ASILO HAPJEONG

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Ya era un nuevo día, era sábado por la mañana. Chaeng estaba decidida a ir al asilo el día de hoy, pensaba que entre más pronto fuera, más pronto se libraría de ir.

Se levantó de su cama para dirigirse al baño, se lavó los dientes y la cara. Una vez hizo esto, salió de su cuarto para dirigirse al de su madre.

Al llegar al cuarto no encontró a su madre, la cama estaba intacta, nadie había dormido ahí. Se alarmó un poco, pues por más tiempo que su madre pasara fuera de casa, siempre regresaba en la noche o incluso en la madrugada, pero siempre regresaba. Bajó corriendo las escaleras, tan rápido que uno de sus pies se deslizó y ella por poco cae, pero por suerte alcanzó a agarrarse del barandal de la escalera. Recuperó su posición y siguió bajando. La puerta de la entrada estaba media abierta, lo cual la alarmó aún más. Corrió a cerrarla y cuando giró hacia la sala, encontró a su madre tirada al lado del sillón, estaba dormida. Se acercó a ella para despertarla y ayudarla a subir a su cuarto. En cuanto estuvo a su lado, pudo sentir el intenso olor a alcohol que desprendía. No otra vez. Fue lo primero que pudo pensar al reconocer el olor, no era la primera vez que su madre llegaba tomada, pero jamás había sido tanto como para quedarse tirada al lado del sillón.

— Mamá - Dijo en voz baja mientras movía un poco su hombro para despertarla - Mamá, tienes que ir a dormir a tu cama - No respondía - Mamá - Esta vez la agitó un poco más fuerte.

— ¿Eh? - Reaccionó un poco e intentó abrir los ojos, los cuales se cerraron al instante.

— Mamá, tienes que ir a dormir a tu cama, no puedes quedarte en el piso - Esperaba que su madre reaccionara.

— ¿Qué? - La mujer estaba bastante mareada y adormilada.

— Tienes que ir a tu... - No pudo terminar de hablar.

— Sí, sí, mi cama - Dijo adormilada, mientras intentaba abrir los ojos - Y-ya estoy en mi cama - Dijo para volver a cerrar los ojos.

La pelinegra sabía que no reaccionaría, pero tampoco podía dejarla en el suelo. Subió por unas cobijas y una almohada. En cuanto bajó, recostó a su madre en el sofá de enfrente, le acomodó la almohada y la abrigó con las cobijas.

Se le quedó mirando unos segundos, extrañaba a su madre de hace 8 años, la madre que siempre estaba con ella para jugar o hacer cualquier cosa, pero ahí estaba. Lamentablemente, esa madre ya no existía, se había esfumado.

Se dispuso a prepararse algo de desayunar, estaba harta de la pizza, así es que hizo lo que pudo con lo que había en el refrigerador. Logró prepararse un desayuno decente y lo subió para desayunar mientras se arreglaba para salir.

Mientras desayunaba y decidía qué ropa ponerse, trataba de prepararse para los sentimientos que enfrentaría al entrar al asilo. Sabía que no sería fácil, pero necesitaba esa calificación. El proyecto final tenía una duración de dos meses desde que se deja hasta que se entrega, y tanto tiempo lleva a valer una gran cantidad de la calificación. Tenía dos meses para preparar su proyecto, pero deseaba que fuera menos tiempo; y eso es lo que haría, no planeaba ir más de dos semanas. Su idea era recolectar la mayor cantidad de información posible en esas dos semanas y dedicarse el resto del tiempo a crear un informe perfecto.

Ya estaba lista para irse, quería avisarle a su madre que saldría, pero seguía dormida. Decidió simplemente dejar una nota e irse.

Tuve que salir por un proyecto de la clase de Lenguaje. Estaré en el asilo Hapjeong.

Regresaré antes de la comida

— Chaeng

En Mis Tiempos [Secuela de SECRETOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora