Body Electric [ RadioDust ]

7• La noche

Luego de caminar por un tiempo, Angel llegó a las puertas del hotel. El día que tuvo que experimentar lo dejó agotado mentalmente, lo mejor era simplemente quedarse dentro para sentirse mejor y recuperar algo de ánimos. Estaba anocheciendo, se frotó un poco los brazos en busca de calor porque había salido con muy poca ropa y una actitud ridículamente caprichosa.

Antes de abrir las puertas, escuchó un sonido particular. Entonces, se detuvo en su lugar y giró hacia un costado. Fat Nuggets se encontraba a solo un par de metros, estaba acechando un par de botes de basura para encontrar algo para comer. El pequeño cerdito notó aquella presencia siniestra que estaba cerca y observó con sus ojos brillosos aquel cuerpo.

—Pequeño, ¿Qué haces afuera?

Angel sonrió al verlo, se arrodilló en el suelo para que viniera a él. Cada acto fue un impulso inconsciente. Quería abrazarlo y de alguna forma olvidar lo que vivió al protegerlo contra su pecho. Ese pequeño bebé era su refugio cuanto las cosas no iban bien y le ofrecía una gran cantidad de confort y felicidad.

Pero cuando Fat Nuggets contempló su aura maligna, oscura y escalofriante, comenzó a temblar asustado. Se alejó de la basura, retrocedió poco a poco con los ojos llorosos y con su miedo aumentando. Y esa imagen fue tan devastadora para Angel... Tembló igualmente, extendió una mano hacia él pero su precioso bebé se vio mucho más alterado ante ese intento de acercamiento.

—Nuggs...

Angel sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Odiaba eso... Odiaba esa situación. Él solo tenía a Cherri y a su amado bebé en todo ese infierno. Y estar en ese cuerpo lo estaba condenando a alejarse de eso. Se angustió, sintió que la situación lo estaba sobrepasando. Se levantó con la desesperación grabada en su rostro y dió varios pasos hacia adelante, pero esa acción brusca causó que su mascota saliera corriendo despavorida.

—¡Nuggs!

Derramó dolorosas lágrimas, estaba dispuesto a correr trás él. Se podía perder, lo podían lastimar. Nunca podría olvidar esos ojos brillantes llenos de miedo. Sollozó sin poder evitarlo, sabía que si salía corriendo hacia él, se alejaría con más fuerza. El pensamiento solo hizo que se desesperara más y que ya no supiera cómo actuar.

Volvió a avanzar con un terrible nudo en la garganta, pero no pudo dar muchos pasos adelante. Alguien detrás de él colocó un abrigo sobre sus hombros y pasó a su lado luego de esa repentina acción.

—Tranquilo. Voy por él.

—Alastor...

La figura alta de aquel cuerpo se deslizó a su lado. Angel apenas y pudo reaccionar, su propio cuerpo estaba caminando hacia la dirección por la cual Fat Nuggets había corrido. Permaneció en su lugar, de pie y pensando en lo que acababa de ocurrir, aún dolido por el rechazo y temor que había leído en los ojos de su bebé.

Se aferró a ese abrigo, Alastor se había quitado su saco y lo había protegido del frío de esa forma. Entonces secó sus lágrimas, se había quebrado sin darse cuenta debido a la imagen de su pequeño huir y por la acumulación de cosas que sucedieron. Alzó su mirada y se dió cuenta de que su cuerpo estaba volviendo a él desde lo lejos. El contrario cargaba a Fat Nuggets entre sus brazos y este parecía muy a gusto ante su contacto.

También quería abrazarlo mucho, pero en ese cuerpo no era una buena idea.

Cuando Alastor llegó a su lado, notó la angustia en su propio rostro. Suspiró algo exhausto, ese día fue devastador para él también. Pasaron demasiadas cosas.

—Tenemos que hablar.

Anunció hacia un Angel que solo se limitó a ascentir en respuesta, sin despegar su mirada de su bebé entre los brazos de Alastor.