La caminata que normalmente no me hubiera tomado más que un minuto y medio, acababa de durar unos cinco, pero había sido mucho más pacífica. "El viaje es mejor que el destino" pensé por un momento y sonreí.

Levi, que de vez en cuando se apoyaba en mi para descansar, finalmente colocó su mano sobre mi hombro, haciendo presión para poder usarme como soporte. Ambos nos detuvimos un momento para admirar la belleza del agua corriendo por el riachuelo.

— Es bonito, ¿Cierto? — Dije, rompiendo el silencio.

Él asintió levemente, aún sin retirar la mirada del riachuelo. Sonreí, pues se veía como un pequeño niño viendo algo maravilloso.

— Es mejor una vez adentro. ¿Vamos?

Él asintió, y yo le tomé de la muñeca, emocionada, mientras le dirigía a la orilla del riachuelo para posteriormente ayudarle a sentarse en una piedra.

Una vez el estuvo sentado, me apresuré a quitarme los zapatos, mientras doblaba los bordes de mi pantalón para que se mojaran lo menos posible. Cuando alcé la vista, pude notar que el azabache se había apresurado a copiarme. Asentí con una sonrisa y coloqué mis puños sobre mis caderas.

— Bien. Esto es una red—dije mientras mantenía dicho objeto en mis manos—, y es más fácil pescar con eso. Sólo la tiras, jalas de vuela, y recoges los peces que atrapes. No necesitamos tantos, así que no deberíamos tardar tanto. — Le expliqué.

— Déjame intentarlo. — Me dijo mientras se levantaba.

— ¿Seguro? — Empecé a decir, pero no importó, pues antes de que me diera cuenta él ya había tomado la red de mis manos y estaba preparándose para intentar.

Caminé a su lado, observando cómo lo hacía. Realmente parecía que tenía experiencia, pues no mostró hacer ningún esfuerzo, y antes de que me pudiera dar cuenta, ya teníamos un puñado de peces.

Ambos nos miramos sorprendidos por un momento, aunque realmente no sé por qué. Él fue el primero en hablar, todavía con la red en las manos.

— ¿Qué hago ahora? — Dijo, realmente confundido, tal vez un poco nervioso.

— ¡Corre y ponlos en la cubeta! — Le dije. — ¡Olvídalo, no puedes correr, déjame hacerlo!

Él tan sólo extendió los brazos, casi mecánicamente, para que yo tomara la red, cosa que hice antes de rápidamente colocar los peces en una cubeta de madera.

Ya estando más tranquila, volví caminando hacia donde Levi estaba. Ahora parecía orgulloso, tal vez por lo bien que lo había hecho.

— Que no se te suba a la cabeza. — Comenté mientras pasaba junto a él.

Él, como siempre, chasqueó la lengua, y no tuve que verlo para saber a la perfección que había rodado los ojos también. Reí levemente mientras metía mis pies en el agua, y me sentía tranquila con sólo sentir la corriente tocar mi piel.

— ¿Y ahora qué? — Dijo Levi, mientras caminaba hasta quedar tras mi espalda.

— Bien, esos son suficientes pescados, así que tenemos unas dos horas libres y nada más que hacer. — Dije aún observando el agua. — ¿Hay algo en lo que no seas bueno?

— No me reclames.

— No lo hago, de hecho debería agradecerte. Si no fueras bueno en todo, hubieramos tardado horas, y no podría disfrutar del rio. — Confesé mientras volteaba a verle. — Ven. — Le dije mientras le extendía la mano para ayudarle a entrar un poco en el riachuelo.

Él aceptó apretando fuertemente mi mano. Yo enseguida le guié, estando ahora los dos con el agua hasta los tobillos. Su cara mostraba más bien disgusto, tal vez asco, y yo reí ante esto.

Stay (Levi Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora