Hace 1 mes...
- ¡Oh vamos, Amery!, no te cuesta nada – Dijo impactado de que no quería ir a celebrar una grandiosa y hermosa tarde según él, aparte de que es mi cumpleaños número dieciocho.
- ¡Claro que sí!, Es la tercera vez que te lo digo, no quiero ningún festejo esta noche, solo quiero irme a mi casa a relajarme, ha sido un largo día, Duncan – Dije exasperada llevándome las manos a la cabeza de que no comprendía que realmente estaba cansada y solo quería ir a casa.
Hoy tuvimos un día lleno de exámenes y la noche anterior me la pase estudiando y leyendo cientos de libros hasta el punto en que me dio migraña. Íbamos caminando por la acera dirigiéndonos hacia mi casa por un atajo que tomábamos por el parque; el ver a los niños jugando, escuchar a las aves y respirar el aire fresco de que la primavera recién comenzó, realmente relajaba mis músculos. Duncan realmente alegraba mis días porque era el único que me soportaba tanto y me hacia reír con sus locuras. Era de estatura media quizá un metro con setenta y cinco centímetros, cabello pelirrojo y ondulado, su cara estaba cubierta por miles y miles de pecas lo cual lo hacía adorable, aunque no lo era del todo, sus ojos eran de un verde tan peculiar que era imposible de no reconocerlo.
- Por lo menos déjame invitarte un café por tu cumpleaños antes de que anochezca y tu madre nos mate a ambos – Dijo suplicándome literalmente de rodillas en el suelo haciendo un puchero con sus labios.
- ¡Está bien! – Dije desesperada – Pero tendrás que comprarme un muffin de chocolate también y si nos metemos en problemas con mi madre será tu culpa – Dije apuntándolo con el dedo.
- Si, si, si... no te preocupes, pero hay que apresurar el paso entonces – Dijo tomando sus cosas y tomándome por la cintura.
Mi madre tenía una loca manía de que siempre tenía que llegar antes de las 6:00 pm a casa, según ella porque la noche era demasiado oscura para que estuviera sola vagando por ahí; así que nunca he salido de noche desde que tengo memoria.
Llegamos al café que está a una cuadra antes de mi casa, tenía un estilo vintage por todas partes, creo que se debía a que el señor Johnson coleccionaba libros antiguos y los ponía en varios estantes en el segundo piso. Al entrar al lugar y aspirar el olor a libro viejo fuimos directo a la barra.
- Disculpen, ¿Alguien está atendiendo? - Dijo Duncan apoyando sus brazos en la barra.
- Buenas Tardes, bienvenidos al café Shine & Shadow, mi nombre es Gastrell, ¿En qué puedo servirles? – Dijo el moreno bar tender colocándose bien su gorra.
- Un café con leche y un americano, por favor –
- Serían $5.75 por favor, pero con una linda sonrisa te los doy gratis – Dijo el moreno
Duncan solo miró hacia abajo sacando su billetera haciendo oídos sordos a lo que el moreno dijo.
- Mi amiga no está interesada en este momento- Dijo Duncan incómodo.
- No le hablaba a tu amiga, te hablaba a ti cariño- Miró a Duncan y le hizo un giño de un modo seductor.
La cara de mi amigo no podía ponerse más roja, si no, iba a explotar en cualquier momento.
- ¡Ah! ¿Y me podría dar un muffin de chocolate también? – Solo miraba hacia el piso.
- A ti te doy lo que tú quieras- Dijo el bar tender con una sonrisa amplia mostrando su blanca dentadura.
- Gracias - Dijo mi amigo mirando el gafete del chico – ¿Ga...Gas...trell?, ¿Gastrell? –
- Así me llamo guapo y lo digo de verdad, llámame – Dijo con un ronroneo-
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Destello
Fantasy¿Alguna vez has pensado lo que pasaría con tu vida normal si diera un giro de 180 grados de la noche a la mañana?, ¿Valorarla tanto que la quieres devuelta y pelearías a muerte por ella?, ¿Cambiar tu vida por algo que salvará al universo?, ¿Tener un...