Horacio estaba nervioso, no había parado de moverse en todo el día, subía y bajaba escaleras de forma enérgica, se le veía demasiado feliz, Emilio lo observaba curioso, sabía que este era enérgico, pero nunca a ese nivel, si parecía que estaba a punto de ponerse a volar por el taller, limpió el sudor de su frente con su manga y caminó en dirección al muchacho que se encontraba de espaldas a él devorando lo que parecía ser un sándwich.
- Eh joto – lo llamó Emilio haciendo que Horacio se diese la vuelta y limpiara un par de migajas que quedaban en su boca mientras masticaba
- Mmm? - preguntó aún con la boca cerrada
- Llegó tu noviecito – En ese instante el de cresta se atoró con lo que tenía en su boca poniéndose a toser y quedando tan rojo como su cresta – PERO NO TE ME MUERAS!- gritó Emilio acercándose rápido a auxiliarlo, haciendo que levante los brazos y dándole golpecitos en la espalda hasta que se calmó
- ¿m-mi qué? – preguntó aún rojo
- Que tu noviecito el poli llegó y necesito que lo atiendas porque tengo que recibir la carga de repuestos que acaba de llegar – explicó el mexicano, Horacio se aclaró la garganta y asintió sintiendo como le ardían las mejillas
Emilio solo lo miró con extrañeza, Horacio ni siquiera se había molestado y eso hizo que este colgara una expresión de confusión en su rostro.
El de cresta caminó hacia la zona de atención al cliente peinándose la cresta de forma disimulada y olfateando su aliento, se restregó las manos con nerviosismo y tomo una gran bocanada de aire antes de ponerse a caminar de forma despampanante y con una sonrisa hacia el lugar.
Pero no vio a quien quería, ese no era Volkov, era nada más y nada menos que Jack Conway.
- Joder – murmuró mirando a su alrededor, asegurándose que era a él a quien debía atender
- Por fín! – Exclamó Jack al ver como el muchacho se acercaba
En ese momento Horacio entendió que era a Conway a quien debía atender.
Le fue mejor de lo que esperaba con el superintendente, al parecer andaba de buen humor, tuvieron una conversación agradable y hasta lo hizo reír y eso era algo que pocas veces se veía. Al finalizar el trabajo se despidieron, y la propina que le dejó el superintendente lo puso bastante contento de cierto modo, ya que eran contadas las veces que alguien dejaba propina. Miró el reloj en lo alto de la pared, seguramente Volkov llegaría más tarde, esbozó una sonrisa de forma inconsciente y soltó un suspiro.
- El viejo decrepito ese te tiene peor de lo que pensaba – comentó Emiliio de pronto, sacando a Horacio de su ensoñación
- ¿Qué? – Preguntó confundido, girando hacia su derecha donde estaba el Mexicano apoyado en el marco de una de las altas paredes
- Mira que esas sonrisitas no se las saca ni dios – habló ahora riendo
- No tengo nada que ver con el super – dijo mientras rodaba los ojos y se acercaba hacia el mexicano
- Digas lo que digas ya tengo suficientes pruebas –
- ¿De qué hablas? –
- Oh vamos!, que esa cara de bobo que te cargabas no te quitaba nadie -
- Estas confundiendo las cosas Emilio, el viejo no me interesa –
- Y como se yo que no buscas un suggar daddy –
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Catch Me (Volkacio)
FanfictionHoracio y Gustabo, la viva imagen de la rebeldía, al llegar a los Santos se esperaban de todo, menos que el más joven de ambos deseara estar en el calabozo todos los días, ¿acaso no había una manera más simple de acercarse al ruso?.