Agua (4)

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---------------6 MESES DESPUÉS----------------

Diario:

         Ha pasado mucho tiempo desde que conocí a "I." La dama del océano.

Pasamos muchos momentos maravillosos juntos, poco a poco entrando en confianza y volviéndonos muy cercanos.

      Te contaré sobre ella:

      Es muy divertida, siempre hace bromas geniales y ríe continuamente, su risa... Es preciosa.
Sigue durmiendo y comiendo mucho, me explicó que al tener tanto poder necesitas mucha energía, cómo cualquier fuerza de la naturaleza, es necesaria muchísima energía.
A veces es cariñosa conmigo, usualmente cuando está preocupada.
Tiende a ser adorable, a pesar de su actitud cotidiana fría, suele hacer berrinches muy tiernos.
Es muy hermosa.

        Una vez me estaba llevando por un paseo marítimo en su interior y me dejó salir en un arrecife cercano a una isla tropical, para que jugara un rato con ella.
Ella se alejó un poco al mar profundo mientras yo curioseaba entre los corales y anémonas de colores; hasta que de la nada un aterrador tiburón toro salió de la nada; nadando hacia mí a toda velocidad con las fauces abiertas.
Grité bajo el agua, volteé a la derecha y vi algo más aterrador aún, a la dama del océano con su forma tiburón nadando hacia ambos con la boca abierta.

Creo que ambos sintieron mi miedo porque aceleraron aún más.

Ella ganó la carrera y embistió al tiburón por un costado,  llenado el mar de sangre y aumentando su tamaño, tanto que pudo meterlo sin problemas en su boca, pobrecito.
Tuvimos que estar ahí horas en la playa hasta que terminó de digerirlo.

Ese día dormí con ella, tal vez se sentía culpable, no lo sé.

Por lo general yo duermo en una caracola que ella rellenó de algas suaves que me mantiene caliente.

     En fin, hemos pasado muchas cosas juntos, no quiere llevarme a sus encuentros con las personas pero hoy después de mucho aceptó llevarme con mi madre, mañana es el aniversario de nuestro desastroso primer encuentro y planeo darle algo especial.
       Me está preguntando que estoy haciendo, quizá sospeche.

        En fin, mañana será un gran día.

                                                             J.

—¿Todo listo?—me dice, con una gran sonrisa, la mitad de su cuerpo está sumergido en la entrada a su templo.

—si, mi madre debe estar muy preocupada.

—Claro que sí, tardaste mucho en decírmelo.

—Y más en convencerte, dama del océano terca.

—Jajajaja, bien, entra.

Su barbilla se posa en la arena y su boca se abre, es mi túnel de entrada a mi acuario. Camino por la viscosa lengua hasta entrar en su garganta, que uso de tobogán.

Se puso en marcha hacia el puerto de mi pueblo, mi hogar.
Tras unas horas de viaje, me dice:

—J.

—¿que pasa?

—Hay muchos barcos en tu puerto, muy grandes, parecen navíos de combate, puedo sentirlos.

—Que raro, ¿crees que hayan convertido el puerto en algo más grande?

—No me da buena espina. — me dice, y siento un escalofrío.

—¿Quieres volver?— digo mientras agito sus aguas.

—Ya estamos aquí, no llamaremos la atención.

Rupturas del Páramo (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora