Twisted Wonderland [Oc]

Capítulo 19

— ... Hablando de jugar ¿Dónde está Jade?

— ¿Oh?... Ah~, él está jugando con los otros. —Mierda.— Te pusiste pálida... ¡Ya sé! ¿Quieres que te estruje~?

De la nada sentí como dejaba de tocar el piso y me tensé, obviamente que lo hice ¿alguien estaría tranquilo cuando un sireno de más de tres metro te levanta de la nada y te dice que te estrujará? El que lo esté es un maldito masoquista.

— N-No hace falta, tengo que ir con los chicos, sabes. —Intenté forcejear para que deje de abrazarme, pero soy bien pinche débil, así que no pude hacer nada más que ver como mis lentes empezaban a flotar nuevamente.— La mierda.

— Eh~, pero eres tan suave~. —Empezó a apretarme aún más fuerte.— Haha~, muy blando~.

— Floyd. —Dije seriamente, pero él me ignoró.— Floyd, esas son mis tetas. —Me soltó en menos de un segundo, por suerte no caí abruptamente, pero no tenía mis lentes, así que estoy ciega devuelta.

Miré para arriba y pude distinguir la larga figura del sirenito, estaba en silencio ¿Se puso tímido? Qué lindo... ¿Eso que escucho son gritos...?

— ¡ALÉJATE DE LA SUPERVISORA! —Oh, son mis niños.

— Ah~, niños que bueno que están aquí. —Saludé tranquila. Me rendí con eso de tomar la foto antes de los gemelos, ahora tengo que ir a hablar con Leona.— ¿Alguno que sepa nadar y me pase mis lentes? Salieron flotando.

Noté como Jack y Ace se pusieron enfrente mío, además Grim se puso enfrente de mi cara, tapándome la vista... la poca vista que tenía. Quizá Deuce se puso a buscar pelea, quién sabe.

— ¡Humana! ¡Dijiste que nos alcanzarías! —Me reclamó el gato mientras se agarraba de mi cabeza con sus garras, sí, me duele un chingo.— ¡Si la anguila sombría te había raptado tenías que haber gritado! —Ah, supongo que vieron cuando Floyd me levantó.

— Mis lentes... —Intenté volver a mi tema de interés, pero sentí como me tomaban del hombro y arrastraban a... algún lado, supongo.

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Pude sentir la misma sensación que cuando entramos a los espejos y desapareció la presión del agua que me estuvo molestando todo este tiempo.

— Uff... Ese tipo es fuerte... —Sentí a alguien jadear a mi lado. Pero ya no importa, estoy emputada.— Supervisora ¿Está bien?

— Préstenme atención cuando les hablo. LA RE PUTA MADRE. —Su escape apresurado me obligó a dejar mis lentes atrás.— ... No, yo debí quedarme, no sé que esperaba.

Los chicos se estremecieron ante mis repentinos gritos, normal. Toqué mi ropa para verificar si estaba húmeda... Vaya, está seca... Magia supongo. Ahora tengo que ir a hablar con Leona Y LUEGO con Crowley, maravilloso ¿Venderán lentes en la tienda de Sam?

— ¡Oye! ¿Porqué nos está insultando? ¡Te rescatamos de ese tipo! —Me recriminó Ace.

— ¡Y perdieron mis lentes en el proceso! —Contesté de manera brusca, sé que los lentes pueden ser fácilmente reemplazados, pero andar viendo borroso por la escuela no es algo muy bonito que digamos.— Solo... Ahg. —Me tomé el puente de la nariz con la mano.— Leona debería estar en el comedor, tengo que hablar con él.

Ignoré los siguientes comentarios y me acerqué a la pared, estoy como cuando llegué aquí.

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Mientras caminábamos pude notar que el trío de una neurona me había dejado, supongo que se ofendieron... Ahg... Que molestia.

— Jack, tú que eres alto y buena persona. —Pedí a la mancha blanca de mi lado.— ¿Donde está Leona?

Noté como sus orejas se movieron un poco y luego empezó a caminar, lo seguí al ver que habían unas manchas marrones en esa dirección.

— ¿Qué haces aquí, novato? —Escuché la voz profunda de Leona.

— Hey~. —Saludé mientras salía de detrás de Jack.— Tenemos que discutir unas cosas ¿No? —Apoyé mis manos suavemente en la mesa, en un intento de que no se note que no sabía donde sentarme.

— Heh, pensé que nunca llegarías, el almuerzo está por acabarse.

— Aww~, qué pena, no llegamos a tiempo... —Me afligí yo sola, estaba un poco cansada después de andar caminando por el mar.— Está bien, estoy ciega por ahora. Te seguiré para que podamos hablar tranquilos.

— Tienes razón, no traes tus lentes. —Escuché hablar a la mancha semi-rubia, seguramente Ruggie.

— Seh... Las perdí en el mar. —Dije en voz baja. No es que tuviera porqué avergonzarme, pero Leona seguramente se burlaría.— Tenía que comprobar unas cosas antes de ir definitivamente, sabes.

— Recuérdamelo otra vez. -Me dijo el leoncito.— ¿Quieres ir por la foto o por los contratos?

Miré a los costados antes de contestar, no es que me sirviera de mucho, pero soy paranoica.

— Los dos. —Sonreí.— Azul probablemente espere que vayamos a buscar la foto o que intentemos robar los contratos, pero seguro que no se espera que sucedan las dos cosas a la vez.

— Pareces bastante emocionada... —Escuché decir a Jack.

— ¿Enserio~? Sólo me gusta hacer estrategias, no es que sea especialmente buena, la mayoría de cosas me salen mal de hecho... —Murmuré la última parte, tenía razón. La mayoría de mis planes terminaban en un desastre, pero ahora tengo una ventaja ¡La ventaja del guión! Y el peligro del efecto mariposa, pero bueno... Sonó la campana.— Leona~, te saltarás las clases ¿Verdad? Te acompaño un rato~.

Ruggie me dijo que no lo aliente, pero yo sólo me reí y le dije que podía acompañarnos si quería. Si los gemelos me están siguiendo, pues... No hay mucho que pueda hacer, solo debería seguir Leona a algún lugar donde no puedan escucharnos... Eso... Sonó muy mal, por dios, me odio.

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— Tu escondite predilecto es el invernadero ¿Verdad? —Dije al ver la cantidad de verde que había inundado mi visión.

— No digas cosas obvias. —Sonaba fastidiado, debería terminar mis asuntos e ir a comprar unos nuevos lentes.— Empieza a hablar.

— Si~. —Paré de caminar al notar que Leona se había parado en el lugar.— Bueno. Hoy, mientras estábamos en el mar de coral nos encontramos con los gemelos...

❝𝙴𝚜𝚌𝚎𝚗𝚊 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊❞

El joven de ojos heterocromáticos recogió los lentes de la arena bajo la mirada curiosa de su gemelo.

— Oh, son los lentes de la supervisora. —El más educado dijo lo obvio.

— ... El pequeño camarón es bastante divertido. —Comentó con una sonrisa.

— Tendremos que ir a devolvérselos ¿No crees? —Expresó con satisfacción al ver como la sonrisa de su hermano se hacía más grande.