Capítulo 33

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A. 

- Shhh. - interrumpí sus palabras con un dedo sobre sus labios. - Arizona se ausentará por algún tiempo mientras la Srta. Robbins se ocupa de usted. Está de acuerdo?

Susurré cada palabra en su oído. Oprimió mi cintura contra su cuerpo y gimió al sentir mis dedos circulando su clítoris con delicadeza bajo la bikini.

- Estoy de acuerdo, Srta. Robbins. - respondió con la respiración inestable.

Presioné nuevamente su punto de placer y sonreí al verla revolear los ojos en respuesta. Envolví sus caderas con ambos brazos y la besé, sin rastro de suavidad. Infelizmente me aparté por la falta de aire pero al instante uní nuestros labios una vez más. Su boca hinchada dejaba en claro el desespero de una por la otra, su cabello antes atado ahora estaba totalmente suelto y desprolijo, sus ojos más ocuros de lo normal y su piel caliente y mojada debido al jacuzzi... Que mujer linda.

- Te gusta lo que ves? - preguntó de forma juguetona mientras su lengua contorneaba aquellos labios gruesos que tanto adoraba.

Asentí con la cabeza y me acerqué a su oído.

- Date la vuelta. - susurré. Ella me miró confusa pero obedeció. - Las manos aquí. - coloqué sus dos manos sobre el borde del jacuzzi y empiné su trasero hacia mí. Dejé caer mi mano en el lugar abofeteando y dio un pequeño salto ante el contacto. - A veces siento que no le doy el reconocimiento que merece. - dije refiriendome a su trasero ahora algo rojo debido a la abofeteada que deposité en él. Subí despacio iniciando un camino de besos por su espina y al llegar aparté el cabello hacia un costado y lamí su nuca expuesta. - También me gusta tu nuca. - susurré, recordando que ella había elogiado la mía una vez.

Con ambas manos en su cintura la atraje un poco más hacia mí, rozando su intimidad contra mi pelvis y haciendola suspirar.

- Robbins...

Deslicé los dedos hacia el borde de su bikini, retirando la parte inferior y luego desatando el nudo de la superior. Repetí el acto con la mía y luego volví a la posición en la que estabamos. Ella sonrió ante el contacto. Por lo que veo también le gustaba no tener el dominio a veces. Introduje un dedo en su entrada y lo retiré al instante, mientras mi mano libre iba encuentro a sus pechos descubiertos.

- Robbins, por favor... - susurró moviendo su cuerpo contra el mío en busca de contacto.

Envolví su pezón entre mis dedos mientras que con la mano libre deslicé tres en su intimidad, arrancando un gemido alto de sus labios. Me retiré de su interior y volteé su cuerpo. Quería verla a los ojos. Necesitaba verla a los ojos. Ella sonrió mientras su pecho subía y bajaba con rapidez, y sin previo aviso deslicé tres dedos en ella nuevamente. Gimió, tirando de mi cabello con fuerza, aunque el dolor fue substituído por una onda de placer cuando presionó mi clítoris con su pulgar, haciendome arquear la cabeza hacia atrás y suspirar con fuerza. Podía sentir su excitación abudante aún bajo el agua, lo que me hacía no querer parar nunca. La atraje hacia mí en un beso desesperado y hambriento, mordí su labio inferior y gimió nuevamente. Sus dedos ahora estaban dentro de mí, y los míos dentro de ella. Una sincronía perfecta. Dentro, fuera. Arañé su espalda al sentirla alcanzar aquel punto esponjoso en mi interior y grité.

- Santo dios, Calliope!

Al parecer yo hice lo mismo ya que revoleó los ojos y arqueó la cabeza sujetando mi hombro con su mano libre.

- Estoy... casi...

Antes de oírla terminar la frase arañó mi piel y gimió alto llegando al clímax, lo que provocó también el mío y ambas gozamos intensamente. Envolví su cuerpo entre mis brazos, acaricié su cabello y besé su frente. Ella me miró a los ojos y con una mano en mi mejilla me besó, pero de manera suave. Sonreí aún con nuestros labios unidos y oprimí su cuerpo contra la pared del jacuzzi.

Two WaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora