13• Sentimientos

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Sus figuras se materializaron entre la oscuridad de la noche. Ambos abrieron los ojos, no estaban muy alejados de las bancas de un parque. El tiempo había pasado y el cielo se había vuelto más oscuro y lúgubre, recibiendo al pleno anochecer de ese día.

Alastor retrocedió, alzando un poco su rostro hacia Angel. Se separaron un poco luego de la conmoción que habían sufrido. Más allá del beso, la persecución fue escandalosa y los afectó. Los dos estaban en sus cuerpos correspondientes, ellos al fin podían controlarse a la perfección, como si sus almas se hubieran acomodado correctamente. No le encontraban un sentido, nada lo tenía y seguía siendo una situación irreal.

El demonio radio observó la estructura del contrario, el cual mantenía su mirada clavada en el piso y una expresión muy alterada, como si apenas pudiera procesar lo que estaba pasando ya que todo resultó ser demasiado para él.

¿Estás bien?

Angel reaccionó ante esa pregunta de la misma forma de siempre. Asintió con aparente seguridad, cerró sus ojos obligándose a ser fuerte. Quería demostrar que no era una persona sensible. Pero era tan difícil... Él había llorado a los gritos por el miedo y las escenas de sus memorias que representaban aquellos años en los que fue una propiedad de Valentino. Y esos traumas y ese terror aún habitaban en su cuerpo. Volvió a asentir la cabeza, apretando los labios con fuerza.

Si... No te preocupes.

Levantó un poco sus manos superiores para secar las lágrimas en su rostro. Su mente se obligaba a olvidarlo pero su cuerpo lo manifestaba sin poder evitarlo. Aún sentía esas manos grandes sobre su cuerpo, percibía con fervor su forma de estrangularlo... Todavía sentía su aroma cerca y también la forma en como ese humo rojo lo quemaba por dentro.

Y Alastor agudizó su mirada hacia él, porque no podía creerle. Su cuerpo temblaba tan inestable, con tanto miedo. Algo amargó surgió en su corazón al ver la forma en como las rodillas de Angel temblaban, porque era algo que no podía superar con facilidad. Nadie, nunca podría simplemente olvidar esas cosas y dejarlas atrás como si fueran insignificantes.

No podía tolerarlo. Y esa sensación de protección volvió a surgir desde lo más profundo de su alma al verlo tan frágil y corrompido por ese miedo y esos recuerdos. Alastor acercó su mano hacia una de las de Angel, la tomó y entrelazó sus dedos con delicadeza.

Odiaba verlo de esa manera.

No tienes que fingir frente a mi.

Él escuchó esa voz grave y dulce... Retiró sus manos de su rostro y ambos se miraron por varios segundos. El más alto entrelazó sus dedos con los de él, sin dejar de temblar. Observó la profundidad de los ojos de Alastor, se conmovió sin poder evitarlo. Una vez más, el ciervo lo protegió. Estaba muy asustado por las consecuencias que eso traería, pero también estaba feliz.

Estaba a su lado, le tomaba la mano con comprensión y apoyo. La araña sintió seguridad hacia él, la suficiente como para bajar sus defensas y demostrar su verdadero miedo y dolor.

Cuando ambos tomaron asiento sobre una banca, el demonio radio se acercó a su cuerpo y posó algunos dedos sobre su cuello, mandíbula y garganta. Parte de sus polvos negros y verdosos comenzaron a brillar a su alrededor, sanó las grandes marcas moradas sobre su piel blanca y también las heridas que habían estado sangrando. Angel solo se quedó quieto, sin el valor suficiente para levantar su mirada y contemplar su rostro tan de cerca.

Y cuando la curación finalizó, Alastor se alejó de él y movió un poco la magia con sus propias garras. Formó un envase de plástico con café caliente y se lo ofreció una vez terminó de materializarlo, bajo la extrañada mirada de Angel.

Body Electric [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora