11• Ruina

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Su sonrisa se petrificó al igual que el resto de su cuerpo. Angel no había escuchado mal. Hubiera dado todo por haber escuchado mal. Hace cinco minutos atrás, se estaba torturando con la posibilidad de que alguna vez Alastor se enterara de las acciones fuera de lugar que realizaba al pensar en él.

Y de la nada, esa pregunta acababa de clavarse como un cuchillo en su pecho.

...Qué.

Estaba por entrar en crisis. Por alguna razón, tenía muchos sentimientos explosivos y desconocidos invadiendo la totalidad de su cuerpo. Y no podía culpar a Cherri, ella no sabía nada de lo que estaba pasando. Aún así, casi no pudo disimular su expresión de pánico, no sabía cómo reaccionar.

La persona que le gustaba sabía que hacía algo así de pervertido al escuchar su voz en su programa de radio. Era algo perturbador, hasta parecía alguna clase de acoso súper raro e intenso teniendo en cuenta de que por fuera, se llevaban muy mal o no tenían trato.

Me lo dijo casualmente. Eso... ¿Tiene algún tipo de significado?

Alastor lo miró un poco pensativo, no tenía idea del infierno que había desatado dentro de Angel y de su notable crisis que iba en aumento. El pobre estaba gritando en su interior debido a la vergüenza y también porque no sabía cómo explicarlo.

Yo... Cómo... Es que... NO. N-No sé...

Se sujetó la cabeza con ambas manos y se alteró ante la confusa mierda que estaba diciendo sin saber cómo proceder. Era difícil, era humillante. Se había enterado de algo muy vergonzoso, algo íntimo que no debía salir de la privacidad de su habitación y que le había confiado a Cherri de forma muy estúpida. ¡Y no le importaba que Husk o cualquiera supiera que se martubaba con ellos! Pero... que fuera Alastor. Que Alastor supiera eso, era especialmente terrible. Nunca pensó que se sentiría tan avergonzado por algo que le debería valer mierda.

Bueno, Alastor comenzó a notar que estaba demasiado nervioso y que no podía controlarse a sí mismo. ¿Acaso era para tanto? Él debía hacer eso con muchas personas... Tal vez no había sido muy claro al hacer esas preguntas. Decidió volver a intentarlo.

No tienes que alterarte. Es decir, cuando desperté en este cuerpo... Tenías... Uno de esos juguetes extraños y largos... Adentro.

—¡EL JUGUETE! ¡LO SIENTO!

Angel solo gritó en un peor estado de demencia. No podía ser cierto, era una pesadilla y cada cosa era más vergonzosa y delirante que la anterior. ¡Lo había olvidado por completo! Quería que la tierra se lo tragara, ¡Hizo que Alastor pasara por eso! No era su culpa, pero ya ni sabía que estaba diciendo o que estaba justificando. Todo se estaba mezclando y su colapso mental no hacía más que aumentar. Su cuerpo despertó con esa enorme verga de plástico en lo más profundo de su carne y eso debió horrorizar a Alastor y a su maldita y casta mentalidad de virgen.

Quería morirse de nuevo. ¿Cómo carajo iba a volver a verlo a los ojos luego de algo así?

No, no. Es que, al experimentar eso, pude deducir que estás acostumbrado a esta clase de cosas.

Alastor ignoró un poco su ataque de nervios. Desvió su mirada con algo de incomodidad, pero no era por las insinuaciones sexuales, el juguete o la idea de que se masturbaba al oírlo. Él... repentinamente se sintió decaído ante el hecho de que Angel probablemente cometía esos actos de forma regular con cualquier persona que le resultara atractiva. Él no era especial o diferente, porque el contrario debía sexualizar así a una gran cantidad de hombres, todo el tiempo.

Ser parte de las fantasías de Angel lo había sorprendido demasiado en un principio. Pero en ese momento, ya no sentía que fuera algo inusual. Era algo triste pensar que su cuerpo, su voz o lo que fuera que le llamara la atención, le excitaba de la misma forma que el cuerpo y la voz que muchos otros. En definitiva, Alastor sabía que era uno más del montón y eso era mucho más deprimente de lo que hubiera querido admitir.

Ni siquiera quería entender o saber porqué esa información lo hacía sentir tan vacío y desolado.

No quiero que me malinterpretes, sé que puedes hacer lo que quieras con tu cuerpo. Supongo que es algo que haces con todos... Pero debo reconocer que me sorprendió cuando lo escuché. No pensé que hubiera algo de mi que te resultara atractivo o que-

—¡NO ES ASÍ!

Angel ya no podía soportarlo. Se acercó con el corazón en la garganta y el contrario giró hacia él bastante descolocado al escucharlo gritar de esa forma. Ambos se miraron a los ojos con tanta fuerza e intensidad. No obstante, Alastor retrocedió porque no estaba seguro de querer recibir lo que iba a decirle...

Y Angel estaba desbordado, todavía no se había recuperado luego de recibir cada pregunta. Su mente era un caos y la adrenalina estaba haciendo que actuara sin pensar nada, lo único que sabía era que no podía quedarse callado aunque pareciera que era un lunático por no poder mantener los estribos ante si situación.

¡Eres diferente! ¡No eres como todos los demás! Yo no te veo así... Ya no puedo verte como antes. Eres especial para mi, de una forma que nunca pensé que podría sentir.

Lo escupió sin premeditarlo. El peso de cada oración fue muy fuerte. Y tal vez... Fue demasiado. El mismo Angel cayó en cuenta de lo que acababa de decir y cuando retrocedió tembloroso y abrumado, luego de exponer su corazón con tanta intensidad... Alastor se le quedó mirando con auténtica y absoluta incomodidad.

Angel comprendió en ese preciso segundo... Que lo había arruinado.

¡Por supuesto que lo había arruinado! ¿Qué clase de estúpida confesión adolescente habia sido esa? Hasta hace dos días lo odiaba, era demasiado intenso y soñador pretender que alguien como Alastor se lo tomara en serio sin pensar que era un jodido acosador psicópata. El demonio radio, efectivamente, lo estaba mirando muy impactado, muy aturdido y con tanta confusión...

Creo... Que me voy a dormir.

Angel cayó en esa terrible realidad cuando escuchó esa respuesta. Se desesperó de una forma increíble, ¡Las cosas no podía quedar así!

Espera... Alastor...

Pero no pudo detenerlo. El contrario simplemente se levantó sin mirar atrás, no pudo asumir lo que estaba pasando y tampoco quiso contemplarlo. Se retiró de la habitación y cerró la puerta muy despacio, dejando a Angel pasmado y agobiado por ese nudo en la garganta que no hacía más que crecer.

Lo arruinó. Lo incomodó. Todo fue demasiado para tan pocos minutos de conversación. Lo del juguete sexual, lo de sus reiteradas masturbaciones con su voz, lo de sus enfermos y caóticos sentimientos que estaban floreciendo y por sobre todas las cosas, el no saber cómo manejar esas emociones porque nunca en toda su vida se había enamorado de otro hombre y no tenía idea de cómo manejar eso. Todo, absolutamente todo ese conjunto de mierda... Se había mezclado y había causado que destruyera el ambiente y la situación por completo.

Se mortificó a cada segundo, se recostó en su cama y no pudo ni siquiera prestarle atención a esos espectros que comenzaron a rodear su cuerpo de forma amarga y triste. El reflejo de sus emociones se conectaron a cada una de esas sombras, las cuales formaron muecas angustiadas y exageradas. Angel se mantuvo inerte sobre la cama, aún con una expresión muy abatida, como si no pudiera reaccionar ante lo que había pasado.

Body Electric [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora