VE POR ELLA

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Junio 10. 30 días para entregar el ensayo.

11:00 a.m.

¿Entonces no me dirás para qué quieres sus números? —preguntaba la mayor con fingida indignación.

— Ya te dije que noooo —alargó el "no" en un cántico al teléfono—. Es una sorpresa.

— Eso mismo le dijiste a mi mamá cuando le pediste los números.

— ¿Y entonces no crees que con menos razón te diré a ti? —rió.

Desde el sábado en que tuvo su gran idea, Yeun no había dejado de preguntar sobre su plan. Pero por más que quisiera a la castaña, no podría decirle, quería mantener todo como una sorpresa, pues no era sólo para Jisoo, sino también para ella y su madre. Si bien ya había dejado claro que no diría nada y sólo lo haría si necesitaba de su ayuda, la mayor no se daba por vencida, y esa mañana no era diferente.

— Además, ¿no crees que es mejor que te concentres en tu clase? —sugirió.

— El maestro aún no llega y ni se te ocurra decir que tú sí debes poner atención, porque según tu horario, estás en hora libre —se defendió incluso antes de que la pelinegra pudiera atacar.

— ¿Y tú cómo sabes eso? —miró su teléfono completamente sorprendida y extrañada—. Jamás te he dicho mi horario ni-

— La abuela —una sonrisa victoriosa se dibujó en su rostro—. Yo también tengo mis métodos, Park Chaeyoung.

Yeun sólo pudo escuchar la risa de la menor al otro lado del teléfono, imaginando la escena tan hermosa en su mente. Definitivamente la sonrisa y risa de aquella chica se habían convertido en sus cosas favoritas.

— Pero bueno, como sé que no me dirás, no tiene caso que sigamos hablando de esto —la menor hizo un sonido de afirmación—. Así que… ¿qué haces?

Chaeng no pudo evitar reír ante la pregunta tan común, pero adoraba hablar con la castaña, así que cualquier cosa era buen tema de conversación tratándose de ella.

— Realmente nada. Estoy caminando hacia la cafetería. Mis amigos salieron antes del salón porque necesitaba hacer algo y me dijeron que ahí los viera. Entonces es a donde voy.

Ohh, entonces supongo que vas a comer ya.

— Supongo que sí. Si hay algo que se me antoje, entonces sí. Realmente no tengo hambre, pero sí sed. De hecho he tenido demasiada sed últimamente.

— Deberías comprar una botella de agua.

— Sip, eso haré. Bueno, te dejo, ya llegué con mis amigos. ¡Chaeng! Yeun podía escuchar cómo sus amigos llamaban el nombre de la menor—. ¿Los escuchas?

La mayor afirmó entre risas.

— Bueno, entonces te dejo, no creo que tarde en iniciar la clase. Suerte y ten un buen día. Nos vemos en el asilo.

— Sip, gracias, igual tú —la pelinegra estaba por colgar pero un abrazo la detuvo— ¿Por qué tardaste tanto? —la mayor no despegó el teléfono de su oreja al escuchar otra voz. Era un chico— No seas exagerado, Jihoon. No lo malentiendas, Chaeng. Lo que pasa es que no puede pasar más de cinco minutos sin ti —ahora era la voz de otra chica la que se escuchaba—. Así de idiota lo traes; pero no es para menos, desde que-

En Mis Tiempos [Secuela de SECRETOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora