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El día había llegado y junto a este se podía ver a los dos chicos abrasados en la cama de "cucharita" hasta que Libardo se levanto automáticamente y miro a Jean con una sonrisa observado el rostro de su amado.

-Bebé~...

Jean se despertó y solamente miro al chico soltando esa palabra tan suave y delicada para el pelicastaño de labios rosas que se encontraba a su lado.
El pelinegro tomo a Libardo y lo acosto en la cama apegándose a este, parecía más perezoso de lo normal y al parecer no quería alejarse de su Angel.

-Jeancito~ es hora de desayunar~

-Un día más, un día menos, comamos después! Yo quiero seguir dormido.

Confesó el pelinegro con un puchero dirigido a su amado hasta que escucho como la puerta estaba siendo golpeada, por suerte no era la puerta de la habitación, si no la principal. Por suerte Mai tampoco había entrado mientras estaban dormidos, después de todo muchas veces los chicos dormían juntos.
Todo estaba tranquilo ya que Mai estaba despierta y fue a abrir la puerta, todo hasta que escucharon una voz acompañada de unos pasos que recorrían una línea hasta la habitación de Jean.

-Jeaan! Amoor!

Los dos chicos abrieron sus ojos comenzando a lanzarse sus prendas entre sí a su auténtico dueño, prendas que habían sido sacadas y tiradas hacía todas las direcciones la noche anterior.

-A-amor! Espera! ¡Y-ya voy a la sala, espera ahí!

Después de asegurarse que todo estuviera en su lugar se miraron al espejo arreglándose un poco el cabello. Jean salio primero y se dirigió a la Sala mientras que Libardo sí salió un rato después simulando recién haberse levantado.

-Libardo?

Nicole miro a el chico con una expresión de duda, parecía que tenía algo en la cara y hasta Libardo se paso la mano por esta tipo "Por si las dudas" pero la respuesta de la contraria lo dejo en blanco sin saber que decir.

-¿Por qué apoyas una mano en la pared?

Era cierto, Libardo inconcientemente estaba manteniendo una mano en la pared ya que su cadera si dolía y por lo tanto no podía caminar bien Jean y Libardo se miraron un poco inquietos, no habían pensado en que decir.

-Libi, te volviste a golpear como la otra vez?

Mai salió de la cocina con su plato de cereal y leche para sentarse en la mesa disfrutando de su sencillo desayuno.

-¡Sí!

Los ojos del pelicastaño se iluminaron mientras que Jean disimuladamente soltó un suspiro aliviado tratando de que Nicole no se de cuenta.

-Tienes que tener más cuidado!

Dijo Nicole, luego se lanzo a los brazos de Jean y Libardo no pudo evitar fruncir el ceño levemente.

-¡Amor! Mi sorpresa esta lista?

-Ja ja ¿Qué so-

Libardo le hizo señas para que se callara desde el pasillo, Jean recordo lo que le había dicho a la chica y su mente colapso nuevamente.

-Oh, la sorpresa! La sorpresa... La sorpresa... Es... ¡Un paseo!

-¿Un paseo?

Dijeron los tres en coro mientras miraban al pelinegro

-¿Qué mejor que pasarlo con... Familia, amigo y pareja?

Cuando dijo pareja disimuladamente miro a Libardo.
Dirigió su mirada a cada uno de ellos y al ver que no parecían tan emocionados comenzó a entrar en pánico.

-¡Y pagaré todo!

-Siiiii!!!
-Hermanito bello!!
- ¡Glotonería on!

Ese fue un golpe directo al bolsillo de Jean pero no vio otra salida en ese instante.

De ficción a realidad 0.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora