—¿Por?

—Por todo.

Freddie hizo un ademán para indicarle que no agradeciera.

—No es nada, cariño. Ahora vamos, tenemos que llegar temprano.

Freddie lo tomó del brazo y lo llevo afuera de la habitación, donde lo esperaba su madre, quien lo miró con los ojos llorosos.

—Ay, hijo, no puedo creer que ya te vayas a casar. Has crecido muy rápido —dijo tapándose la boca de la impresión.

Brian la tomó del brazo.

—Yo tampoco lo creo.

Su madre sonrió con ternura y melancolía.

—Van a ser muy felices.

—Gracias mamá.

Freddie se adelantó y fue a tomar lugar junto con John, al parecer también había terminado de ayudar a Roger.

—¿Ya está listo? —le preguntó Freddie.

John cerró los ojos y asintió.

Los invitados ya estaban ahí, al igual que Brian en lo que podía llamarse el altar, sólo faltaba Roger.

Brian estaba esperándolo, estaba muy ansioso. Ya quería ser oficialmente su esposo.

Después de unos minutos llegó tomado del brazo de su madre.

Roger se veía precioso. Tenía un traje negro que cubría una camisa blanca abotonada, su cabello rubio se movía un poco por el aire, y sus ojitos risueños estaban también fijos en Brian.

Su madre lo llevó hacia él.

La hermana de Roger iba a casarlos, ya que eso le hacía mucha ilusión, y la pareja quería que fuera algo más personal, sólo con conocidos.