Capitulo 3

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Aparecimos en mi habitación. Estaba intacta tal y como la había dejado en la mañana. La cama impecable con los cojines decorativos, las fotografías en sus respectivos cuadros, las paredes blancas con mis luces colgantes y mis ridículos cuadros. Mi escritorio con la tarea que no había hecho incluso. Estaba intacto.

- ¡Suéltame! No vuelvas a tocarme – Dije zafándome de su agarre.

- No lo haré, a menos que tú quieras – Dijo mientras tenia una sonrisa burlona en su rostro.

- Idiota – Este tipo ya me estaba cansando

- Entonces mi teoría cada vez se cumple – Dijo en un susurro, pero puede escuchar lo que dijo.

- ¿Cuál teoría? -

- Eres tal vez quien yo creo que eres, pero no estoy completamente seguro lo que si se es que vienes de mi mundo. –

- ¿Qué gran estupidez es esa? Es ridículo. –

- Si no lo fueras, te habrías convertido en ceniza en el momento en que te toqué y aparecimos aquí –

- ¿Entonces estabas dispuesto a matarme? – Me ofendí

- No lo habría intentado, pero mi teoría cada vez se confirma entre más te conozco y por eso lo hice. Corrí ese riesgo. –

- Tu no me conoces, no sabes quién soy –

- Ni tu tampoco al parecer– Bufó y se cruzó de brazos

- ¡Amery! ¿Dónde estás? – Gritó mi madre desde la entrada. Al parecer acababa de llegar a casa.

- Tengo que irme – Dijo Andrew

- ¡No! Necesito saber que está pasando – Lo tomé del brazo.

- ¿Ahora si quieres contacto físico? – Me miró a los ojos mientras su sonrisa burlona se formaba en su rostro.

- ¡Estoy hablando en serio! –

- Yo también –

- ¿Amery? ¿Estás en casa? – Gritó mi madre

- ¡Si, en un momento voy! – Grité

- Me tengo que ir, no pueden verme aquí –

- Por favor – Sus ojos miraron a los míos otra vez. Nunca en mi vida había visto tales ojos. Uno era azul como el mar en verano y el otro de un color miel profundo.

- Solo lee ese libro y lo sabrás si unes las piezas correctas– Susurró

Desapareció.

- ¿Amery? – Abrió la puerta mi madre - ¿No ibas a bajar?

- Disculpa estaba buscando mi teléfono –

- ¿Está todo bien?, Te miras algo angustiada –

- Si todo en orden, solo me estoy tratando de hacer la idea de estar sin Duncan – Me senté sobre mi cama. Tenía muchas cosas que analizar.

- Lo sé hija, pero a veces las personas necesitan irse para bien, sea cual sea el lugar. Un día te iras tú también y será para un bien – Suspiró

- ¿De que estas hablando? Porque últimamente suenan como despedidas todo lo que me dicen.

- Nada, solo que no vivirás conmigo para siempre, aunque yo quisiera. Hay una misión para todos en la vida y nuestro deber es cumplir con eso. – Me tomó de la mano con un gran suspiro – Hay que aceptar la realidad. Ya es mucho drama por hoy, iré a hacer la cena. - Dijo eso saliendo de mi habitación mientras más dudas surgían. ¿Qué estaba pasando?

DestelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora