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El dulce alivio en tus labios

Narra Jean

Estaba acostado con Libardo y sin darme cuenta los dos nos habíamos quedado dormido por lo que comencé a darle besitos en el cuello con la intención de levantarlo lentamente pero luego de unos segundos este se levantó de un brinco y sus ojos se empezaron a poner llorosos de la nada.

Li-libardo, qué te pasa?!

Este parecía algo perdido pero en cuanto nuestras miradas se toparon no aguanto más y comenzó a llorar en ríos ¿Qué paso? ¿Por qué llora? No sabía que hacer, el contrario se secó las lágrimas y salió de la habitación mientras yo seguía en shock ¿Hice algo malo? ¿¿Por qué tiene que pasar esto??

—Libardo, Dime

Camine hacia el chico para abrazarlo pero este estaba totalmente indispuesto a cualquier tacto y ni siquiera me miraba a los ojos, además de que estaba algo tembloroso.

—Jean

Toda la habitación se quedó en silencio mientras Libardo miraba al piso pero fue pasando sus manos por mi abdomen hasta terminar abrazándome

—Te... Doy asco?

Me quedé congelado por un momento ¿A qué se refería? ¿Piensa qué-

—Te da asco lo que siento por ?

Sin pensarlo dos veces apreté sus hombros y lo puse contra la pared acorralando completamente al contrario haciendo que me mirara, me dolieron más sus ojos que eran unas ventanas abiertas por las cuales se podía ver a la perfección lo destruido que estaba.

—Tú explícame cómo podría darme asco la persona qué amo?

Sueltame ya, tú amas a Nicol-

Mis manos subieron a su rostro alzándolo para besarlo suavemente para terminar por separarme lentamente sin alejarme mucho de su rostro.

—Yo también creía eso.

Después de unos minutos en silencio sin ninguna palabra más, Libardo se lanzó a mi besándome casi haciéndome perder el equilibrio ¿Lujuria? No, ese era el beso más tierno que había recibido en mi vida. Los labios de mi ángel eran de lo mejor en el mundo, algo que sin duda alguna desearía probar cada vez que me levantara por la mañana.

Lo cargue poniendo sus piernas alrededor de mi cintura y camine con él a la habitación mientras lo miraba con una sonrisita.

—Ahora me dirás qué pasó?

El contrarió me miro por unos segundos a los ojos como inspeccionando algo y luego arrecosto su cabeza en mi hombro.

—Soñé con tú gemelo malvado.

—E-eh?

Me senté en la cama dejándolo en mis piernas mientras por momentos iba haciéndolo dar pequeños saltitos, aunque él tampoco se quedaba atrás y con la misma intención movía sus caderas.

—Libardo~ T-e a-m-o~

El contrario se sorprendió, sus ojos se pusieron un poco llorosos pero esta vez se veía... feliz y aunque se trató de esconder entre mi cuello y mi hombro podía notar el sonrojo de sus mejillas.

—Y-yo... También te amo...

Narra Libardo

Jean... En sus ojos se podía ver la emoción... Este... Él es el Jean que yo conozco, es al que amo. No conozco al extraño de mi sueño, pero sus ojos no eran como los de mi Jean.

De ficción a realidad 0.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora