Aquella mañana, Dolly me despertó a las seis de la mañana, me ordenó que no desayunase nada para que no me hinchase y el vestido me quedara perfecto, pero luego me dejó beberme un café para no dormirme durante la comida.
Mientras me preparaba, Ana estuvo ahí, encima de la cama admirando lo bien que me arreglaba mi doncella.
-¿Alicia me invitarás algún día al palacio?- me preguntó.
-No lo sé, por mi sí, pero no está en mi mano invitarte sin permiso- le respondí.
-Jo que mal...
El vestido que Dolly me había hecho era fabuloso y admirable, se notaban las horas de trabajo que metía en cada una de sus creaciones. Era rojo, de palabra de honor, estaba ajustado a mi cintura pero luego se abría en un vuelo amplio. Llevaba unos tacones plateados a juego con mis pendientes y el maquillaje, me dejaba sin palabras, estaba realmente espectacular.
-¡Que ganas de que te cases con el príncipe Jack!
-Anna, no adelantes acontecimientos, por ahora nadie va a casarse con nadie- le respondí.
-Ya verás como sí- me contestó.
Cuando bajé por las escaleras pude ver que a mi madre se le caía una lágrima, y mi padre sin saber cómo reaccionar solo sonreía. Los tres nos acompañaron a Dolly y a mí hasta el carruaje y luego me despedí de ellos dándoles un beso a cada uno, menos a Ana, que no pudo resistirse a darme un abrazo.
-Creo que nunca he estado tan nerviosa como hoy- dije en cuanto el carruaje se puso en marcha.
-Querida, esta aventura solo acaba de empezar, espérate cuando tengas tu propia cita a solas con el príncipe- me respondió mi doncella.
-Bueno pero eso será dentro de mucho, no ahora que acabamos de llegar.
-Por lo que he oído, el príncipe Jack quiere quitarse de encima a las peores muchachas y luego ya conocer mejor a las que se queden- me respondió Dolly y su respuesta solo me causó más nervios.
-Yo contra diez chicas ¡cuánta presión!
-Señorita no se ponga nerviosa, seguro que si no gana, será un de las finalistas, y no te lo digo por ser tu doncella, creo plenamente en ti- me respondió.
Por fin llegamos, todos los carruajes estaban ahí, esperando a que todas las chicas llegasen. Cuando estuvimos todas, la reina Penélope salió en nuestro encuentro, una a una nos bajamos de los carruajes, la hicimos una reverencia a la reina y entramos en el palacio.
Todavía me parecía una locura que yo fuese una candidata al trono y el solo hecho de pensar que estaría viviendo con la realeza era tan... tan... loco...
Entramos en el comedor, donde estuvimos la última vez y cada una se sentó en su sitio correspondiente, ya que cada silla tenía un nombre. Esta vez me encontraba mucho más cerca del sitio del príncipe, pero por razones que desconocía, él no estaba.
-Señoritas, siento comentarles que el príncipe Jack no las acompañará durante esta comida, pero os aseguro a todas de que en la cena podréis verlo.
Se nos notaba la cara de tristeza a todas ¿Qué podía ser más importante que pasar la primera comida con la que podría ser su futura esposa? Bueno, sus razones tendría, pero era algo sospechoso.
En cuanto nos trajeron el primer plato, Marcus pasó por allí para saludarnos debidamente.
-Hola señoritas, permítanme que me presente, soy el príncipe Marcus y solo venía para saludarlas y para desearles la victoria a todas.
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Algo más que un sueño
RomanceA Alicia, una joven ciudadana de Glasgow, Escocia, se le presenta la oportunidad de ser la nueva reina y casarse con el príncipe Jack. A medida que va conociendo mejor el palacio, conocerá a un chico que le robará el corazón y hará cambiar sus plane...