Aura

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¿Como llegue hasta aquí?

Buscaba a mi alrededor tratando de ubicarme. Al lado mío vi a Antonio.

¿Que? Selena, estás con la muerte. Te quedaste dormida en la sala. ¿Recuerdas? ¿Que paso?

-Te quedaste dormida- me explicó Antonio. -Y baya que dormisteis. Es medio día.-

-¿Que?-

Nunca dormía tanto. Eso explicaba todo. No podría ser que me hubiera dado un coma de comida China.

-Has estado todo el tiempo al lado mío?- había roncado?

-Aunque sea difícil de entender to también duermo y tengo mi propia cama. Y no soy tan creepy como Edward de Crepúsculo.-

-Que alivio me da que eres creepy de tu propia manera-

Rodó sus ojos.

-Dejare que te prepares. Vamos a caminar mucho.-
Que bien. A caminar se dijo.

Se salió azotando un poco la puerta. Me estire como una gato antes de pararme de la cama y fui hacia el espejo. Mi maldito friz estaba por los cielos. Mi cabello era todo un afro feo. Suspire, y busque alguna crema anti fríz . Se me callo un pinta uñas cuando note la flor blanca que había salido anoche. ¿Que rayos tenía esa comida para desorientarme tanto? ¿Tome vino? Limpie rápidamente el vidrio y la pintura rosada.

Selena, ya despiértate.

Me arregle el cabello con cuidado para no dañar mis chinos y me puse un pantalón de mesclilla grises, una camiseta verde militar y unos tenis grises. Esos colores hilan muy bien con el tono de mi piel. Ya que todo estaba como yo quería y como normalmente me sentia fui a desayunar.

Antonio tenía un libro abierto, una libreta habierta con su pluma escribiendo y un mapa hecho a mano.

-¿Todo bien?-me senté a su lado.

-Tenemos poco tiempo y tengo mucho que mostrarte. Estoy haciendo planes Selena. Se que no te quedarás y no te puedo pedir que lo hagas. No puedo pedirte que dejes tu vida por mi. Ya lo entiendo mejor.- sonrió al dirimirme la mirada. -Por lo menos te quiero dar buenos recuerdos. Dejare mi trabajo un tiempo. No creo que pasara algo malo si lo dejo unos días.-

-¿Alguna vez lo has dejado?- pregunte agarrando una uva.

-Nunca-

-Entonces nunca has tomado un día personal. Nunca has tomado un respiro.-

-No soy humano. No lo ocupo. Además siempre estoy solo y por eso no ocupo respirar. Ustedes lo ocupan por el estrés que da todo tiempo de relaciones y responsabilidades. Yo solo me tengo a mi y solo tengo una responsabilidad.-

-Es una responsabilidad, Antonio. Una, pero es más grande je las que tiene la gente normal. Creo que si sientes estres, pero no lo identificas porque no paras para ver qué lo tienes. Yo te lo noto.-

-¿Que ves para decir eso?- rayo una línea verde en el mapa. Y tenía todos los colores.

-Siempre estás tenso y te enojas muy rápido. También rechazas todo lo que te e dicho aunque sea un cumplido. De repente desapareces. En este momento estás agarrando esa pluma tan fuerte que tus dedos se han puesto blancos. No respiras tranquila-

-Ok, ya Selena. Lo admito ando estresado. Pero es porque estás aquí y estoy questinandolo todo. Odio lo que soy, por la manera justa que piensas de mi.-

-No te odio Antonio. Te quiero. Me importas. Es normal que los vivos le teman a la muerte, y no eres solo eso. Es una parte de ti, pero no te define.-

-¿Me quieres?- soltó la pluma y se acerco un poco. -¿Te puedo besar?-

Dije que si y me moví lentamente hacia el hasta que tocamos. Nunca en mi vida me había sentido tan ansiosa por un beso. Sus labios eran tan suaves encontrar los míos. Eran llenos de energía pero delicados y cuidadosos. Podía olerle. Era dulce. Era todo. Habría los ojos un poco y nos alejamos. Sonrió, resplandecía.

-Estás brillando- le comente. -Como que si fueras una luz.-

-No bromies-

-Hablo en serio Antonio.-

Dejo de brillar.

-Te sientes bien- se comió una uva. -Porque yo me siento de maravilla.

El ángel de la muerte. Siempre lo e escuchado. El es un ángel por eso brilla. ¿Y sus alas?

-¿Ya acabasteis de desayunar? Hay un lugar padrisimo que debo mostrarte.-

-Ya- comente. -Ya estoy lista-

La Novia de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora