𝑲𝑰𝑴 𝑯𝑨𝑻𝑬 𝒀𝑶𝑼𝑹 𝑺𝑻𝑼𝑷𝑰𝑫 𝑺𝑴𝑰𝑳𝑬!/ 🍇

1 장

Aquella mañana parecía demasiado común, Namjoon bajo del autobús para dar avance a sus pasos dentro del instituto, aquel lugar tan prestigioso dónde solo asistían los alumnos más prestigiosos, mentes brillantes llenas de conexiones. Aquel lugar no parecía ser el sitio para Namjoon, pero era el mejor lugar para estudiar administración de empresas y quizás algún día volver hacer prospera la empresa de su padre. Alumnos corrían de un lado a otro esperando llegar a tiempo a sus clases, otros seguían en busca del tutor que se haría cargo de mostrarles el lugar y ese también era Namjoon quien aún estaba perdido rogando por no causar algún accidente debido a su torpes, lo único que esperaba era pasar desapercibido su tiempo en la universidad y así hubiera sido, de no ser por estar en el momento equivocado con los pensamientos equivocados. La gente a su alrededor comenzó a murmurar muchas cosas y entre ellos un nombre que jamás olvidaría.

"Es demasiado apuesto"
"Los rumores no mentian"
"Pues me gusta más su amigo"
"Solo espero no estar en su lista negra"

Habían muchos más comentarios pero fue lo que pude entender. -Yo los siento Y..Yoongi , no sabía que también traerias una chaqueta igual.- me acerque para poder mirar lo que pasaba, llegué en el momento donde el chico pálido llenaba de malteada la ropa del chico que se disculpaba, su rostro se llenaba de tristeza y y de vergüenza, mientras el brabucon parecía disfrutar. Tenía dos opciones:

A) Irme sin decir nada al respecto como los demás alumnos.
B)Hacer todo un escándalo y salir de mi zona de comodidad.

"Kim Namjoon tu gran bocota te traerá un año muy caótico"

Debí hacerle caso a mi consciencia esa vez...-¿Quien te crees cabeza hueca?- podía escuchar aún más murmullos sobre mi futura muerte y es que tenían razón solo me puse la soga al cuello. -¿Tu quien carajos te crees? Métete en tus propios asuntos.- mencionó el brabucon con cierta indiferencia hacía el moreno, dando un empujón leve que solo hizo desatar aún más las palabras de Namjoon. -Eres toda una bestia, ¿como puedes comportarte así con tus compañeros?- Yoongi perdió la poca paciencia que le quedaba y tomo al moreno del cuello con algo de dificultad debido a la diferencia de tamaños, Namjoon trago grueso y mucho por no mostrarse intimidado.

"Bien dice mamá que el valiente vive hasta que el cobarde quiere..."

No fue el momento de poner aquello en práctica, este valiente es mucho más fuerte de lo que parece, un puñetazo duro se hizo presente en mi mejilla dejando un rojizo para nada usual en esta. Una gota de sangre se deslizaba por mi labio, el calor de mi rostro no era por amor y mucho menos aquel mareo, aquel maldito idiota se atrevió a golpearme y el chico que defendí no fue capaz de decir nada. ¡COBARDE! No era quien para decir aquello cuando mis pies temblaban como gelatina a consecuencia de aquel enano brabucon popular. Un chico de cabellos naranjas y de sonrisa agradable se acercó para ayudarme a levantar, aquel golpe fue demasiado duro y sería aún más estúpido de mi parte buscar regresarlo, ya tendría mi oportunidad. -¿Estás bien? ¿Quieres ir a la enfermería?- Pregunto el de sonrisa cálida, ahora provocando todo un panal en mi estómago, algo bueno debía agradecerle al estúpido pálido ése.

"¡No es momento de jotear Kim Nam Joon!"

-¿Puedo saber tu nombre?- El pelos de zanahoria pregunto mientras rascaba la nuca, que vergonzoso, no nos hemos presentado. -Soy Kim Nam Joon, un gusto.- El sonrío aún más y sus ojitos brillaron de una forma especial. -¿Namjoon? ¿Joonie? Soy yo Hoseok, ¿No me reconoces?- Lo miré un poco sorprendido, no por que recordara que le conozco, si no por que nunca había tenido un amigo guapo, seguro que lo recordaría pero no logro hacerlo. Baje la cabeza un poco apenado por qué el realmente parece conocerme. -Creo que no logras recordarme- menciono con cierta desepcion sin borrar aquella hermosa sonrisa que genera unos pósitos más pequeños que los que aparecen en mis mejillas. -Nos conocimos en la primaria, te acosaba para ser sincero, nos senbamos juntos, hasta tercero que tuviste que irte a Estados Unidos.- Abrí mis ojos aún más ante aquellas confesiones, y los recuerdos de mi solecito llegaron rápido a mi mente, ¡encontré a mi primer amor! -HOBII- Mencioné un poco fuerte mientras me arrojo a sus brazos en un fuerte y cálido abrazo. -Mi solecito.- Mencione bajito y me separe rápido, ya no era para nada un niño, ni yo lo era. Las mejillas de Hoseok se encendieron en un color carmín que se apoderó de él. -No puedo creer que te has puesto bastante apuesto, bueno era de esperarse aún de pequeño ya lo eras.- no podía creer que lo encontré después de tanto tiempo, cuando volví hace un año lo único que hacía era buscarlo, pero era inútil, se había cambiado de casa y solo recordaba su apodo. Sería bueno tener un amigo en este momento que me eche encima al matón de la universidad.
Salí de la enfermería, Hoseok y yo estábamos en las primeras clases junto, sin duda el destino no me odiaba tanto. Algo bueno que contarle a mamá cuando volviera a casa. Fui a mi casillero, habían demasiadas personas cerca de este que me hacía desconfiar un poco, pero quise prestar mínima importancia, y fue entonces que el juego de aquel estúpido dió inicio, un papel callo de mi casillero con aquella advertencia que no dude en doblar y arrojar a la basura con desesperación, los murmullos de las personas fueron en aumento sin vergüenza alguna todos decían lo mismo.

"Kim Namjoon de primer año recibió una advertencia, no queda mucho de su estadía en este lugar..."

Mordi mi labio por lo dentro y sus estúpidas bromas no tardaron en hacerse presente, mi ropa de gimnasia desapareció del vestidor y estuve un rato envuelto en la toalla, nadie quería ayudar al señalado, gracias a mi ángel no dure mucho en aquella situación Hoseok me llevo algo de ropa suya, mi uniforme estaba demasiado manchado como para pensar en usarlo aquel día. Hoseok me llevo a casa, quería llevarlo con mamá para contarle las buenas pero Hoseok no pensó que fuera el momento correcto. Al llegar me di un baño de forma correcta y me puse ropa limpia, además de haber lavado mi uniforme con la excusa de que mi torpeza me llevo a mancharme el uniforme, por suerte mamá me creyó. Que buen mentiroso soy...