trois

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Estaba algo cansado, su cuerpo estaba empezando a depurarse de las drogas y eso hacía que su cuerpo se sintiera más pesado de lo normal, bebía demasiado poco (vendito sea que Charlie dejaba beber un par de copas para no tener un caos) ya no tenía cambios tan drásticos de humor gracias a que ya llevaba una vida un poco más calmada.

Pensó en la vida que llevaba antes, extrañaba el sexo, las drogas, las fiestas, todo eso, era realmente bueno, soltó una risa sin en verdad sentir gracia – ¿bueno? ¿extrañar? - pensó en voz alta, sintió como alguien más subía con él a su cama reconoció el lindo sonido de su cerdito acercándose, lo abrazo con cuidado mirándolo a los ojos -Fat Nuggets, tengo miedo a todo esto- Su cerdito lo veía con lo que Ángel siempre creía ver cuando tenían momentos así tan íntimos, ternura, aunque tal vez solo era cosa de su imaginación, aun así, se sentía bien el hecho que alguien lo viera de esa forma.

Sintió su celular vibrar y realmente no quería voltear hacia la pantalla de su móvil, ya que sabía quién era y realmente no quería amargarse el día, lo dejo vibrar unos segundos más y rodo por su cama abrazando una de sus almohadas, por su mente paso unos recuerdos.

La primera vez que vio a su daddy paso por su mente <<corre, aléjate>> y realmente lo iba hacer, pero cuando había empezado a mover sus pies era demasiado tarde, el primer tiempo realmente se había portado muy bien Valentino con él (obviando el hecho que "portar bien" con sus empleados era que no te dañara físicamente) pero pasando el tiempo los castigos hacia su persona se empezaron a intensificar él tenia dos simples reglas.

No salir del estudio.

Obedecer siempre a su daddy.

Pero era imposible, él quería salir del maldito estudio a divertirse con su amiga Charry, pasear con su cerdito, ver cosas bonitas, conocer gente, y ese era el problema de todo si hacia todo lo que quisiera en sus ratos libres, entonces no podía ser prostituido y no podía tener sexo con Valentino las veces que era libre de este era cuando él estaba ocupado o estaba con Vox y Velvet.

A Angel siempre le pareció rara la relación de esos tres, Velvet estaba tenía un crush con Vox, Vox lo tenía con Valentino y Valentino lo tenía con él (y aun no entendía el porqué), así que a veces el proponía que tuvieran sexo los cuatro solo para satisfacer de alguna forma el hecho que nunca iban a poder estar juntos, para poder ver en los rostros del trio V un deseo, un anhelo que jamás podrían tener y eso a Ángel en cierta forma le alegraba muchísimo eso.

Si a él le iba de la mierda, se llevaría a algunas personas con él en el camino.

Escucho como alguien tocaba su puerta –Angel te traje tu medicamento- escucho una dulce voz susurrar.

Abrió la puerta para encontrarse con Charlie. Él encontraba interesante a la princesa, una dulce princesa en un infierno, era demasiada buena para ser la próxima reina del inframundo. Aún recuerda cuando la conoció sintió un poco de pena por ella y angustia con solo verla le daban unas ganas enormes de ponerle una manta encima y protegerla de todo, era tan inocente y llena de sueños tanto que para que su hotel funcionara había llegado al grado de pagarle a alguien (ósea a él) solo para que este se alojara por lo menos el dinero que le había dado le había servido demasiado habían comido Charrie, Fat Nuggets y él hasta llenarse (aunque eso le generó que subiera de peso) compraron ropa bonita para los tres y el resto del dinero se fue a otros destinos algo secretos.

-Hola lindura, gracias por traérmela hasta aquí pero ya te dije que yo puedo ir por ella- dijo inconscientemente un poco dulce, aunque se arrepintió enseguida de eso. Estaba agradecido con la chica y de cierta forma la estimaba y era por eso que no debía tratarla con cariño.

A él siempre le quitaban a las personas que quería.

La chica le sonrió – Lo sé, pero también quería preguntarte si ibas a salir hoy-

-Oh, cariño ya sabes que solo me gustan los penes y no creo que a tu polilla le guste mucho el hecho que me invites a una cita- bromeo un poco y para sorpresa de él Charlie había reído.

La princesa había sonreído aún más brillante - Vamos todos a cenar juntos para conocernos y entablar nuestras posiciones aquí en el hotel- dijo mientras daba pequeños saltos en su lugar y movía las manos.

Angel estaba a punto de reírse de la ternura, pero se aclaró la garganta y dijo -mi única posición es estar a cuatro, dulzura- esta vez había hecho que la rubia soltara una risa un tanto incomoda, había cumplido su cometido.

-Bueno solo cuando llegue la hora baja a cenar- se despidió la princesa.

Charlie conocía muy poco de Angel, sabía que él lastimaba a propósito a las personas para alejarlas del daño de estar a su lado también sabía que él en realidad no tenía que estar ahí abajo, recordaba el cómo había visto al arácnido la primera vez, no fue coincidencia que se encontraran, no fue coincidencia que el fuera su paciente, ella ya lo había conocido desde antes, recordó el cómo había aceptado entrar a su proyecto y las condiciones que él había puesto.

Ella no sabía si su proyecto funcionara, pero por el momento estaba un poco satisfecha por ayudar a un pobre chico que había sufrido.

Un chico que sufría en silencio.

Un chico que tenía tanto amor.

Un chico que merecía ser amado.

Tenía un corazón roto.

Merecía tantas cosas, pero tenía miedo de conseguirlas.

Tenía miedo que se las quitaran.

Como ya se las habían quitado.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que solo se dio cuenta de la presencia de otra persona cuando su novia le toco el hombro se le quedo viendo a la chica. Ella no sabía que era realmente la soledad por la que pasaba Angel, siempre estuvieron sus padres, sus amigas y, aun así, aunque todos se burlaban de ella ahí estaba su novia, alguien siempre estuvo a su lado en lo bueno y en lo malo y eso le hizo sentir como picaba su corazón.

Mostro una nueva sonrisa –Bien, es hora de empezar oficialmente este proyecto-

La polilla solo la miro con amor mientras la acompañaba en los pasillos del hotel.

La polilla solo la miro con amor mientras la acompañaba en los pasillos del hotel

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