Pequeñas historias, Basadas En Canciones O Momentos

Lejos

Ahora estoy lejos, pero sabes que te amo y que te necesito para respirar así que por favor espérame y no me dejes ir.

Esa era la carta que dejaba Steve antes de partir a donde los incendio se hacían presentes pues el como bombero debía ayudar era egoísta tal vez, pero era necesario por si no regresaba.

Anthony miraba la carta con lágrimas en los ojos otra vez se iría otra vez el deber lo llamaba.

Steve al ver a su castaño al borde del llanto se acercó a él y abrazándolo le susurro—Te amo—sabía que era cruel decir esas palabras, aún así lo hacía.

Anthony solo pudo llorar abrazado a él no quería que se fuera tenía miedo de no volverlo a ver—Yo también te amo más te vale regresar en una pieza—dijo entre sollozos.

—Cuando regrese no me volveré a ir lo prometo será la última vez—dijo abrazándolo quería que esa sensación se quedara con él.

Tony sólo se aferro más a él.
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El fuego era imparable quemando todo a su paso su equipo trataba de controlar las llamas, pero el fuego no parecía ceder.

Rogers temió no podían controlar las llamas el edificio iba a colapsar sobre ellos y ante el terror sólo un pensamiento lo acompañó—Tony perdón—hablo viendo como el edificio caía sobre él

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En las noticias se contaba que él edificio había colapsado con varia gente dentro incluidos algunos bomberos que en su deber no dejaban de ayudar.

Anthony al escuchar eso sintió una punzada en su corazón temiendo lo peor apago el aparato y como un niño pequeño se hizo bolita en la cama rogándole a Dios que por favor no se llevara a su Steve.
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Dos días después Anthony no sabía nada de Steve y a cada hora que pasaba su corazón se rompía un poco más no debió dejarlo ir.

Esa misma noche un coche de los bomberos se estacionó en su puerta Anthony al verlo asustado pensó lo peor.

Los hombres se acercaron a su puerta y antes de tocar Tony salió.

—Señor Stark venimos a informarle—el hombre no terminó de hablar Tony lo había interrumpido.

—No lo diga por favor—solto un sollozo.

El hombre al verlo solo apretó los puños ante la impotencia de dar esa trágica noticia—Lo siento mucho—dijo bajando la mirada.

Anthony se dejó caer de rodilla y con todo el dolor de su corazón empezó a llorar no le importo que lo vieran su sufrimiento era demasiado.
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—Estamos aquí reunidos para dar un último a Dios a estos valerosos hombres que perdieron la vida en cumplimiento de su deber—hablaba el padre que oficiaba la misa.

Anthony solo observaba la caja donde estaba el cuerpo del que era el amor de su vida y que jamás volvería a ver.

La misa terminó las cajas fueron sepultadas todo ante la mirada de amigos y familiares que con flores en las manos se acercaban lanzándolas al ataúd donde descansaban sus héroes.

Tony fue el último en acercarse no podía verlo, pero debía despedirse y con lágrimas en los ojos arrojó la carta que Steve siempre le dejaba.

—Te veré en otra vida Rogers y te haré pagar el dolor que me estas dejando en esta—dijo alejándose del cementerio.

—Perdón.

El viento soplo y Tony casi pudo jurar escuchar la voz de su rubio con eso en mente se fue de ahí.

En otra vida tal vez.