Capítulo 6

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Como escribió el rencor que despierta en ti.

Pasaron dos meses desde aquella noche en Babylon. Louis iba a ese lugar una vez por semana para conseguir una noche de buen sexo para después irse a su casa. Harry no le hablaba más que para lo necesario porque no quería involucrarse en sus temas.

También le informaba al presidente acerca del comportamiento de su hijo, le decía únicamente que iba a un club pero jamás le mencionaba el nombre, ni dirección ni mucho menos lo que ahí iba a hacer su hijo. Sabía que Louis jamás le había dicho a su padre respecto a eso y el no quería meterse en problemas familiares. No tenía días de descanso únicamente cuando al castaño le daba pereza salir y eso era gloria para el ojiverde.

Últimamente Harry tenía pesadillas a diario y lo odiaba, despertaba lleno de sudor y temblando, le hacía sentir vulnerable. Después de eso decidía ya no dormir, no sabría si podría soportar una pesadilla más.

Louis por otra parte dormía como verdadero bebé pero esta noche no podía conciliar el sueño. No tenía la necesidad de salir a Babylon o ver a sus amigos solo estaba mirando el techo blanco pensando nada en realidad. Sabía que Harry estaba a una habitación de la de el y eso lo ponía ansioso.

Se la pasaba peleando con el, le lloriqueaba por poder salir solo a lo que el rizado se negaba siempre. Al parecer el era muy fuerte porque no renunciaba por más insultos que el le daba. Y la verdad es que Louis se empezaba a cansar y mejor lo dejaba pasar.

Le llamaba mucho la atención Harry, le gustaba su cabello, le gustaba su boca, su nariz, sus pómulos, su cuerpo. Louis decidió parar con esos pensamientos que no lo llevarían a nada.

Sacudió su cabeza en un intento por borrar la imagen de Harry. Tenía que pensar en algo para sacarlo de su vida para siempre no pensar en su perfecta cara.

Louis estaba orgulloso de sus preferencias sexuales a pesar de que sus padres no lo supieran. Pero el no dudaba que eso era lo que le hacía feliz. Descubrió su faceta a los cuatro años y no iba a mentir, había recibido insultos por parte de compañeros de la escuela pero eso no le afecto. El se sentía feliz con eso. Y estaba feliz con su vida, no iba a permitir que un desconocido le cambiará su vida.

Se levantó de la cama, se puso unos puntos, playera y tenis.

Toco fuertemente la puerta donde Harry se encontraba seguramente dormido. No recibió respuesta alguna y siguió tocando con más intensidad y más insistente.

Un Harry adormilado, despeinado abrió la puerta. Mierda, estaba durmiendo perfectamente.

-Vámonos.- salio de los labios de Louis.

Harry se tallo los ojos en un intento por espantar el sueño. Entro a mirar el reloj. Madre santa, eran las dos de la mañana.

-¿Estas loco?- salio enojado de la habitación.

Louis no respondió, trago saliva ruidosamente y apartó la mirada de Harry.

-Posiblemente pero necesito cigarrillos.

-Joder, podías esperar a que amanezca del todo.

-No, no puedo. Te veo abajo.

Sin mas que decir bajo. En realidad no quería cigarrillos solo había sido una excusa para poder sacar a Harry, que este se enojara y pronto se rindiera y renunciaría a su trabajo.

Harry pateo la puerta al momento de salir, estaba enojado y mucho, no tenía porque negar que ese castaño lo sacaba de sus casillas. Cigarrillos a las dos putas horas de la madrugada.

Bajo y se adentro al coche azotando la puerta y su acompañante en el asiento del copiloto empezó a carcajearse.

-Sabes que están abiertas las puertas para el momento en que decidas irte.

-Louis.- lo miro antes de continuar- hay personas en este jodido mundo que no tienen en donde caerse muerto y resulta que una de esas personas soy yo y no voy a renunciar por tu comportamiento de niño de cinco años. Necesito este trabajo para tener dinero. Yo no tengo un padre millonario que pague todo lo que yo quiera.

La mirada de Louis cambio y decidió no volver a hablar mientras Harry manejaba hasta la gasolinera más cercana. Sabía que lo había herido.

