Capítulo Tres

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   Estaba a punto de tirar todas las cosas al piso y salir corriendo por la puerta, nunca había estado en una situación tan incómoda y estresante como aquella. Si bien el no quería reprobar las materias, tampoco quería estudiar y que su rival enseñará, ¿Por qué de todas las personas tenía que ser él?

   Se encontraba en la biblioteca con Yuno, había intercambiado unas pocas palabras y eso se debía a los ejercicios que no entendía. La tarde era tranquila, el clima era un poco caluroso, pero aquella biblioteca siempre estaba fresca, no había necesidad de sufrir tanto el calor, esa era la razón por la que muchos iban ahí en verano, pero en invierno estaba prácticamente vacía. Es por ello que el ambiente se sentía fresco; sin embargo Asta sentía que podría desmayarse ahí mismo. ¿La razón? Estar solo con Yuno en una biblioteca silenciosa.

   Magna y Luck tuvieron suerte de que sus notas repuntaron a último momento, mientras que las de Asta solo habían empeorado, eso hizo que tuviera que aceptar las clases con Yuno. Es por eso que ahora ambos estaban en la biblioteca uno frente al otro, mientras Yuno terminaba los deberes del consejo estudiantil, Asta estudiaba. Lo realmente incómodo es que cuando no entendía la consigna, tenía vergüenza de preguntarle a Yuno, por lo general Asta era muy despreocupado y sin vergüenza, no tenía miedo de perder cara ante nadie; pero con Yuno realmente era otro tema. Sin embargo, el azabache no era tan tonto como para no darse cuenta de esto, puesto que siempre mantenía un ojo en el rubio ceniza, cuando veía en su rostro una expresión de confusión, casi tenía ganas de reír, pero aguantaba bastante bien , incluso pensaba que se veía tierno.

—Puedes preguntarme si no entiendes algo, no te voy morder o algo así— dijo serio, pero por dentro se reía de las expresiones del contrario— Como ahora, que realmente necesitas ayuda en ese punto. No es normal que hayas tardado media hora en un tema que dijiste entender.

   Las mejillas de Asta se tiñeron de un color rosado clarito. "Se ve realmente tierno..." Ante este pensamiento Yuno frunció el ceño, esto pareció incomodar a Asta, ya que abrió la boca y la cerro al mismo tiempo mientras volvía a mirar sus libros. Después de unos minutos así, Asta se animó a hablar.

—No entiendo este proceso, lo intenté hacer como dijiste pero no me salió— hablo en voz bajo, realmente parecía otra persona en ese momento, cosa que llamó su atención, es como si estuviera viviendo un déjà vu.

—Veamos— dijo.

   Yuno se paró y camino hasta el lado de Asta sentándose a su lado, la cercanía de Yuno lo había puesto nervioso, pero no incómodo, era un sentimiento realmente nuevo, o tal vez no lo era tanto, tuvo la sensación de ya haber sentido aquello. Yuno acerco su mano hasta el libro que sostenía Asta, y cuando sus manos intercambiaron un mínimo roce, ambos se miraron sonrojándose. ¿Por qué habían sentido ese extraño sentimiento con solo un roce? ¿Por qué era tan familiar? ¿Por qué querían sentirlo de nuevo? Sus mentes daban vueltas, y ninguno podía apartar la mirada del otro, como si en sus ojos pudieran encontrar todo lo que querían ver. "Sus ojos son como ver miles de estrellas, realmente es bonito. Y su color de ojos es casi especial... Pero ¿Por qué presiento que lo conozco? " Asta también estaba cuestionandose todo lo que hacía, aún así, no podía apartar su mirada del contrario.

   Yuno volvió su mirada al libro intentado distraerse de esos nuevos pensamientos y sensaciones.

—La razón por la que no te salió es porque olvidaste la propiedad distributiva. Tienes que acordarte de esto para el examen de la semana entrante— dijo Yuno seriamente, pero era más que obvio que por dentro se estaba actuando de otra forma.

—No creí que era tan importante...— susurró, luego, recobrando un poco su confianza, decidió hablar mostrando una sonrisa— ¡Por favor enséñame hasta el examen! ¡Explicas muy bien y realmente no eres para nada el tipo de persona que creí que eras! ¡Puedo entenderte, más que a los profesores, así que por favor! ¡Enséñame, Yuno-sempai!

   Yuno estaba sorprendido, y mucho más sorprendido cuando escucho el "sempai" acompañado de su nombre. Sus mejillas se sentían calientes, indicándole que se había sonrojado. ¿Por qué ese "tonto" era capaz de hacer latir tan fuerte su corazón con tan solo una palabra? Yuno no lo sabía, pero lo averiguaría, de eso estaba seguro.

—Esta bien, aceptó. A cambio, debes mejorar también tu conducta. Lo digo como el presidente estudiantil, no como tú... "Tutor" temporario.

   Asta sonrió ampliamente luego de constar un "haré lo mejor" para luego prestar atención a sus explicaciones. Realmente la idea que tenían ambos jóvenes respecto a los otros era totalmente distinta. Esa cálida sensación que sintieron al estar juntos era totalmente reconfortante, queriendo saber más de ella, queriendo obtener mucho más. Yuno sentía que podía volverse adicta a ella, pero ¡¿Por qué era tan conocida?!


Heridas del pasado (Yunoasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora