Capitulo 2

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2 meses y 5 días después ...

Ahora que Tony aclaro las cosas con Steve, ambos entendieron que fue ese momento dónde Steve marco territorio con Tony.

Aún lo seguía haciendo pero ya era menos que la primera vez. Se contaron que fue de sus vidas sin saber nada del otro. Así como el porqué de su separación cuando eran adolescentes.

Al menos Tony ya no se molestaría con Howard, después de todo ya no estaba con vida, por un atentado por el cual le salvó la vida.

Sus animales internos se reconocieron como pareja destinada, se dieron el tiempo de conocerse más, de iniciar un cortejo y esperar a que su vida de ahora en adelante fuera feliz.

Con lo que no contaban es que el celo de ambos se sincronizarían y que mientras veían una película en el departamento de Steve, les llegaría el momento.

Por su parte Tony nunca tomó supresores porque le advirtió el médico que le harían más daño que a un Omega normal. A Steve por igual, aunque a él ya no le hacía efecto ningún medicamento, gracias a sus defensas altas.

Tony empezó a sentirse incómodo de su entrepierna y su tracero. Incluso quería que Steve lo tomara ahí, en la sala, justo en ese instante.

Steve solo trataba de controlarse al aroma han seductor y adictivo de Tony, ese olor a chocolate recién echo, con toques de canela y vainilla.

Simplemente exquisito.

Tony no dejaba de respirar agitado en busca del aroma de Steve, el olor a tierra mojada, libros viejos y café le encantaba, se estaba desesperando.

Ambos empezaban a sentir un calor subiendo desde sus vientres hacia todo su cuerpo. Se miraron por largos segundos que parecieron horas.

Se besaron apasionadamente, deseosos de más. Su livido estaba en lo alto, querían apagar el fuego de su interior que les quemaba las entrañas.

Steve tomo a Tony de la cadera para colocarlo en su regazo, sintiendo los movimientos de su pareja, frotando su bien proporcionado tracero con su entrepierna, jadeando en busca de más contacto.

Se desnudaban desesperados, tocando la piel a su alcance. El rubio amasó los glúteos de Tony, bebiendo sus gemidos y jadeos en el proceso.

—quiero... ¡Steve! —apenas pronuncio al sentir mordidas y lamidas en su cuello erizando su piel.

—sabes tan bien —le dijo al oído el rubio volviendo a su labor de dejar marcas por todo su cuello, hombros y parte del pecho.

Desesperado por más, Tony saco el miembro erecto de Steve, escuchando gruñir de satisfacción al momento en que comenzó a acariciarlo.

Se sentía tan bien, quería que lo llenará, que lo marcará, que le diera tan duro.

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Ambos desnudos, y en la habitación de Steve, porque claro el no quería que su primer celo juntos fuera en la sala. Así que estando en la habitación, los besos resonaban al igual que los jadeos.

Tony tenía Miles de pequeñas mordidas y chupetones en todo el abdomen, pecho, hombros, cuello, contando sus glúteos, en ellos tenía mordidas y las marcas de los dedos de Steve, y este tenía la espalda llena de rasguños, al igual que los brazos, eso solo lograba excitarlo de una manera que no creía posible.

El castaño se quedó perdido en las sensaciones causadas por su pareja al sentir como lo preparaba, ayudándose con la lengua y dos de sus dedos.

Tony gemia desesperado por más, por ser tomado por Steve. Cuando el rubio lo considero listo, lo dejo boca arriba, quería ver sus expresiones mientras lo hacían.

Entrando de una sola estocada, gimieron el nombre del otro, quedándose por un momento quietos.

—Tony ... Eres hermoso —le dijo antes de besarlo y sentir a Tony moverse. Gruñó por el movimiento circular de caderas que hacia su pareja.

—¡Steve! —el nombrado sonrió al ser el causante de las sensaciones del cuerpo de su castaño.

Ambos perdidos en el aroma del otro, se dijeron que ese sería el fin de semana más placentero de toda su vida. Esperaban que después de esto, no tuvieran problemas el uno con el otro.

Habría una marca en el cuello del genio así como un nudo dentro de su ser, llenando lo como tanto deseaban ambos.

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No querían parar ninguno de los dos. Necesitaban más del otro. Sus celos nunca fueron los mejores, pero ahora que lo habían echo, Tony se sentía satisfecho con Steve, mientras que este le daba todo lo que Tony quería, duro, fuerte y sin pudor alguno.

Este era el quinto nudo y aún querían más, pero sus cuerpos les pedían un descanso. Llevaban 24 horas haciéndolo y ya debían tomar un break. Sonriendo, quedaron dormido y abrazándose esperando a que el nudo bajará. Luego se preocuparían por algo que se les había olvidado. ... Anticonceptivos.

ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora