₡∆PÍTULO N°13

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Ella se veía caótica en muchos sentidos.

—¿Es por eso que dudaste?

—No lo dudé.

—Querías quedarte con Ben y no llevarlo a la plancha, realmente creí que eran por otras locuras en tu cabeza —una mueca apareció un su rostro —no por Jay.

Harry sonrió divertido.

—No estarás insinuando que me gustaba el principito.

—Lo parecía en su momento.

—Es todo tuyo, reina, los rubios no son mi tipo —Uma lo empujó casi rabiosa y el castaño negó, mientras se acercaba y abrazaba ese pequeño cuerpo al suyo.

—No puedo creer que no me lo dijeras —sus manos aún intentaban apartar al pirata, con demasiada fuerza para una chica de brazos débiles.

—Nunca desconfiaría de ti, solo temía que al lindo chico espiándonos no le gustara— un sorprendido hijo de Jay se alejó de esa puerta, huyendo hacia el sillón de la discordia con una sonrisa—Además, estaba inseguro —unos ojos lo observaron curiosos — digamos que él no sabía muy bien lo que pasaba, fue un ataque de curiosidad que finalmente resultó no ser solo eso.

Uma se apartó en definitiva, ya no estaba molesta, pero sus brazos cruzados debían ser una pista de algún sentimiento.

—Te dejó ¿No es así? —Harry relamió sus labios. Tal pregunta no debía ser un secreto después de que toda la pandilla de Mal abandonó la isla tras el engaño.

—Solo se fue.

—Te dejó y por eso estabas tan mal esos días.

No le gustaba forzar a su mente y recordar aquellos momentos que tanto había bloqueado.
Uma estaba cambiando los planes.

—No fue su culpa, linda, Ben era su amigo —una sonrisa y la de piel morena rio sin gracia.

—Entonces un amigo importaba más que tú.

—Escucha —los ojos oscuros estaban filosos y, a la vez, condescendientes ante las palabras de su gran amiga —arreglamos las cosas y ahora estamos más que bien, no necesito dudar de ello.

Uma no quería llegar a tal objetivo, al menos no ahora, pero debía afirmar que volver a ver a un pirata fumando una decena de cigarrillos por hora, y bebiendo alcohol al máximo, no le gustaría en lo absoluto.

—Solo advierto.

—Solo preguntas como un jodido detective —escupió duro tras desviar la mirada.

El ambiente no era bueno.

—Espero que no suceda otra vez —Uma habló después de un silencio graduado —al menos asegúrate de ello  —Harry la observó nuevamente y solo asintió a sus palabras. No quería charlar más.

La villana se encontraba en un buen dilema. 

El contrario siempre había sido alguien fuerte, al menos hasta que un extraño comportamiento logró destrozar sus sonrisas galantes y reemplazarlas por muecas nada animosas. Uma no quería que cayera en tal hoyo por segunda vez, especialmente si sabía cuál era la causa. Su cariño fraternal por Harry estaba haciendo honores y aconsejarlo sería la única opción ante la conocida y testaruda actitud.

—Te lo estoy diciendo porque te quiero.

El pirata lo tenía muy claro y solo suspiró resignado por tratar de mala manera a la peli celeste cuando no se lo merecía, lo que ella tanto alegaba no sonaba descabellado.

—Lo sé y también te quiero.

Uma sonrió, susurrando un "nenaza" por lo bajo y alejándose después.

Algunos pensamientos rondaron su cabeza antes de volver a encontrarse con Jay.

Quizás sí necesitaba un seguro, una balsa que no lo hiciera sentir a la deriva.
Hablar con el asiático sobre ello debía ser primordial.

—¿Qué te dijo?

Harry cerró la puerta con picaporte tras de sí y rodó los ojos al alcanzar una posición en dejavu al lado del hablante.

—Lo escuchaste, bonito —Jay negó nada culpable y eso le causó gracia.

—Solo una parte.

—Muy bien, chico espía —una sonrisa reluciente se mostró en ambos acompañantes —ella solo está algo preocupada por mí y no solo porque casi me vio desnudo encima tuyo.

Jay rio avergonzado, no queriendo imaginar tal escena de manera fallida.

—Igual que Ben.

—Igual que Ben —un suspiro y las miradas no querían apartarse en el ambiente silencioso.

Jay notó una pizca de incomodidad en Harry, algo quería decir, pero quedarse en silencio estaba siendo su decisión y parecía hacerlo dudar.

—¿Pasa algo? —el pirata lo pensó dos veces antes de abrir la boca.

—Volverás a alejarte de mí —la mano que Jay acercaba a esa blanquecina piel paró su trabajo —No porque quieras, sino porque deberás hacerlo.

—No es así.

Uma le había hecho pensar sobre aquel incierto futuro que se arrimaría muy pronto y claramente era más desalentador.

—Lo es, volveré a la Isla y ese puente desaparecerá como la primera vez —la dolida sonrisa juguetona de Harry y lo suave que sonaba su voz lo estaba martirizando —Sé que ahora ninguno de los dos está dudoso de lo que tenemos, pero parece que el jodido universo nos odia.

—Mal tiene un plan —habló rápidamente, casi desesperado al recién pensar en tal hecho como uno real. Olvidar que esta aventura se terminaría muy pronto fue lo que hizo y ahora tenía un gran nudo en el pecho —Ella prometió hacer que más chicos de la Isla vengan, igual que lo hicimos nosotros.

El castaño miró al hablante con un deseo inmenso, con un sentimiento que hasta podría palparse por su fuerza.

Harry se acercó y acarició esa mandíbula pincelada con precisión.

—Si eso fuera real, sabes que no soy su favorito, bonito, ni siquiera estoy en el puesto trescientos de la lista —la mano del contrario se posó en la suya, una vez más, y rozó su dorso suavemente.

—Es mi amiga, lo entenderá, haré que lo entienda —unos suaves labios reposaron en la palma de Harry y este se sintió muy jodido en ese momento.

Tenía lo que quería, tenía a Jay nuevamente entre sus manos y a Uma de su lado y lejos de ese oscuro mar, solo necesitaba un maldito tiempo de buena suerte que jamás le sería concedido.

—No confío en tu técnica de convencimiento.

Suaves risas y las caricias no pararon hasta que volvieron a unir sus labios con un dejo de amargura.
Sabiendo muy bien que aprovechar el tiempo era lo ideal.

—¡Es hora de ir a la cabaña de las tres hadas! —toques en la puerta y el rey Ben hacia honores a su puesto de liderazgo.

—Debí lanzarlo por la plancha —masculló Harry mordiendo esos labios con necesidad.

—No lo harías —unos dedos recorrieron su mejilla y Harry no quería moverse del sillón bermellón —estás enamorado del él de todas maneras.

Harry rio divertido, no sin antes lamer esa dulce boca y apartarse con una sonrisa.

—Un rey no es un mal gusto.

Jay soltó una carcajada y se levantó de su sitio, observando cómo el castaño avanzaba hacia la salida.

Debía hacer algo para no dejar ir a Harry una vez más.

Perdón por tardar :'c
Ya saben el problema, llamado universidad, de tal demora.

Los quiero mucho gracias por seguir aquí ❤

TheRealWilson.

Carita Hermosa (Jarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora