13》🔞

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Ya van casi cuatro semanas en las que lo único que hago es follar con Volkov y trabajar, y bueno, follar en el trabajo. Así que hoy no es la excepción, por eso estamos en la azotea de nuestro edificio, follando.

Volkov estaba sentado en uno de los bancos que habían ahí, con los pantalones lo suficientemente bajados como para que solo saliera su pene, nuestra idea no era hacer exhibicionismo. Yo por otro lado si me tuve que bajar los pantalones al completo, ya me encontraba sentado sobre el pene de Volkov, dando saltos y gritando como nunca, ya que  nadie podría escuchar nuestros gritos en la azotea y menos a las tres de la mañana, así que aprovecho eso para sacar cada gemido que quiera salir de mi cuerpo.

Volkov comienza a masturbar mi miembro y testículos, mientras yo le rasguño los hombros y nuca, Volkov sigue con ese trabajo hasta que minutos después decide empezar a dejar leves besos en mi pecho y torso, algunas veces succiona haciendo marcas rojas.

Pasa a mis pezones para lamerlos y morderlos, haciendo que gima todavía más. Minutos después me corro sobre el abdomen de Volkov, pero él todavía no ha eyaculado así que sigo con el mismo ritmo que hace unos minutos, sigo saltan hasta que lo hago correrse, haciendo que todo su semen termine dentro de mi cavidad anal, hecho que me encanta.

Caigo sobre él, pasando mis brazos por su cuello, haciendo de alguna forma un abrazo.

-¿Estás bien?. -Pregunta Volkov.

-Si, agotado.

-Y yo. -Reímos levemente. -Vámonos a tu casa.

-Espera unos minutos, no creo poder mantenerme en pie lo suficiente como para bajar escalones encima.

-Está bien. -Ríe esta vez solo él.

Nos quedamos varios minutos así, calculo que unos diez. Él seguía dentro de mi, ya que no me había levantado ni siquiera para sacar su pene. Tras esos diez minutos me levanto, avandonando esa comoda posición, lanzando un leve gemido al sacar el pene de mi cavidad. Volkov sube sus pantalones y yo me pongo los míos, para este punto ya eran las cuatro de la mañana y ningún vecino estará por los pasillos, pero mejor no arriesgarse a que alguno nos vea desnudos.

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Día nuevo, día que comienza con sexo mañanero, ya nos hemos acostumbrado a esto, que nunca termine es lo único que pido.

Volkov trepa por mi abdomen hasta acostarse a mi lado, había cumplido su promesa de despertarme con una mamadacomo había hecho yo ayer.

-Voy a preparar algo de desayuno ¿vale? - me avisa Volkov

-Está bien, yo me quedo un poquito más.

-De acuerdo.

Volkov se levanta y yo me paso hacia su parte de la cama, olía a él y no podía desperdiciar la oportunidad de inpregnarme en su olor.

-Horacio baja, el desayuno ya está listo.

Oigo gritar a Volkov desde abajo, cojo mis calzoncillos y bajo las escaleras, en la planta de abajo hay ventanales, y bastante espectáculo dimos ya cuando tuvimos sexo en la encimera, como para ahora dar más bajando desnudo a la cocina.

Me acerco a Volkov para darle su merecido beso de buenos días y para coger mi plato. Hoy, a pesar de que llegamos tarde otra vez, decidimos tomarnoslo con tranquilidad, así que desayunamos como si llegáramos puntuales, por ello Volkov decidió cocinar huevos revueltos y té.

-Gracias por el desayuno Volkov.

-De nada, la próxima vez te prepararé algo típico de Rusia.

-¡Si!, me encantaría. - Me acerco a él, por encima de la encimera y planto un corto beso. Siento que esto está llegando muy lejos.

Cuando terminamos de desayunar volvemos a la habitación, nos duchamos juntos, y nos vestimos. Volkov se puso su típica camisa de comisario, y yo, pues, uno de mis típicos atuendos extravagantes.

Horacio, Los Santos - Volkacio -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora