Capítulo 4

3 0 0
                                    

Casi podría jurar que ha sido el grito más desgarrador que he escuchado en lo que tengo de vida.

Me he quedado pasmada sin saber que carajos ha sido eso hasta que me doy cuenta que mi mamá o más bien mi tía o esa señora, ya no estoy segura de quien rayos es realmente, fue la que soltó el grito. Un segundo después se escuchó otro estruendo de algo rompiéndose y ella bajando por las escaleras corriendo hacia mi sujetando mi brazo y llevándome con ella directamente a la puerta.

- ¡¿Qué rayos está pasando?! - Grité arrancando mi brazo de su mano y poniéndome frente a ella.

- TENEMOS QUE IRNOS, ¡AHORA! – Me volvió a tomar del brazo jalándome y otra vez me suelto.

- ¡NO! Quiero que me digas que fue eso – Le digo mirándola a los ojos.

- ¡NO ES MOMENTO! TENEMOS QUE IRNOS, ¡YA! – Tomó el cuadro de la pared que estaba enfrente del sofá arrojándolo por otro lado mientras abría una caja fuerte y sacaba una mochila junto con un arma que jamás en mi vida había visto que existía. Estaba llena de tecnología que no conocía. Quitó algo que al parecer era un seguro con la huella de su dedo y el arma comenzó a brillar una luz blanca cargándose.

- ¿Qué diablos es eso? – Solo me miraba mientras se colocaba la mochila en su espalda y sostenía bien el arma - ¡JODER! ¡RESPONDEME! YA LEÍ LA MALDITA CARTA Y QUIERO SABER LA VERDAD – Dije poniéndome delante de ella mirándola a los ojos con desesperación.

-No hay tiempo – Me jaló hacia la puerta - tenemos que irnos antes de que...

-Antes de que las mate a ambas – Me giro y veo a un señor de cabello blanco con ropa oscura. Tenía una sonrisa maliciosa en su rostro junto con una gran cicatriz que pasaba por la mitad de su ojo y su cabellera blanca estaba manchada de sangre bajando por su frente. Portaba un arma similar a la de mi tía o quien sabe quién carajos es. Solo que esta no irradiaba luz en absoluto. Me giré hacia ella y solo lo apuntaba con el arma al sujeto mientras se colocaba frente a mí.

-Nélida – Dijo arrastrando la última vocal con un tono divertido en el tono de su voz, como si este asunto le hiciera una puta gracia- Cuanto tiempo, de verdad que ha sido un maldito infierno buscándote por años, te admiro por saber esconderte y esconderla tan bien – Dijo mientras bajaba por las escaleras y soltando una risita, de pronto se puso serio. ¿Este patán es bipolar o que mierda? – Pero no ha imposible, así que iré al maldito grano. Entrégamela y te daré un par de horas para que escapes, ¡Es más!, te daré un día completo, sabes que eso es muchísimo tiempo.

-Sabes que moriré protegiéndola pase lo que pase, así que vete al infierno – Gritó. Ella solo se colocaba frente a mi tratando de protegerme con su cuerpo, como si fuera un escudo, impidiéndome verle bien la cara al patán.

Yo solo miraba la escena sin saber absolutamente nada. Porque en realidad era eso. No tenía ni puta idea.

- ¡Oh vamos! La última vez no salió bien ¿recuerdas? – Dijo señalando su cara - Así que un consejito. Acéptalo, ultima oportunidad, tic tac cariño... - Su sonrisa se hacía más grande mientras avanzaba hacia nosotras apuntándonos con el arma.

Mi mirada se detuvo en un cuchillo con una luz brillante que sobresalía por un lado de la mochila, así que lo tome lentamente llevándolo por mi espalda, bajándolo hasta pegarlo atrás de mi pierna sin dejar de mirar al sujeto.

Solo tenía una oportunidad.

- ¡Oye tú, gran malote! ¡Si te hablo a ti hijo de puta! – Dije haciéndome a un lado para mirarlo mejor y su mirada se posó en mi – Yo también estoy incluida en esto, ¿Sabes?, Si me quieres ven por mí, no te tengo miedo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 19, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DestelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora