Dejar a Josephine March y partir rumbo a Europa fue sin duda el esfuerzo más grande que Laurie hiciera nunca. Pero hubo algo en la despedida, en las manos que acariciaron sus cabellos en ese último momento de debilidad que le susurraba que aún no se diera por vencido, que quedaba alguna esperanza para su causa.
Jo sabía que lo mejor era poner distancia y el bueno de Teddy comprendería al fin que ella no estaba hecha para el matrimonio, y mucho menos para el matrimonio con él. Como decía su madre: ambos era muy impulsivos y no sería una buena combinación formar una familia en esas condiciones. Además, estaba el caso de Beth, la adorable jovencita parecía calladamente enamorada de Laurie y si eso era así con más mayor razón ella se mantendría al margen. Pero no fue hasta que su hermana le reveló que sospechaba que era la misma Jo el objeto de los anhelos de Teddy, que la escritora en ciernes comprendió el error que había cometido.
No fue instantáneo, no obstante, un comentario compartido con Beth comenzó a apoderarse de sus pensamientos. Amy estaba libre y dispuesta a ser amada por un joven de buena educación y fortuna. Es más, en una de sus cartas dejaba claro que su objetivo era contraer un matrimonio ventajoso para toda la familia, dado que con Jo no se podía contar para ello y Beth era toda dulzura, pero jamás la verían en ese plan. Al principio casi no notó las alusiones a Teddy o al tiempo que compartía su hermanita rubia y elegante con el muchacho cuando sus destinos coincidían en algún punto de Europa. Aunque llegó un punto en que se hizo evidente que Amy pasaba buena parte de sus días en compañía de Teddy. Y no, Jo no estaba celosa ¿Cómo estarlo si ella misma animó al chico a buscar el amor de una buena joven y quién mejor que su hermana para ello?
Querida Jo:
Te escribo desde el Promenad des Anglais, un paseo bordeado de jardines y palmeras. Creo que Niza te gustaría enormemente. Hay gente de todas partes del mundo y en unos cuantos metros de caminata, puedes escuchar cinco o seis idiomas diferentes. Las mujeres compiten a cual más bella y los dandies no se quedan atrás. Nuestro querido Teddy se reunirá más tarde con Flo y conmigo para tomar el té. Vieras lo bien que luce entre tanto jovencito desesperado por llamar la atención. Estarías orgullosa de él al ver los progresos que realiza en su conducta y en sus hábitos. Sé que yo lo estoy. Hay veces en las que me mira como para decirme algo y luego calla como si de esa manera su secreto permanecerá oculto por un poco más de tiempo. Aunque claro que no necesita decir nada, en sus actos se ve nítidamente el afecto, el respeto, el amor que anida en su corazón esperando el momento para ser compartido. ¡Oh, Jo! Soy tan feliz. Es que Laurie es un sol de persona, no creas que el cariño me ciega y me impide ver sus defectos, porque no es así; pero considero hermana que seremos capaces de ver lo mejor en él y de esa manera ayudarle a dejar lo demás de lado. ¿No te alegra saber que hay tanto amor en ese pecho querida, queridísima Jo?
Debo dejar esta misiva aquí porque Flo me acaba de señalar que ya se acercan Fred y Teddy.
Feliz, feliz, felicísima, tu hermana que te adora:
Amy.-
La pobre Jo en verdad hizo todo el esfuerzo por alegrarse con las noticias que llegaban desde Francia, Alemania o donde quiera que se encontraran Amy y sus tíos. Pero cada vez era más difícil. En principio, debía haber sido ella quien estuviera disfrutando de las delicias de ese viaje, aún no lograba reconciliarse con la idea de que un par de frases mal escogidas y una actitud rayando en la impertinencia habían puesto a Amy en el lugar que le correspondía a ella. Luego estaba el tema de Teddy. Tal parecía que el joven Laurence había cambiado el objeto de sus pasiones y ahora se dedicaba en cuerpo y alma a la menor de las March. Cada día costaba más fingir alegría o indiferencia sobre ese hecho, porque tardíamente Jo comprendió que, sin proponérselo, ella misma empujó a Amy a vivir el destino que lógicamente le esperaba. Lo que más dolía era sin dudas saber con certeza que el supuesto amor de Teddy no era tal, sino más bien un deseo intenso de pertenecer al núcleo de su familia ya que no dudó en cambiarla por la hermana disponible.
El urgente pedido de que regresara a casa porque Beth había empeorado puso en segundo plano todos sus dilemas amorosos o de celos –incluso si Jo se negara a aceptar que ese sentimiento tuviera lugar en su corazón–. Ver a su delicada hermanita desvanecerse cada día un poco más hasta el último adiós, fue el dolor más extremo por el que pasara alguna vez la muchacha. Se sentía sola, Meg tenía a sus niños y a John; mamá y papá se tenían el uno al otro y Amy estaba a miles de kilómetros. Le quedaba el consuelo de las cartas de Fritz, pero eso no llenaba el vacío que sentía en el pecho, ni le daba el hombro fuerte y cálido que la jovencita necesitaba para aflojar ese nudo doloroso que le apretaba la garganta y seguramente estaba compuesto por lágrimas ácidas que se negaban a salir.
Querida Jo:
No puedo siquiera empezar a describir el dolor que me embarga. Me siento tan perdida, si no fuera por el bueno de Laurie probablemente me marchitaría de desesperación. Fred vino y a sabiendas de la situación familiar prefirió callar sus reclamos amorosos, si esto hubiera pasado hace algnos meses atrás estaría desilusionada por no haber recibido esa propuesta matrimonial, sin embargo en este momento nada me parece más egoísta que pensar siquiera en la felicidad cuando ya no podré compartir mi alegría con la querida Beth. Tía Carrow, cree que la virtual separación con Fred es lo que me tiene tan apagada, según sus palabras, pero a ti puedo confesarte que no es eso en lo absoluto. Quiero ir a casa, Jo, quiero sentir el abrazo de mamá y dejarme envolver por la voz de papá… Pero no puedo, no hay manera y eso cada vez me mortifica más.
Continúo mi carta dos días después…
No creerás lo que pasó. Mientras te abría mi corazón hace dos tardes entró la doncella para decirme que un caballero solicitaba mi presencia en la sala de recibo ¿Sabes quién era? Pues sí, él. Me dijo que ya no podía seguir así callando un amor que es cada día más cierto y que la única solución que le encontraba a la situación era pedir mi mano a los tíos. Te imaginarás la impresión que me llevé. Teddy y los tíos consideran que es la mejor solución, ya que de esa manera podré volver como una señora casada en compañía de mi esposo y no habrá nada reprochable en ello. No termino de entender todo lo que se habló y se habla desde esa tarde, Flo está tan anonadada como yo misma, pero me informó que está muy contenta porque es un buen partido y según ella mi futuro estará asegurado. Créeme que eso es en lo último que pensé cuando de mis labios escapó un tímido "sí".
Pronto estaré en casa, te quiere:
Amy March (por un poco de tiempo).-
El doctor March quiso tocar el tema esa noche en la cena, pero Jo pidió permiso para retirarse cuando su madre comentó que tía Carrow estaba exultante de felicidad porque el muchacho era el mejor partido posible y que se veía a lo lejos el sincero afecto que sentía por Amy.
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Jo & Laurie: Detras de la cortina
Fiksi PenggemarFinal alternativo de la historia entre Jo & Laurie en "Mujercitas". Hola! Este fanfic no es mío (Pronto comenzaré a escribir los míos) pero siento que no tengo el talento para escribir un final para Jo & Laurie al estilo "Mujercitas" así que les com...