Christian Grey, 50 sombras y luces parte II

CAPITULO 1

Ya lo había dicho pero no me animo a levantar la vista ahora. Siento su toque en mi mentón y poco a poco cedo a su presión y levanto la mirada y me encuentro con los ojos de Ana, brillantes y llenos de amor

- Lo sabía, sabía que tú me amas, puedes no decirlo con palabras pero me lo demuestras todos los días mi amor... yo también te amo Christian- me besa, cierro los ojos maravillado por sus palabras y la abrazo mientras sus dedos se hunden en mi pelo. 

Amo a Anastasia, yo que me creía incapaz de amar y recibir amor, he caído ante el embrujo maravilloso de la Srita Steele. De pronto mi cerebro comienza a funcionar de nuevo y recuerdo que hay gente en la sala... ¡Elena! Me separo suavemente de Ana. No quiero abrir los ojos porque ya se lo que me espera a continuación. 

Los tengo que abrir, no me queda otra así que lo hago. Mi madre y mi hermana están con lágrimas en los ojos mientras que mi padre y mi hermano me miran con cara sorprendida. John sonríe y Elena... bueno Elena tiene cara de nada.

- Hasta que por fin Christian- lanza John. Mamá abraza a Anastasia mientras Mia me saca la lengua.

- Eres tan fea cuando lloras- le digo acercándome

- Estoy tan feliz por ti Christian- me abraza y la dejo. Tengo mucha ropa así que no me preocupo. Papá se suma al abrazo y Elliot me pega un puñetazo en el hombro. Tomo a Ana de la mano y me vuelvo a sentar

- Consuelo- llama mi madre, la mujer aparece por la puerta- trae una botella de champagne, hoy celebramos- Consuelo asiente y se retira, Elena se para

-¿Ya te vas Elena?

-Perdón a todos, me encantaría celebrar con ustedes, pero mañana tengo que ir a Portland a la inauguración del nuevo salón de belleza y ya trasnoche bastante

-Qué pena que no puedas quedarte

-Ya me contarás los detalles luego Grace- se acerca a mi madre y le da un beso y estrecha la mano de mi padre- buenas noches... Christian ¿me acompañas hasta el auto?

-Claro- ella se cuelga de mi brazo y no quiero ver la cara ni de Ana, ni de John. cuando dejamos la sala y cierro la puerta, ella mueve la cabeza en forma de negación

-¿Te tiras una virgen y crees que eso es amor? ¿estoy yo enamorada de ti entonces? Porque recuerdo que conmigo tuviste tu primera follada Christian... esta estupidez no hace más que confirmarme que has perdido todo el control de tu vida cariño y es tan patético- escucho su descargo mientras abro la puerta de salida

-¿Y que puede saber de amor una violadora de menores como tú?- la voz de Anastasia y sus palabras me hielan la sangre. Ana me empuja y cierra la puerta

-¿Cómo me llamaste maleducada?

-Yo seré maleducada pero no soy una depravada

-Ana...

-¿Depravada? 

-¿Y cómo se le llama a alguien que teniendo treinta años tiene relaciones sexuales con un menor de 15 y no solo eso, sino que además le enseña el sadomasoquismo?- Elena me mira como no dando crédito a lo que acaba de escuchar

-No vuelvas a llamarlo ni a buscarlo, Christian es MIO- le grita

-¿Tuyo? Por dios si no eres más que una niñita inexperta, pronto se va a aburrir contigo, el necesita otras cosas, cosas que tú no puedes darle

-CHRISTIAN, ES, MIO- le repite Anastasia haciendo una pausa en cada palabra y al final la empuja. Elena cae por los dos escalones y aterriza en el césped