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Al día siguiente, me levanté temprano, me preparé con la ayuda de Dolly y bajé a desayunar. Me senté en la mesa y noté un gran cambio, faltaban la mitad de las chicas, solo quedábamos seis. Por lo menos Beca seguía ahí, la única amiga que tenía dentro de este concurso (por así decirlo). Jack llegó tarde y justo había dos sitios libres en la mesa, una a mi lado y otro al lado de Loren, y como no, se sentó al lado de Loren. No lo entendía ¿cómo era que siempre le salía todo tan bien?

A la mitad del desayuno, Marcus apareció y se sentó a mi lado.

-Hola Ali ¿Qué tal has dormido?- me preguntó.

-Muy bien, gracias ¿Y tú?- le devolví la pregunta.

-Genial, por cierto, hoy tienes el día entero ocupado.

-¿Puedo preguntar por qué?

-No, solo tienes que saber que después de tú quedada con tu principito Jack, tienes que ir a la biblioteca- me dijo y se levantó de la silla para irse, pero yo lo agarré del brazo e hice que se sentase.

-¿Te vas ya?- le pregunté.

-Sí, tengo trabajos que hacer- me respondió- si no mi padre me castigara con más documentos que rellenar.

-Venga, quédate un poco más y acompáñame a mis aposentos- me miró con cara de pena- venga, nos iremos antes que ellas, diré que algo me ha sentado mal.

-Está bien.

Terminé de desayunar en un tiempo record, es más, Beca se preocupó por mí y me preguntó si tenía algún tipo de ansiedad o algo así, yo lo negué, pero ella no pareció creerse mis palabras.

-Beca, voy a irme a mis aposentos, creo que algo me ha sentado mal- le dije.

-Está bien, yo te cubro.

Ahora que lo pienso, debió parecer muy raro que saliese del comedor con Marcus, pero bueno, en ese momento eso era irrelevante para mí.

-¿Sabes qué?- me preguntó mientras andábamos por los pasillos vía a mi cuarto.

-¿Qué?- le pregunté yo.

-¡Que el que llegue último le debe algo al otro!- gritó y empezó a correr.

Yo lo seguí, pero no puede atraparlo, era demasiado rápido. Corrimos escaleras arriba y nos escapamos varias veces de los guardias, nos reímos muchísimo y estuve a punto de quedarme sin aire hasta que llegamos a mi habitación, o por lo menos, cuando yo llegué.

-¡No puede ser, pensaba que esta era tu habitación!- refunfuñó desde la habitación que estaba justo en frente de la mía.

-Lo siento mucho, pero has perdido.

-Está bien, pero esto no ha terminado aquí ¡te lo aseguro!- dijo, me guiñó un ojo y se fue, yo solo reí.

Cuando entré en mi habitación, mi doncella se enfadó, es más, creo que vi humo salir de sus orejas.

-¡Como es que llegas tan temprano! ¿Por qué estás tan despeinada? ¡Ponte bien el vestido!- empezó histérica.

Me sentó en una silla en frente del espejo y me agarró el pelo en un lazo negro y me retocó el maquillaje.

-Alicia, por favor, estás en el palacio, no puedes ir así por donde te plazca- me dijo.

-Lo sé y lo siento, intentaré que no vuelva a pasar, lo prometo- dije y me aproximé a la puerta.

-¿adónde vas?- me preguntó.

-Voy a ir a tomar el aire ¿puedo?

-Claro, pero vuelve antes de la comida para prepararte- me pidió- por cierto ¿no quieres llevarte un libro o algo?

Algo más que un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora