-¿Con quién hablabas por teléfono hace un rato?
-Con tu hermana
-¿Están todos enojados conmigo?
-Y conmigo... en realidad no entienden mucho, quizás Elliot les dijo algo sobre la editorial y nuestra discusión pero quizás nadie pensó que podíamos llegar a donde llegamos...
-Casi al suicidio- comienzo a temblar al escuchar la palabra
-No vuelvas a repetirlo- mi tono suena seco y autoritario. Christian me mira con tristeza en sus ojos
-No volverá a ocurrir. Lo prometo
-Eso espero, escucharte hoy fue terrible para mí, es como si hubiera envejecido mil años
-Tienes una cana y todo
-¡No bromees con eso!
-Coqueta
-Peleador- me besa, sabe a pollo, papas y mi gusto preferido en el mundo: Christian Grey
-¿Sabes? Todavía hay helado de vainilla
-¿No me digas?
-¿Comemos helado entonces? Lo merecemos después de haber terminado toda la cena
-Claro que si- sirve todo en un solo cuenco y le chorrea generosamente chocolate y algunas almendras
-Vamos al sillón- trae dos cucharas y nos sentamos a escuchar música mientras comemos el helado. No hablamos, nos dedicamos a mirarnos a los ojos y a tratar de entender al otro. Fue un día agotador y pudo ser trágico. Cuando me acurruco en su pecho, todas las emociones vuelven juntas a mi cabeza. Él pudo haberse matado por ti ¿en qué diablos estabas pensando cuando huías? me pregunta mi subconsciente enojado mirándome por encima de unos anteojos oscuros. los párpados me pesan, Christian duerme a mi lado, siento su respiración pausada, me acomodo mejor y duermo.
Ya es martes y tengo que llamar a Eli y cancelar nuestra reunión. No quiero hablar de trabajo en casa hasta la semana que viene. Christian no está a mi lado... ¿Qué estará haciendo, donde estará? Me pongo un camisón de algodón y salgo, no está en la cocina, ni en su escritorio, ni en la sala ¿Dónde diablos se metió este hombre?
-¿Christian?
-Por aquí Ana- lo encuentro en mi cuarto con la fusta, el antifaz y por dios con el vibrador
-Estoy sorprendido
-¿Qué haces aquí y porque revisas mis cosas?
-Entre por curiosidad, quería ver que te habías comprado, cuando llegaste Taylor tenía tantas bolsas en las manos que pensé que no podría con todo. Vine a ver... me encanta todo lo que compraste, pero había una bolsa arriba, en el estante que estaba por caerse y cuando la tome me encontré con todo esto...
-No está bien que revises mis cosas Christian
-¿Necesitas esto de verdad?- dice levantando el vibrador, de un manotazo se lo saco
-¡No me preguntes cosas así!
-No pasa nada... no es algo que nunca haya visto
-No es por eso... lo dices como si todo el planeta planeara tener sexo conmigo
-Lo hacen nena, he visto cómo te miran en la calle y si por mi fuera, mataría a todos los hombres
-Eres imposible...
-¿Y esto para qué es?- dice levantando la fusta. Se la quito también y le doy un azote en el trasero
-Esto es para cuando usted Sr Grey se porta mal- levanta la ceja y me mira de soslayo