Compraron todo lo que Louis pidió, salieron del establecimiento inmediatamente después de pagar. Harry no se percató de que alguien los observaba. Estaba muy cansado. Llegaron al departamento y antes de Harry entrará a su habitación Louis lo detuvo del hombro.

-Gracias por acompañarme, Harry.

Este se quedo pasmado, era la primera vez que Louis se comportaba amable. Se quedó parado y escucho como Louis cerraba su puerta. Sabía que ese comportamiento no iba a durar toda la vida. Al día siguiente Louis continuo con su estado habitual, grosero y irritable. A partir de ahí bebía cada noche, iban a Babylon diario junto con Evan. Louis se metía con lo que se encontrará, no salía de aquel cuarto con luz roja, Evan por su lado siempre lo esperaba jamás entraba dentro, solamente bailaba pero jamás besaba a nadie lo cual era raro porque ese era el tema principal en ese lugar. Y Harry podía comprobar que el rubio solo sonreía y se acercaba más con el castaño. Los ojos de Evan brillaban mucho cuando Louis se acercaba a el, pero el sentimiento no era correspondido.

Harry no iba a negar que Louis era hermoso. Con sus ojos azules, su cara demasiado angelical para aquel comportamiento que poseía, su voz fina, realmente era perfecto. Evan tenía lo suyo, pero era muy tímido.

En ese momento Louis salio del cuarto solo y con una sonrisa de satisfacción en su rostro interrumpiendo los pensamientos de su guardaespaldas. Siguió bailando hasta las tres de la madrugada cuando se canso y se sentó en las mesas a seguir bebiendo. Evan no se separaba de el en ningún momento. Le cuidaba.

Eran tan seguidas las idas a ese lugar que todos conocían a Harry y aunque al principio se le insinuaban decidieron dejarlo al ver que no estaba interesado en pasar una noche con cualquiera de los que ahí se encontraban.

-En un rato tengo que estar en la oficina de mi padre, quiere que maneje unos papeles y joder que me irrita, odio trabajar.- le contaba el ojiazul al rubio.

-Que jodido estarás.- respondió este.

-No tienes ni idea, no tengo ni puta idea de que hacer y tengo que usar un estúpido traje.

Evan se río muy fuerte y Louis les envío una mirada enojada. Vaya que ese asunto si le molestaba de sobre manera. No soportando más, se levantó de su asiento y sin decirle una palabra a Harry salio del lugar, Harry se apresuró para alcanzarlo.

-Harry, no me sigas.- lo detuvo Louis al sentir pasos cerca.

Harry se quedo parado en donde estaba, sin decir una palabra, sabia que era una situación muy difícil para Louis, el hecho de tener que trabajar en algo que no le gustara.

-Louis.- hablo dudativo el rizado. El mencionado se dio la vuelta esperando que continuará.- ¿Que es lo que te gusta hacer?

-¿A que te refieres?

-Yo, me refiero a que es lo que te gusta hacer en tus tiempos libres.

-Escribir.- contestó, mirando al cielo estrellado, mientras Harry trataba de comprender.- Me gusta escribir poesía, pero claro es algo que mi padre jamás supo y... No importa.

-Claro que importa.

Harry no pudo retener aquellas palabras, Louis lo observo fijamente sin hablar. Comenzó a caminar en dirección contraria a donde estaba el coche mientras seguía mirando el cielo.

-¿Y a ti, Harry?

-Pintar, amaba pintar.

-¿Que paso?

-Mi padre me mando a estudiar esto.- dijo mientas se señalaba a el mismo.

-Los padres suelen arruinarnos la vida muchas veces.- dijo Louis con una sonrisa en sus labios.

Ninguno de los dos dijo nada por media hora, era la primera vez que hablaban sin que el castaño le gritara al ojiverde, y sin que este perdiera los estribos. Aquella noche resultó ser muy placentera. Ambos habían conocido de la vida del otro y no se sentía tan mal.

Tal vez, solo tal vez con el tiempo, ambos podrían repararse y quitar de ellos todo el rencor y sufrimiento.

Presidential | larry stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora