Agua (1)

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-¡Capitán!¡¿Está sordo?!

¿Eh? Mi cabeza está matándome.

-¡Capitán!

Los gritos y el frío me hacen reaccionar, un tipo le grita a otro desesperadamente.

Eh? Miro en todas direcciones y mis oídos zumban sin dejarme definir completamente los sonidos.
Estoy en un barco, grande pero no inmenso, que se mece con violencia entre olas enormes y cajas caen por todas partes, cuerdas bailan con violencia de la lluvia y las velas están agujereadas.

Hasta entonces es que llega a mi mente:
Barco de pesca, ayudante, conseguir dinero, mar frío, mar... Picado, tormenta, alerta de tormenta.
¡Maldición!

Los sentidos se activan y el estruendo se hace sentir, el océano oscuro e interminable ruge de forma aterradora; el agua cae y golpea la piel como cuchillas.

-¡CAPITÁN!

Sin tiempo de reaccionar, golpeamos algo, el capitán cae al suelo y una caja también, tirando al sujeto que le gritaba.

-¡Frank!

¿Frank?

-¿¡Estás bien!? (Digo mientras le ayudo a incorporarse)

¿Quién es Frank?

-Maldición, carajo, ¡mierda! El capitán está aterrado, ¡no sé que mierda estaba murmurando pero el vejete está loco!

-¿Sabes manejar el barco?

-¡No, pero no quiero morir!

Mi corazón late en frenesí, el agua cada vez es peor, mientras los relámpagos y truenos hacen un espectáculo irreal y aterrador.

-¡MIERDA!

El barco gira en un ángulo no natural, bruscamente, rápido, y, sin que ni si quiera me de tiempo de pensar, está de costado, o tal vez es una ola monstruosa, no lo sé, pero trago todo el aire que puedo y terminamos bajo el agua.

Hace un frío grotesco, pero aquí debajo, sorprendentemente, es más silencioso.

Muevo por instinto brazos y pies de forma frenética y aterrada, el agua me sacude con muchísima fuerza y no puedo llegar a la superficie.
Me siento completamente superado, el miedo me consume pero mantengo el oxígeno, soy bueno en ello.
La descarga de adrenalina hace que no piense en nada más que en sobrevivir.

-Tranquilos, puedo salvarlos.

Mis ojos se abren bajo el agua y mi corazón se detiene.
Las palabras de Frank llegan a mi mente como un flash de cámara:
"Así es chico, los vejetes locos te dirán cosas de la dama del océano, pero son solo cuentos de ancianos delirantes que sienten que oyeron algo bajo el agua jajajajajajaja"

Me detuve un segundo.
El sonido fue claro, y melodioso, se me hizo conocido, pero es imposible saber el porqué.
Vi a Frank con la luz de un relámpago.
Nadaba hacia arriba con rapidez, intentando salir, llevaba un cuchillo en su mano derecha, "por si algún animal" siempre me dice.

-Deténganse.

Obedecí.
Detenido, me giré bajo el agua rápidamente, hacia todas direcciones, es como si llegara de todos lugares y a la vez de ninguno.

La luz de otro relámpago me hace ver a Frank continuar subiendo, y sigo con lo mismo.

El aire está por agotarse cuando llego a la superficie y me lanzo hacia arriba para tomar una bocanada antes que me cubra otra ola. Frank nada hacia mi con velocidad y una mirada aterradora.

Salgo a respirar y lo escucho.

-¡Chico, chico! ¡Por dios!

Nado hacia él, llorando por saber que está bien y que hay una poca de esperanza.

Rupturas del Páramo (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora