Observó atentamente la bolsita con caramelos entre sus manos, analizando con cuidado si su idea era buena o no. La noche pasada no pudo dormir adecuadamente debido a que cierto chico rubio vagaba por sus pensamientos. No sabía que era, si vergüenza o alguna especie de curiosidad, pero algo dentro de su cabeza le decía que debía disculparse con JiMin e intentar acercarse a él.Toda la noche no pegó los ojo por pensar en la situación, era consiente de que no podía simplemente acercarse al rubio de la nada, no ahora que sabía de la condición de este. Lo que menos quería era asustarlo de nuevo, bien podía soportar miles de confrontaciones con su insoportable hermano, pero ver de nuevo al indefenso y tierno JiMin con lágrimas en los ojos y expresión asustada en el rostro no.
Se le complicaría acercarse a JiMin, así que debía pensar con cuidado sus acciones para no asustarlo de nuevo y que termine huyendo, aunque, pensándolo bien, era probable que ni siquiera intente huir, solo gritaría y quedaría petrificado en su lugar. Por eso mismo, tenía que ser cuidadoso.
Aventó hacia arriba la bolsita de caramelos y la volvió a atrapar con su mano, soltó un suspiro largo y metió la bolsita dentro de su chaqueta, con toda la delicadeza del mundo, cosa que le sorprendió porque solo se trataba de una bolsa de dulces.
Miró a su alrededor, intentando ubicar con la mirada a JiMin. Era muy temprano por la mañana, las clases apenas darían inicio por lo que el tumulto de gente caminaba a todas direcciones, algunos apurados y otros relajados.
Después de un rato en que sus ojos bailaban en busca del rubio, pudo visualizar aquellos rubios cabellos siendo cubiertos por un gorrito de lana color azul pastel. Sonrió inconcientemente, bajando su mirada al rostro del menor, encontrándose con la imagen más adorable que pudo presenciar. Sus mejillas estaban más abultadas de los normal, debido a que comía un poco de fruta picada. Sus mejillas estaban muy rojitas, al igual que la puntita de su nariz, muy probablemente por el frío de la mañana. A pesar de la distancia en la que estaban, YoonGi notó que los labios de JiMin brillaban, quizás porque la fruta tenía miel o solo era un poco de saliva.
Estaba a punto de acercarse al rubio, pero estaba tan perdido en ver los detalles del chico que no se dio cuenta que estaba acompañado. Fue hasta que vio como ChanYeol limpiaba con una servilleta los labios de JiMin, sonriéndole con ternura. También estaba acompañado de más personas, las cuales no les dio importancia. Se lamentó internamente porque no podía acercarse ahora, debía esperar a que estuviera solo.
—Parece que no es buen momento. —susurró en un hilo de voz, metiendo la mano a dónde la bolsa con caramelos aguardaba.
—No, no lo es. —el pálido dio un saltito en su lugar, asustado por la inesperada voz. —Oh, lo siento. —se disculpó la chica mientras bajaba la cabeza avergonzada.
—No te preocupes, AhIn. —sonrió para calmarla, recibiendo una sonrisa también.
—Llevas un largo rato observándolo, no quería interrumpir tus pensamientos.
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Como las tortugas | Yoonmin
Fanfiction[🐢] Hablemos de un Jimin con autismo leve y un chico de Daegu que quiere enseñarle lo bello de la vida aunque él no la vea del todo asi. 🔹Una colaboración por @dannajeon_ y dennylaland. 🔹Contenido homosexual. 🔹No se permiten copias ni adaptacion...