Capitulo 1:La Mansión Mainery

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Aquel día en el Sunny todo marchaba bien. Iban a desembarcar pronto en una isla, una bella isla de verano llamada Viluel, y ya estaban preparados para ello. Cada quien se ocupaba de sus cosas como usualmente lo hacían, el sol estaba en lo alto y el ambiente se llenaba con el exquisito olor de una de las creaciones de Sanji en la cocina. Nami tomaba una bebida que éste caballerosamente le había traído, cuando Robin se le acercó con un libro entre sus manos. La pelirroja no tuvo que pensarlo mucho para saber que venía con información, pues lucía como cada vez que sabía que iba a haber algo interesante para ella en alguna isla: radiante.

-Navegante san, ¿Cuánto crees que falte para desembarcar?- preguntó con una sonrisa cuando estuvo cerca de ella. Pocas eran las veces que podías ver a Nico Robin con semejante expresión, pero había que admitir que luego de lo ocurrido en Ennies Lobby ella era un poco más libre de demostrar sus sentimientos.

-Pues…yo diría que algunos minutos. He encontrado en este mapa un lugar donde podemos esconder el barco mientras bajamos a explorar. La ciudad que hay en la isla está abandonada.

-Oh, eso lo sé, Navegante-san- sonrió Robin- precisamente quiero explorar ese lugar. Hay un edificio muy bello que quiero conocer. La historia está en este libro, Viluel tiene una leyenda que me ha parecido muy interesante.

Nami sonrió.

-Pero no sé si puedas ir a la ciudad hoy. Nos quedará un poco lejos y puede oscurecer mientras estás allá. Quizás lo mejor sea que esperes hasta que amanezca y podamos organizarnos para ir a explorar y a buscar reservas.

Robin asintió, conforme. Nami tenía razón, no podían correr algún riesgo innecesario.

Más tarde desembarcaron en la isla. Montaron un campamento en la playa, Sanji cocinó una deliciosa cena y en la noche compartían un ambiente alegre y movido, como siempre.

Robin y Nami platicaban, Sanji peleaba con Zoro y Ussop hacía equipo con Franky contando historias de terror a Chopper y Luffy. Cuando la narración llegó a oídos de Nami, ésta recordó que Robin le había mencionado al desembarcar que aquella isla tenía una leyenda.

-Oi, Robin, ¿Porqué no nos cuentas esa leyenda que me comentaste hace rato?

Entonces todas las miradas se posaron en la hermosa morena. Los chicos se sentaron un poco más cerca, con ánimo de escuchar la historia. Solamente Zoro se quedó donde estaba recargado en una piedra, poniendo las manos en su nuca y fingiendo dormir.

-Bueno, es una historia muy interesante. Trata sobre un hombre que vivió en esta población hace muchos años, su nombre era Lord John Mainery. Se le tenía por un hombre bueno, había sido muy pobre en su juventud, pero antes de cumplir los treinta años era prácticamente dueño de esta isla.

-¿Cómo?- Chopper, intrigado, no dejaba de comer la botana que Sanji había preparado para amenizar.

-Hubo una serie de coincidencias que, en conjunto con su trabajo duro, le fueron redituando buen dinero. Además de todo ayudaba a los pobres. Todos en la isla lo admiraban, participaba en ritos religiosos y en las celebraciones del lugar.

-Pues suena como alguien que fue feliz y afortunado- fue la opinión de Ussop, quien aún no captaba lo interesante de la historia.

Robin sonrió, para ella era más que evidente que el de nariz larga se estaba aburriendo, acostumbrado como estaba a los cuentos interesantes y contados por el mismo.

-No todo es lo que parece, Nariz Larga-kun- sonrió ella, para continuar- en poco tiempo comenzaron a desaparecer las mujeres jóvenes de la aldea. Luego de dos o tres días volvían a aparecer, asustadas, sucias, y más de una con recuerdos de tortura o violación. Sin embargo no podían dar detalles. No había pistas. Nadie sabía quien era el culpable. También muchos hombres fueron encontrados robando o cometiendo actos terribles, siendo que en la aldea todos se vanagloriaban de ser buenos y llevar vidas rectas. Ellos tampoco recordaban qué hacían antes de ser encontrados. Muchos fueron condenados a muerte aunque aseguraban ser inocente. Fueron unos cinco o diez años de dolor y violencia en Viluel. Lo interesante- hizo una pausa larga durante la que pudo ver los rostros de sus compañeros. Hasta Zoro tenia un ojo medio abierto para no perder detalle- es que el único pilar que seguía en pie sosteniendo las esperanzas de mejora en la población, era Mainery. Pronto lo convirtieron en gobernante.

La Maldición de ViluelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora