CAPÍTULO 8: El cuerpo tiene memoria.

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Aclaración: Ninguno de estos personajes, ni el manga ni nada me pertenece, todo es propiedad de Koyoharu Gotōge, si la historia hubiera sido mía, Giyū y Shinobu hubieran terminado juntos.

Yo también a veces tengo esa sensación de deja-vu,
cuando conozco a alguien nuevo.
Me pregunto si ustedes también la tendrán,
cuando llegue ese momento...

CAPÍTULO 8: El cuerpo tiene memoria.

Eran las diez de la mañana del mismo sábado. Una niña de catorce años caminaba en dirección a la casa Kochō, el clima estaba bastante tranquilo, era un buen día para ver el hanami en flor, la temporada estaba muy cerca de terminar pero los árboles aún se veían en su punto máximo, eso gracias a que había llegado algo tarde hasta su ciudad.

La niña en cuestión tenía el pelo negro oscuro recogido en dos coletas con moños azules, de flequillo al medio y largo y unos ojos intensos como el océano.

Habían pasado solo unas horas desde que el gran suceso, la casa seguía alborotada con las hermanas Kochō pero por lo menos ya estaban vestidas apropiadamente para cuando el timbre sonó.

Como Kanae y Kanao estaban arriba arreglándose fue Shinobu la que abrió la puerta para sin saberlo encontrarse con una vieja amiga...

— Bienvenida Kanao bajará en un momento porfavor pa...— Shinobu atendió con una sonrisa pero en cuanto vio a la pequeña Aoi Kanzaki sin poder evitarlo un gesto de dolor apareció en su cara, una sacudida en todo el cuerpo, su corazón latiendo tan fuerte que sintió que podría estallar probando pequeños y constantes espasmos. Antes de que pudiera seguir hablando parecía que su cuerpo estaba queriendo dejar de funcionar, un mareo inminente estaba por dejarla en el piso. Pero para su suerte su super prometido la sostuvo antes de que su cuerpo pudiera tocar el piso.

—Shinobu estas bien? ¿Qué pasa? — pregunto Giyū algo asustado sin reparar demasiado en la presencia de la también preocupada invitada.

—Shinobu- nee san? ¿Estas bien? —Kanao había aparecido justo a tiempo, en el fondo Aoi suspiro aliviada.

Shinobu solo pudo asentir lentamente con la cabeza, mientras internamente luchaba por calmar su respiración. Creía reconocer los síntomas, mientras más rápido controlara su cuerpo más rápido pasaría todo...

—Kanao-chan no te preocupes llevare a Shinobu descansar un rato. — Giyū hizo un pequeño gesto con la cabeza a Aoi para mostrar que había notado su presencia y a modo de disculpa. Sin mucho más cargo a Shinobu en sus brazos y se dispuso a subir por las escaleras.

Antes de que pudiera abrir el cuarto de su novia Kanae interrumpió asustada al ver a su hermana toda pálida.

—¿Qué paso? Te la deje un rato y así la traes? — Giyū puso su cara más sincera, una expresión combinada entre fastidio e ironía. Kanae por otro lado abrió la puerta del cuarto y entró para ayudar a acomodar a su hermana.

—No sé, abrió la puerta y casi se desmaya. — Kanae saco las almohadas de adorno de la cama e hizo lugar para que Giyu pudiera acomodarla.

— Shinobu, ¿puedes escucharme?

La Kochō del medio que parecía tan blanca como un fantasma los miraba distante, por suerte no estaba lo suficiente aturdida como para perderse de la charla. — Si, solo necesito descansar.— Su voz era apenas audible y algo pausada pero después de una débil sonrisa Kanae y Giyū se calmaron.

—Iré por un poco de agua...

Giyū asintió y se sentó a un costado de la cama, posó su mano derecha en la frente de su novia para ver si había temperatura. — Tal vez no deberías ir a trabajar hoy...

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2020 ⏰

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