El vehículo de Emilio era un desastre, habían parado como hace 5 minutos frente al restorán donde planeaban ir a comer los cuatro, pero no habían podido salir del lugar, ¿la razón?, a Gustabo se le había escapado el tema de Conway
- JAJAJA ¿así que te gusta la verga ardiente?- volvía a reír Pablito, no había parado de reír, y de esta manera contagió a los demás presentes
- le gusta cómo se le pone tiesa- rio Emilio
- le gusta la inefable- comentó esta vez Gustabo
Los tres hombres se reían a carcajadas, mientras Horacio los miraba con mala cara y los brazos cruzados
- Que no me gusta el viejo- alegó
- ¿A poco se le para todavía?- preguntó Emilio ignorando por completo lo dicho por el muchacho
Soltó un bufido y rodó los ojos, para salir del vehículo de una vez, tenía hambre y eso sumado a las sandeces que salían de la boca de sus amigos, lo comenzaban a poner de mal genio
- Espera guarro! - Gritó el rubio mientras se aguantaba la risa e iba tras su hermano.
Ya habían hecho su pedido y se encontraban los cuatro en una mesa cercana a la ventana, la situación no había cambiado mucho, les era imposible no reírse
- Vamos, cambia la cara, que no te estamos juzgando- habla Gustabo
- ¿cómo qué no?, si le gusta el supernintendo, eso está turbio- comenta el menor de los hermanos Escobilla, a lo que Emilio le da un zape en la nuca
- Respeta wey- le habla fuerte a su hermano
- No importa quién te guste, aunque sea el mismísimo terminator, si te hace feliz, por mi está bien- le dijo Gustabo al de cresta regalándole una sonrisa
Algo dentro de Horacio se había emocionado por las palabras de su hermano haciéndole esbozar una pequeña sonrisita, pero aun así, debía dejar el tema claro
- Gracias Gustabo- sonrió devolviéndole la sonrisa- aun así, quiero dejar en claro que no me gusta el Viejo
- ¿entonces quién te gusta?- preguntó el rubio bebiendo de su vaso con jugo
Ahora no tenía como responder, ¿de verdad le gustaba alguien?, lo único que llegaba a su mente era la imagen de Volkov, el hombre comenzaba a aparecer más veces de las que quisiera en su cabeza, aun así, aceptaba que estaba encantado con el rostro de ángel que cargaba el agente y que su fría personalidad mezclada con amabilidad lo llamaban, él lo calificaba como un hombre misterioso, e interesante, un hombre como de las novelas de romance que llegó a leer en alguna ocasión, pero sabía que esa expectativa estaba demasiado alejada de la realidad, esa imagen solo vivía en su imaginación.
Por las veces que lo había encontrado, sabía que era un hombre serio, dedicado a su trabajo y fiel creyente al orden y la ley, pero no sabía nada más allá de eso, no lo conocía lo suficiente como para decir que estaba enamorado, ¿pero que le gustase?, podría ser una opción.
- No lo sé- respondió a la pregunta de su hermano desviando su mirada al plato de comida que yacía frente a él
- ¿cómo que no lo sé?, ¿entonces por qué andas tan bobo últimamente?
- Quizá es por el tal doctor ese- interrumpió Pablito
- ¿Quién?, ¿Claudio?- preguntó el de cresta
- Así que Claudio- comentó con cierto tono de picardía Emilio- que joto
- ¿El doctor muerte?, tiene sentido- habló ahora el rubio
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Catch Me (Volkacio)
Fiksi PenggemarHoracio y Gustabo, la viva imagen de la rebeldía, al llegar a los Santos se esperaban de todo, menos que el más joven de ambos deseara estar en el calabozo todos los días, ¿acaso no había una manera más simple de acercarse al ruso?.