🔆 mimos 🔆

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—¡Yoongi-hyung~! ¡Levántate ya~!— Otro gruñido más resonó como respuesta, pues era casi medio día y Yoongi seguía en cama, durmiendo y vagabundeando como usualmente hacía los fines de semana. —¡Hyung, déjame tender la cama!—

—Yo sigo en ella, Jiminnie—

—¡Y ponte un pantalón o un bóxer!— El mayor levantó la mirada, notando que efectivamente estaba boca abajo con el trasero totalmente al descubierto, ni siquiera se tapaba con las sábanas por el calor insoportable que hacía.

—No quiero, además hace mucho calor. Tú apenas traes un short, no me jodas— Jimin miró brevemente su short para devolver la vista a su novio.

—Es porque no me gusta andar enseñando mis partes a todo el mundo, hyung—

—Mmm, pues a mí sí. Más cuando te cacho viendo mi trasero... como ahora— Jimin desvió la mirada del trasero de Yoongi hasta su rostro adormilado y la sonrisa triunfante en él le fastidió un poco.

—¡Aish! ¿Sabes qué? Quédate ahí, ya me vale verga— Se encaminó hasta la puerta de la habitación, pero su cuerpo fue fuertemente atrapado entre un par de brazos y piernas que lo jalaron hasta la desastrosa cama.

—No, mi amor, tú te quedas aquí—

—Suéltame, que tengo que ir a preparar el almuerzo— Deshizo el agarre brevemente, apenas para poder moverse unos centímetros y volvió a ser atrapado y arrastrado hasta la cama. —¡Hyung!—

—Ríndete ya, no voy a soltarte— Forcejeó unos segundos más y luego se dio por vencido. No era momento para llevarle la contraria al terco de Yoongi.

—Bien, ya me tienes aquí. ¿Qué quieres?— Tomó asiento al lado del mayor en la cama, cruzándose de brazos.

—Quítate la ropa— Sonrió pícaro para volver a acomodarse boca abajo en la cama, tal y como estaba anteriormente.

—Ja, no—

—Vale, entonces te la quito yo— Antes de que el pelirrosa pretendiera escapar, lo tomó fuertemente de la cintura y batalló en el intento de bajar las prendas que lo cubrían.

—¡Suéltame, hyung~!— Luego de un poco de lucha, logró zafar esas molestas prendas del cuerpo de Jimin, teniéndolo desnudito en la cama una vez más.

—Listo, ahora ven aquí— Se recostó boca arriba y palmeó su pecho, indicándole que se posara ahí.

—¿Qué pretendes?—

—Aish, solo quiero recostarme un rato con mi novio. ¿Es acaso ilegal que quiera hacer eso?— Jiminnie rió y terminó por ceder, posando su cabeza sobre el pecho desnudo del mayor. —¿Ves? No era tan difícil—

—No lo era, sólo quería molestarte— Rió un poco más alto.

—Dios, y yo como buen novio que soy, te aguanto tus jueguitos—

—Pero tu me amas así, ¿verdad?— Subió la mirada hasta encontrar la del pelinegro, quién lo veía con total adoración y afecto.

Era mucho más allá que solo amarlo, Jimin significaba todo para Yoongi.

—Claro que te amo así. Nunca dudes que siempre será así, ¿entendiste?— Dijo un poco más serio, ganándose una sonrisita tierna de Jiminnie. Sus mejillitas regordetas ya comenzaban a teñirse de carmín. —Que linda sonrisa tienes—

—¿Te gusta?—

—Me encanta, me encanta tu sonrisita— Acarició levemente los labios ajenos con el dedo pulgar. —Tus ojitos— Acarició sus párpados. —Tu naricita, tus cejitas, tus orejitas...— Acariciaba suavecito cada parte que nombraba del rostro del pequeño, hasta llegar nuevamente a sus belfos. —No hay nada de ti que no me encante—

—Tú también me encantas, hyung— El nombrado sonrió ampliamente. Nunca, pero nunca se cansaría de escuchar la voz de Jiminnie, de mirar sus ojos, de besar sus labios, de sentir sus pequeñas manitas tocando su piel, de todo lo que hacía a Jimin ser Jimin. Su pequeño pelirrosa le brindaba una sensación de plenitud, de paz, lo hacía sentir completo y amado, aunque a veces tuviesen sus discusiones, nada podría cambiar el hecho de que su amor era más fuerte que cualquier pelea.

—¿Te cuento un secreto, Jiminnie?—

—Dime—

Te amo— El sonrojo casi tatuado en sus mejillas se intensificó aún más, dándole aspecto como el de un tomatito. —Te amo mucho, demasiado—

—Eso no es un secreto, hyung—

—Mi secreto es que estoy enamorado de ti, solo quería repetírtelo en caso de que se te olvide— Jimin frunció el ceño y se incorporó bruscamente, mirando a Yoongi como si estuviera total y completamente ofendido.

Nunca voy a poder olvidar eso, amor. Ni aunque me dé amnesia, jamás me atrevería a olvidar que me amas, mucho menos olvidar cuánto yo te amo— El pelinegro se incorporó también, un poco asustado al notar el brillo doloroso de las lágrimas formándose en los ojos ajenos.

—No llores, por favor. Odio verte llorar— El menor bajó la mirada, dejando las lágrimas resbalar a su gusto, de nada servía querer retenerlas por más tiempo. —No llores, no llores— Susurró, tomándolo entre sus brazos en un cálido abrazo.

—N-No estoy llorando porque esté triste, hyung— Levantó nuevamente la mirada, aún más cristalizada que antes. —Cuando estoy contigo, siento como si de verdad pudiera ser yo, siento que estoy desnudo frente a ti porque puedo ser Park Jimin sin temor a nada ni a nadie... Contigo puedo ser yo—

Te adoro por ser tú, Jimin. No estaría viviendo contigo, no estaría aquí desnudo frente a ti, no estaría fastidiando y molestando todo el día si fueras alguien diferente— Y eso fue más que suficiente para impulsar a Jimin a juntar sus labios a los ajenos, tomando el total control de esos adictivos labios que le juraban amor eterno, y aunque no tuviera prueba que lo asegurara, él le creía.

Casi nunca, difícilmente Yoongi y Jimin se ponían sentimentales con respecto a su relación. Evitaban a toda costa hablar del tema para ahorrarse lágrimas, pero ahora lo sentían necesario. Era necesario decirse cuánto se amaban, que estaban dispuestos a todo por el otro.

Se separaron después de unos segundos, mirándose a los ojos y perdiéndose en ese fino cristal portador de una total galaxia de brillitos. Nada se comparaba al lazo que ellos habían formado.

Sé que no soy perfecto, hyung, pero te prometo esforzarme por serlo para ti— Un tierno besito de los labios del mayor aterrizó en su sonrojada mejilla.

—Yo no quiero a alguien perfecto, Jimin. Yo quiero a alguien real, con virtudes y defectos. Para mí eso es más de lo que podría pedir— Volvieron a sonreír con ilusión y alegría tatuadas en sus rostros.

Yoongi no era nuevo en el sexo, para nada, pero cuando se trataba de sentimientos, de amor, era totalmente un novato. Era difícil para él abrirse de la forma en la que lo hacía con Jimin. Nunca pensó que llegaría a tener la valentía para hacerlo, mucho menos llegar a la suerte de tener a alguien como su novio a su lado.

Ah, las vueltas que da la vida.








Ahhhh demasiada miel, perdón🥺

30 days of smut ✿ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora