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Burdel.

Muy agradable nombre para referirse a un prostíbulo, pensé.

Aún me encontraba en estado de shock ante la imagen de Fire ingresando en ese lugar, pero no me iba a quedar ahí de brazos cruzados, tenía que ir a investigar sin que ella se diera cuenta de que la seguía, pero ¿cómo?

Avancé hasta el lugar, sin embargo estando en la puerta me quedé pasmado, no sabía qué hacer, no era un muchacho que haya pisado antes ese tipo de lugares, y no sabría cómo comportarme.

-Hey muchacho, ¿se te ofrece algo?

Escuché a mis espaldas y me di la vuelta. Una joven de aproximadamente 30 años me observaba con una sonrisa afable. Era bonita, tenía un labial rojo intenso en sus labios y su vestido era de escote prominente en sus pechos.

Bien, seguramente ella trabajaba aquí, era mi hora de actuar.

-U-usted trabaja aquí?-la miré con una expresión asustada, tímida. Me analizó durante unos segundos antes de alzar una de sus cejas y sonreirme.

-Por supuesto, ¿quieres pasar cariño?, ¿quieres que te ayude con tus problemas?, ¿cómo te llamas?-la miré y sonreí con inocencia.

Este es el tipo de estupideces que se viven sólo una vez en la vida.

-Quisiera experimentar mi primera vez con alguien que ya tenga conocimientos de esto.-le volví a sonreír.

-¿Y tu nombre?

-E...- ¿en qué rayos estás pensando Edward?, ¡No puedes sólo soltarle tu nombre y ya!, ¿qué no has visto suficientes series de suspenso? Santo cielo, me recriminé.

-¿E?

Piensa Edward, un nombre con E, rápido.

-Elo.-mencioné con seguridad.

-¿Y tu apellido?

-¿Tito?-diablos, no.

-¿Eso fue una afirmación o no estás seguro de tu apellido?

-¿A qué vienen tantas preguntas?-le reclamé ya un tanto nervioso y enojado.-Se supone que vengo a satisfacer mis necesidades y traigo dinero, las preguntas están de más.

Ella me miró con algo de sorpresa en su rostro, que posteriormente lo disfrazó con una mueca para finalmente asentir y abrir la puerta, yo siguiéndole por detrás.

Al entrar me fijé en que poseía una sala con dos sillones color beige medio amarillentos, una escalera donde supongo se subía hacia las habitaciones, y un baño. Mientras le seguía a las escaleras me fijaba en todas las pertenencias del lugar, todo lo que estaba allí se encontraba en un estado pulcro, a pesar de ser objetos viejos.

Al llegar al final de los escalores reparé en algo: diferentes chicas se encontraban de pie frente a las cuatro habitaciones que habían a lo largo del pasillo. De las cuales, conocía a la perfección el rostro de una de ellas. Fire.

La chica que iba conmigo ingresó a la primera habitación y yo le seguí hasta allí. Cerré la puerta y me di la vuelta.

No alcancé a decir palabra alguna ya que unos labios se encontraban sobre los míos moviéndose con desesperación.

Quedé perplejo, no tenía para nada la intención de hacer estas cosas aquí, únicamente vine para saber más sobre Fire, y el por qué estaba en un lugar como éste.

La separé con cuidado antes de brindarle una pequeña sonrisa.-No he venido en realidad con esa intención, discúlpame por interrumpir tu horario de trabajo, obviamente te pagaré, no te preocupes.-Me miró con algo de recelo hasta que finalmente decidió preguntar.-¿Entonces a qué has venido, Elo?

-Vine porque necesito saber acerca de una de las chicas que trabajan aquí.

-¿Nombre?

-Fire.-le dije esperando a que respondiera algo, sin embargo quedó muda ante la mención de ese nombre. Insistí haciendo una seña con mi mano y finalmente recobró el aire y pronunció algo que me dejó helado.

-Ella es la menor de aquí, y únicamente trabaja para un acaudalado empresario que viene a visitarla dos veces por semana.




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