₡∆PÍTULO N°15

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Las pocas estrellas en el cielo parecían apagadas esta noche, cada una tan separada de las otras que no habría mejor metáfora para lo que sentía Harry en ese instante.

Voltear a ver la figura de Jay lo hizo sentir peor.

¿Cómo era posible que una fuerza de maldad cayera siempre a sus pies?
No sería nada absurdo si en este momento la jodida princesa apareciera y lo asesinara ahí mismo, algo bueno jamás le había pasado y quizás estaba maldito de algún modo o quizás solo estaba siendo pesimista.

Suspiró, cerrando los ojos y sintiéndolos arder por el llanto en silencio de hace un instante.

No ir con las chicas había sido desición suya, no por cobardía o miedo a la princesa villana, sino por angustia y temor a que Jay se fuera de su lado para siempre en esa figura grisasea.

Esperar junto a la estatua y pensar en lo peor era su gran aventura nocturna.

Y la de Mal y Uma, consistía ahora en salvar a Celia de los brazos de Audrey, quién se alzaba caprichosa en la torre alta en medio del pastizal.

—¡Ayúdame, Mal!

Los gritos de la pequeña solo ponían en bandeja de plata la desesperación que la nombrada sentía. Necesitaba hacer algo pronto o la menor sufriría las consecuencias, no era momento de esperar más.

—¿Qué haces? —los ojos de la de piel morena observaron asustados sus movimientos.

—Tengo que hacer algo, Uma.

Ojos brillaron verdes en la oscuridad y, en un abrir y cerrar de ojos, un gran dragón se alzó en los cielos con gracia.

La chica de la Isla se alejó sorprendida, había visto tal hazaña cuando luchó contra Mal en el pasado, pero tener de cerca la figura podía ser intimidador aún.

Una risa macabra sonó cuando el dragon voló cerca del objetivo en lucha y un bastón lanzó un hechizo que se vió rosado y eléctrico en el cielo, uno que casi rozó las escamas del monstruo.

El poder de Audrey era latente y fuerte, lanzaba a cada segundo el ataque de defensa, sin siquiera parar a juntar energía.

Uma estaba temblando sin encontrar una solución ideal, pues Mal se alejaba volando de la batalla para encender con su propio fuego la llama de Hades entre sus garras, fallando en el intento muchas veces.

—¡Ayúdame, Mal! —Audrey sonrió al notar como la gran figura se acercaba aleteando de nuevo por el llamado y lanzó el hechizo con furia, impactando en el ala morada con una gran precisión.

Uma gritó espantada, necesitaban encender ese maldito objeto.

—Quédate quieta, mocosa —Celia empujó a la villana para correr entre esos cuatro muros con prisa y sin escapatoria. Audrey estaba enfurecida, siguiéndola y pensando muy seriamente en asesinarla y continuar con el ataque a la pelimorada escamosa.

El gran dragón bajó su vuelo por lo herido que se sentía y la de piel morena corrió a su encuentro.

—Hay que hacer esto juntas —un rugido lastimero hizo que Uma negará desesperada —Así somos más fuertes ¡Aquí estoy, Mal! —el dragón agitó sus grandes alas, causando un viento que le hizo a Uma conseguir serenidad, ella tomó el collar de Úrsula entre sus dedos y buscó la fe antes de vociferar —¡Que tu poder despierte, enciéndete! ¡Yo te acompaño! —la llama azul vibraba levemente y Uma tuvo a la esperanza rodeándola en ese momento — ¡Encuentra tu poder y enciéndete!

No parecía real, la fortuna las acogió tan mágicamente que no parecía real.

Un rayo azul iluminó al dragón y uno amarillo el pecho de Uma.

Carita Hermosa (Jarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora